En este camino siempre necesario poder contar con alguien
en momentos difíciles el poder platicar con alguien las cosas que nos
pasan, algún consejo, el saber qué hacer en las situaciones complicadas
no solo del corazón sino también en esos cambios físico que sufrimos todos en
la etapa de adolescencia, en saber qué hacer ante situaciones incomodas, ya en
nuestra forma de ser.
Recuerdo en aquellos años cuando apenas conocía a Eduardo
mi primer pareja me comentaba que pasaría por mí para salir ese sábado,
me arreglaba me preparaba como él era del auto, pasaría por mí pero a medida
que pasaba el tiempo nunca llegaba y yo esperando impaciente a un lado del
teléfono tradicional como desesperado que sonara y con esa desesperación
interior como ganas de comentarle a Mamá, pero ella nunca me decía nada.
Solo recuerdo sus comentarios vas a salir solo cuídate
mucho, no se a dónde vas Pero solo cuídate era la recomendación de mama,
que se quedaba callada y su silencio me decía nada pero a la vez me decía
mucho.
Solo recuerdo aquella platica que llegue del entrenar y
platicamos por mucho tiempo hasta le comente que a mi padre no le tenía
confianza y que hubo muchas preguntas que quedaron ahí, hasta lo que me paso
hace años en el rancho de la abuela con mis primos que hicieron pasar mi suerte
cuando tenía 7 años, hasta Mama lloró ella pensaba eso había causado mi forma
de ser pero, el detalle mi forma de ser fue la provoco eso, pero siempre sé que
Mama siempre sabia de mí, de mis preferencias pero nunca me comento nada.
En el fondo las Mamas siempre saben cómo somos sin
decirnos porque nos conocen más de lo nosotros imaginamos.
Hoy en día la extraño a Mama pero siempre estuvo al
margen y siempre sus consejos y regaños a la orden del día, y bueno hoy
Que ya no está siempre recordare sus palabra Solo cuídate.
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