En Aquella mañana tenía que
levantarme temprano para ir a la escuela pero me desperté por los gritos de
mama y mi hermana, lo que escuchaba a lo lejos, no podía despertar, cuando lo hice
asustado por lo que veía, vi como la recamara se movía de un lado a otros
y el librero que tenía enfrente daba la sensación que caía encima de mí,
las paredes de la recamara daban la sensación que eran de cartón, no
podía pararme tuve que salir en calzoncillos, y salí corriendo pero ni
podía caminar bien en las escaleras estaba mareado pero todo se saltaba como
sacudiéndose a, en aquellos días estaba en construcción de la casa de mis
padres las varillas se balanceaban un lado a otro era la mañana del 19 de
Septiembre del 1985.
Escuchaba los gritos de
Mama, pedía que fuera a ver a la bebe (mi sobrina) que tenía dos años y
estaba sola en su casa cerca de ahí, pude llegar corriendo, la tome en
mis brazos y la lleve con mis familiares todo estaba bien ya calmado el
movimiento que duro mucho pasado aquella mañana, cuando el Terremoto azoto la
Ciudad de México.
Apenas transcurrió algunos
minutos tratamos de ver la TV pero no había luz y localizamos un radio de
pilas, pude escuchar la voz Jacobo Zabludoky en su más famosa transmisión en
vivo de los efectos del fenómeno.
Fui a recoger a mi
hermano menor a la escuela cerca de Coyoacan, conforme llegaba vi que cerca
había caído un condominio de tres niveles solo había quedado en dos,
mucha gente por las calles, la confusión crecía, al final no dejaron
salir a mi hermano el argumento porque no era mayor de edad según ellos.
Ya rumbo a casa, lo
más sorprendente fue subir el puente de Miguel Angel de Quevedo lleno de gente
caminado en todas direcciones una escena parecida a los puentes con peatones en
Nueva York (11 septiembre 2001), pero me quede helado al ver la escuela, los
dos hoteles en Calzada de Tlalpan, derrumbados el terror y la
incertidumbre apenas había comenzado.
En aquellos años no había
celulares, por las dimensiones del Temblor se colapsó los teléfonos, regrese a
casa y poco a poco empezó a fluir la magnitud de la tragedia, en casa
preocupados y a cada momento se comentaba por la radio que había
colapsado, finalmente tuvimos noticias de mis familiares algunos tuvieron que
regresar caminando distancias.
Un familiar le toco el
temblor en metro Pino Suarez y perdió el conocimiento en lo lograron sacar ese
mismo día, nos enteramos después.
Desde ese momento el sonido
que nunca olvidare las sirenas de las ambulancias por todos lados, no había
energía eléctrica, así que a escuchar el radio de transistores, esa noche
tuvimos que ver la televisión portátil conectada a muchas pilas solo para
ver cómo se quemaba lo que era Salinas y Rocha y el hotel Regís finalmente se apagó
y volvió la oscuridad de la noche y el incesante escuchar de las sirenas.
Paso un día pero el terror
fue la noche del viernes en noche al presentarse el segundo temblor, el cielo
se iluminaba en tonos color anaranjado y azul quizá por los cortos, la gente
gritaba de pánico en casa lo único que hice fue salir corriendo lo que más me
estremeció fue cuando mi Padre nos dirigió un mensajes a todos algo que nunca
se olvidara porque nos damos cuenta la impotencia de ser humano ante la
naturaleza.
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