jueves, 9 de enero de 2014

Historias José el Musculoso




A inicios de los años 90´s el único Bar que conocía acudía era el Vaquero, el legendario ubicado por el sur de la ciudad de México, por Insurgentes Sur y Félix Cuevas, pero  solo podía ir los domingos, los fines de semana rentaba el equipo de Sonido por lo que,  el Domingo  era mi día libre era ese día, no me gustaba porque mientras otros ya están descansaban yo tenía que aprovechar era mi salida  para liberarme del estrés de toda la semana.
Como siempre  con mis dos cervezas durante un rato en el lugar me eran más que suficientes para salirme de la rutina, había una rocola, en un principio escuchaba la música y no le tomaba atención a las letras, hoy en día hasta me gusta escucharlas que cambio, volviendo aquellos años,  como ya me conocían  como cliente me invitaron para un aniversario de lugar y ahí me dieron un boleto para dos personas me presentaron a José una persona más grande que yo, él era un cabrón fornido, marcado,  con su playera de tirantes no dejaban nada a la imaginación, aquel pecho voluminoso se miraba espectacular el volumen se marcaba perfectamente   como sus brazos y sus piernas, un  inconfundible corte de cabello muy corto tipo militar, era un cromo de Arnold  Schwarzenegger  él sería mi acompañante por la invitación no podía estar más contento.

Llego el día de la fiesta ya lo ubique y intente hacer la practica pero no tuve mucha respuesta lo que llegue a una conclusión creo no era su tipo de persona yo delgado, me faltaba  levantar volumen, en aquellos años la natación era el deporte que más hacia pero le faltaba complementar  otra actividad, no usaba barba de candado,   Yo No era lo que el buscaba.

Paso el tiempo y me lo llegue a encontrar en varias ocasiones en lugares diferentes siempre con sus playeras pegadas donde se apreciaba ese torso bien formado y siempre acompañado de gente  como el fornido y guapos, yo solo lo saludaban si se acordaba de mí.

Y paso el tiempo  tan rápido que nos percatamos la vida se va, y  hace poco caminando por el centro de la Ciudad, Me volví  a encontrar a José igual con la mismo tipo de playeras pero ahora su cuerpo había cambiado ya no era el mamado y musculoso que conocí,  el volumen era menos por lo menos una sombra de lo había sido,  ahora con una persona  de mayor edad. Para mi gusto no era como las personas que alguna vez le vi.

Y en la pasada marcha lo volví ver ahora no me saludo  pero esta vez estaba solo caminando  entre gente.

Reflexionado  a veces nos dejamos llevar por lo físico algo que con el tiempo se va depreciando sin darnos cuenta y al final se acaba., y dejamos lo que realmente  vale de las personas y eso es lo vale más, por desgracia hoy en día son de las cosas  que nos cuesta trabajo descubrir, y esos nunca se acaba a pesar de que pasa el tiempo y eso son los sentimientos.




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