viernes, 10 de mayo de 2013

Historias 494 El Antojo


En aquella mañana como hoy 10 mayo la felicidad para Sofía una mama de 65 años el gusto no podía más, buen momento para estar con sus  hijos porque estos vivían lejos, y algunos no tan  lejos, ella era  jubilada a lo igual que su esposo, aquella mañana esperando la llamada o que sonará el celular, sentados en la sala a la expectativa,  era común que los hijos la llevarán a comer,  siempre para una Madre es lo que les gusta.

Ella tenía un deseo de comer algo sencillo tenia poco que le habían terminado su dentadura postiza, a esa edad ya era una necesidad,  una comida sencilla era mejor.

Llegaron los hijos, y el amor en toda su expresión aun que fuera un solo día,  para la suerte de Sofía acordaron ir a comer a un restaurante Argentino, ella no podía comentarles nada porque sé los hijos se molestarían, asi se fueron para empezar aun con la reservación, en aquel lugar,  se podía mirar que todos tienen madre. , Filas en todos lados y él trafico insoportable con este calor de mayo, hasta el estrés llegaba gratis a festejar a mama.

Y ya en mesa a punto de ordenar Sofía les comento que quería algo sencillo, pero los hijos comentaron que era la festejada asi que será algo especial, hasta  una botella de vino para iniciar el festejo y para empezar aquellas empanadas argentinas no podían faltar en la mesa, en el lugar el bullicio, las risas, las platicas hacían cálido el ambiente.

Pero llego la hora de las carnes, Sofía apenas podía masticar y era un calvario él poder comer y fue un poco lo que pudo  comer, fueron  más empanadas por su mente recordó aquellas verduras que había hervido y preparado y que estaba en la nevera pero bueno en ese momento estaba con los hijos y  hasta le criticaron que no había comido mucho pero era esa dentura nueva la ocasionaba muchas molestias, miraba a todos como pensando que todos se daban cuenta de  que tenía problemas.

Finalmente llega el postre y todos era felicidad pero Sofía la festejada le faltaba algo no al 100% alguno de sus hijos le comento para la otra  ya no te vamos a festejar porque no te gusta  a donde te traemos, solo con una sonrisa tímida les miro a sus hijos que nunca se acordaban mas hasta la próxima Navidad.

Por fin llegaron a casa y una vez que se fueron los hijos acabo el sufrimiento de Sofía triste porque no era lo ella hubiera querido y malo porque en pocas ocasiones miraba a sus hijos y nietos, solo  se dirigió a la nevera y saco sus verduras y comió con gusto porque no había podido hacer en restaurante por aquella dentadura inestable, con lagrimas en los ojos solos recordando al mirar un foto de ella con sus hijos muchos años atrás.


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