A inicios de los 90´s el único antro que acudía era el Vaquero, el legendario ubicado por el sur de la ciudad de México solo podía salir los domingos los sábados siempre los ocupaba para estar atendiendo el sonido por lo que solo me quedaba el domingo para salir de la rutina, y una ocasión como ya me conocían como cliente me invitaron para un aniversario y ahí me dieron un boleto para dos personas me presentaron a José una persona ya mayor que yo pero era un cabrón musculoso fornido, con su playera se marcaba perfecta mente el volumen de su pecho así como sus brazos y sus piernas y con inconfundible corte de cabellos como Terminator fuimos a la fiesta y conversamos brevemente, creo no era su tipo yo delgado, con cara de pocos amigos en aquellos tiempos solo practicaba natación, Yo No era lo que el buscaba.
Paso el tiempo y me lo llegue a encontrar en varias ocasiones en lugares diferentes siempre con sus playeras donde se apreciaba ese torso bien formado y bueno solo lo saludaba.
En ese largo tiempo la vida sin darte cuenta pasa tan rápido que no nos damos cuenta hace poco caminando por el centro de la Ciudad,. Me volví a encontrar a José igual con la mismo tipo de playeras pero ahora su cuerpo había cambiado ya no era el mismo el volumen era menos por lo menos una sombra de lo había sido.
Reflexionado a veces nos dejamos llevar por lo físico algo que con el tiempo se va depreciando sin darnos cuenta y al final se acaba lo más importante es no dejarse llevar por lo físico porque en ese transcurso de tiempo quizá el afán de experimentar el sexo con mucha gente a fin no lleven a no conocer realmente lo que queremos y se vuelve vicio al final si no pescas una enfermedad y te quedas sin esos músculos quizá producto de ejercicio o de muchos anabólicos que al final te pueden acaban y te quedas solo.
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