miércoles, 14 de noviembre de 2012

Historias 372 Costumbres



Esa tarde  como era costumbre alrededor de las 5.00 p.m.  a las 5.15 p. m.  siempre se hacía presente la llamada al celular o en su caso al teléfono de la oficina, era Eduardo como cada tarde me marcaba durante la semana para decirme si pasaba por mí, la respuesta siempre era que sí  a pesar de que ya no éramos pareja  y es cuando comprobaba que la costumbre siempre se hace presente a pesar que la relación ya se había terminado.

Es tanta la convivencia con las personas que se vuelve necesario a pesar de no hay dada de en común  pero seguimos frecuentando o conviviendo  a pesar que muchas veces me dejara plantado y que me quedará mal en algunas cosas,  siempre regresaba, porque yo lo permitía.

Porque no terminaba de una buena vez  esa relación, pero nunca era así la respuesta  que fue hecha de buenos cimientos, cuando aprendes a amar a alguien ese sentimiento  no es necesario forzarlo, ni apresurarse, ni tratar de que maduren estos se van dando con el paso del tiempo, a pesar que después se va erosionando por los errores, las fallas, las mentiras y es doble vida, en este caso en Eduardo quedo como un pasado obscuro del cual quizá nunca sabré.

La vida sigue y el aprendizaje si amas a alguién no presiones las cosas se van dando por si solas.

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