miércoles, 13 de febrero de 2013

Historias Cuando los amigos se van



Aquel martes de Marzo del 2008, de hace casi 5 años, en aquel auto, acompañado de personas que no conocía, el silencio era bastante, solo miraba el semblante triste y callado y miraba  por como avanzaba  por aquella avenida,  por mi mente muchas ideas, imágenes, recuerdos y a la vez nada.

Era  la 1.00 p.m., el silencio se hizo mas marcado,  en  aquel lugar,  el aire soplaba, por ahí vi las ramas de los arboles moviéndose  que daban al lugar un aspecto sombrío, caminando por aquellas veredas, tratando de  ubicar aquel lugar, mi respiración mas acelerada y por ocasiones alcanzaba  a escuchar  mis latidos.

Por ahí vi un lo que estaba buscando,  la tierra abierta  esperando aquel  momento de tristeza, estaba en ese panteón para enterrar a mi mejor amigo a Eduardo, quería  gritar y a la vez no sabia ni para donde correr, pero no podía hacerlo, estaba con su familia de  él, y no éramos más de 10 personas, realmente  muy pocas personas, para despedirlo.

Por momentos la respiración se corta, nuevamente por la mente pasan interminables escenas de los momentos gratos y de los cuales convivimos, las risas, los enojos, hay platicas  que se quedaron en aire, que ya no las habrá.

Me es difícil porque aun estando con la familia del, no podía expresar mi sentir porque ellos nunca sabrán que fui su pareja, cuantas cosas hubiera querido hacer, pero No era el momento.

Era como una cárcel en la cual no podemos expresar,  no supe ni como reaccionar al momento, abrieron por última vez el féretro y el frío me recorrió el cuerpo, para  darle el último, solo mi silencio  para que la familia de el no pensara mal.

En el momento bajaban a Eduardo,  solo arroje un puño de tierra, el pensar que conviví en otros momentos, como me hubiera gustado darle él ultimo abrazo, y despedirme, pero nunca paso

Y con esa imagen me quedaré por siempre y sé que siempre vivirá en mis recuerdos.

De regreso a casa con mi pesar encontré  a mi madre que estaba muy grave y que unos días después también  murió, al día siguiente escuche esta canción me encontraba en la oficina y bueno solo los ojos se llenaron de lágrimas y preguntándome a donde buscar si no lo encontrare,   esperare a que suene el celular, pero esperare en vano porque nadie hará la llamada, y tampoco escuchare el motor o el claxon que anunciaba que ya estaba afuera de la oficina o de la casa cuando pasaba por mi, porque ya no esta aquí pero mi mente me engaña.

Hasta la fecha he soñado poco con mi mejor amigo solo recuerdo un sueño en donde veníamos en un tren que llegaba a un lugar donde la gente bajaba, y yo estando en una calle, veía que Eduardo se había quedado en el Tren,  no bajo, se cerraban  las puertas, le gritaba que bajara pero nunca bajo y el tren siguió su marcha, así desperté de ese sueño, sobresaltado.

Y como moraleja  me queda aprovechar el presente hay que valuar lo que tenemos hoy porque todo cambia en un abrir y cerrar de ojos, nada  seguirá igual y recordar que siempre la gente que se ha ido estará con nosotros y que siempre vivirán en nuestros corazones.

La vida es así a veces compleja y difícil y que solo sacar fuerzas de donde no las hay para aceptar la realidad en aquellos días. En que el amigo se fue.

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