miércoles, 4 de julio de 2012

Historias de los Sobrenatural 2 La fantasma de Panzacola

La mujer fantasma de Panzacola 

En la ciudad de México, Capital, la avenida Universidad, se encuentra lugar llamado con el antiguo nombre de “PANZACOLA”, estaba formado por una pequeña iglesia conocida popularmente como “La Ermita”, situada entre un arroyuelo que tenía un antiguo y característico puente de piedra y una callejuela empedrada que al tiempo presente lleva el nombre de la calle Fernando Sosa, una vía que parte del jardín central de Coyoacán y desemboca en la actual Avenida Coyoacán.

Allá por el año de 1935 por ésta avenida, que entonces era solo una calle común y no muy ancha, corría una línea de “tranvías”, nombre con el que antiguamente se conocía en forma popular a los trenes eléctricos que por entonces circulaban por la ciudad.

Cada véz que circulaba por la madrugada el Tranvia al pasar por la parada de Panzacola subia una dama, una joven mujer de figura agraciada, vestida completamente de negro, tocada con un sombrero de ala ancha y con la cara cubierta por un espeso velo del mismo tono, también llevaba zapatos de tacón alto; y sus medías como el vestido eran del mismo color oscuro; en una palabra, iba absolutamente vestida de luto de la cabeza a los pies. la extraña pasajera, subía y sin pronunciar palabra alguna, tomaba asiento en uno de los últimos lugares del tren.

Al paso del tiempo no se sabia a donde habia bajado o simplemente al deternse el tranvia no subia nadie

Se decia que era el fantasma de una mujer que se suicido que ya hacían varios años, que una joven de buena familia que vivía en una señorial casa frente al “PARQUE DE LA CONCHITA”, en el barrio de Coyoacán, se había comprometido para casarse con un muchacho pero dias antes de la Boda este murio asesinado

Después de pasado un tiempo, la comprometida se deprimió muchísimo, hasta que un día sin que la familia se diese cuenta, salió de madrugada de su casa, caminó hasta la estación de Panzacola y sin poder soportar su desgracia, se privó de la vida arrojándose al paso del primer tranvía que pasaba

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