En aquellos días de la universidad en los días de Octubre había comprado
una mascara quizá para alguna fiesta no
lo recuerdo, como en piso donde tomaba clase solo había cuatro grupos en aquel piso lago de mas de 10 salones, dos
ubicado de un extremo y los otros dos en el otro, por lo que teníamos que
caminar ese largo pasillo.
Un día se me ocurrió ponerme la mascara para asustar a la persona que pasara por el pasillo, en ese turno le toco pasar al más cabrón de grupo el “Ruso “ había adoptado ese apodo un que en realidad era Tomas, sus 190 mts y ese cuerpo de oso, que estaba en el equipo de americano de la escuela lo hacían un icono de la virilidad, (hoy en día varios que juegan en Americano también son de ambiente).
Un día se me ocurrió ponerme la mascara para asustar a la persona que pasara por el pasillo, en ese turno le toco pasar al más cabrón de grupo el “Ruso “ había adoptado ese apodo un que en realidad era Tomas, sus 190 mts y ese cuerpo de oso, que estaba en el equipo de americano de la escuela lo hacían un icono de la virilidad, (hoy en día varios que juegan en Americano también son de ambiente).
Así daba la vuelta en aquella esquina y…. que salto con la mascara
puesta, no se si el asustado fui yo pero
porque el Ruso grito mas fuerte y desgarrador como mujer en pleno parto y salió
corriendo y no supe si reírme o quedar mudo de lo había visto.
Moraleja no debemos de juzgar o tener conceptos de la gente cuando no
las hemos tratado a veces podemos estar equivocados.
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