Al escribir esta historia quizá la lea persona quién es protagonista de esta, en
aquellas famosas fiestas de los osos a las cuales acudía hace unos años, hubo
en dos ocasiones en las fiesta de disfraces, una ´persona disfrazado con su mascara de luchador, el dorso
descubierto y su pantalón, lo que era destacable era ese dorso espectacular y
sobre todo el volumen de ese pecho semivelludo era blanco lo que resaltaba aún
más, por varias ocasiones me saludo con su bebida en la mano, la verdad los salude pero la duda quién era ese
espectacular hombre que era la atención de toda la fiesta.
Aquellos sueños guajiros en los cuales por momento evocábamos al ver ese
hombre por momentos, el detalle tan bueno fue su disfraz que hasta ahora nunca
he sabido quién fue, lo que es por que me saludo en las dos fiestas que lo vi
con el mismo atuendo.
Desde ese día cuando veo las películas del santo y blue demon siempre me
recuerdan a ese luchador anónimo.
Los hombres son únicos cuando nunca son imitados y los disfraces son bueno cuando
borran todo identidad y quedan en el anonimato.
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