jueves, 16 de enero de 2014

Historias 620 Cuentos de la revolución “ Los Capulines “ parte II



En un lugar de la  Hacienda de los Capulines se Castigaba a  Felipe el peón que dejo que se desbocara el caballo y puso en  peligro al Hijo de Dueño, por aquella ventana  se levantaba la cortina para observar aquella escena  era Francisco que miraba detenidamente  y con mucho morbo, se empezó a  tocar el mismo, y poco a poco sus manos fueron bajando lentamente hacia sus cintura, el sudor  poco a poco escurría por su frente, el cinturón de pita  empezó a bajar lentamente hasta caer al piso, mientras que el patio se escuchaba el sonido seco de los latigazos.

En aquella habitación Francisco el hijo del Dueño, se bajaba lentamente los calzoncillos, empezaba a masturbarse, observando por la ventana a Felipe el peón,  ya con la vista perdida y la sensación de tener los ojos bizcos anunciaban que había venido (corrido), de repente  tocaron la puerta,   apresurado  se acomodo la ropa, y gritando ya voy... como pudo quedo lo mejor posible, y  abrió la puerta era  Don Luis su padre, ahora con sudor  y apenado tratando de ocultarlos con una sonrisa, pero el comento que  la revolución había estallado y que había que estar al pendiente  porque los grupos armados andaban robado, y esa fue la conversación que le puso fin  a esos momentos.


Pasaron unos días y  Francisco trataba de averiguar la situación de Felipe, después del castigo aunque disimuladamente para que no se diera  cuenta de su interés que venia de menos a más.
       


En la Hacienda era un secreto a voces que circulaba, desde hacia mucho tiempo,  desde los empleados hasta los peones pero solo eso rumores, nadie podía cuestionar la integridad de Francisco el Hijo del Hacendado  y por miedo a represalias quedaban en silencio sobre las preferencias del hijo, a su vez este no podía borrar de su mente la imagen del  peón, el Hombre joven de cuerpo duro, marcado  y varonil, Francisco era gay pero en closet, cuidando la Moral de la sociedad  y de las buenas costumbres, por ahí para disimular había enamorado a la Hija de un Hacendado cercano  y hasta arreglos para una futura boda. Con eso acallaba los rumores hasta las sospechas de Don Luis su Padre.


Felipe el Peón  se repuso después del castigo y le asignaron otro trabajo y los volvieron casi  a la normalidad, para los peones el dia iniciaba a las 4.00 a.m.  por la mañana y terminaban  7.00 p.m., muy pesado,  ahora las labores eran muchas. No así el Interés de hijo del hacendado en él, que lo mandaba buscar con el menor pretexto para  alguna tarea,  hasta detalles que no tenían lógica, pero poco a poco esa sensación de persecución la fue notando más Felipe,  y junto con los rumores hacían de Felipe  tenía cierto temor pero no podía hacer otra cosa más que ocultarlo.


Una tarde Felipe acomodaba  las pacas de paja, en aquellas bodegas en ruinas,  ese día llegaba otra carga lo que debería de despejar el área,  al estar cargando una paca, escucho  ruido, por ahí volaron unas palomas pero siguió con su trabajo, volvió escuchar ruido y con cautela empezó a buscar por ahí entre las pacas  y observar las paredes de adobes  viejos si encontraba el origen. Pero no lograba descubrirlo, buscando por ahí al fondo de la  bodega  logro ver movimiento en unas habitaciones  en ruinas, para poder llegar había una puerta clausurada por  una vieja puerta de madera apolillada tapada el acceso  una de las  habitaciones abandonadas y en ruinas, y por un orificio entre las maderas podía mirar al otro lado,  la poca luz no podía distinguir lo que en sombras se movía, pero conforme la vista se fue acostumbrando a la oscuridad del lugar y por aquella rendija  pudo ver el torso desnudo pero al ir alzando la vista miro que era el hacendado Francisco el hijo del Dueño con otro hombre el cual desconocía porque la oscuridad del lugar tampoco le ayudaba, asombrado y con  curiosidad, pero a la vez con miedo sobre todo de no hacer ruido para no lo delatara porque si lo descubren sería el fin de el y de su familia.


En ese momento el peón aguantando la respiración y sin hacer ruido, observaba como se deslizaban esas manos (de Francisco)  por aquel cuerpo asi como ese frenético movimiento, pero lo que lo dejo frió,  la mutua masturbación de las dos personas  en aquel lugar de hacienda, fue todo tan breve terminaban y apresurados a ponerse las ropas, para salir por otra salida  sin que notaran la miraba de Felipe, con la cara de confusión  de lo había presenciado no podía comentarlo con nadie por las represalias y confirmando lo que en rumores  de la gente, pero solo movió la cabeza,  asi que tomo un paca y la siguió acomodando en la bodega con la mayor rapidez.

Aquella noche  el peón acostado a un lado de su mujer  Soledad, no podía dormir  solo pensando en lo que había observado, la verdad tenia fobia a los jotos y maricones pero ahora asi  no sabía de porque había sido mudo testigo de una practica de sexo que  desconocida.

Por la mañana el capataz de la Hacienda mando a llamar al peón  Felipe para se presentara con Francisco el hacendado, la verdad lo inquieto para que será, era la gran duda, se habrá dado cuenta de lo que había visto, caminado con pasos lentos  y con la mente pensando en muchas cosa llegaba aquella parte de la hacienda donde estaba Francisco, .....   
    




No hay comentarios:

Publicar un comentario