En un
lugar de la Hacienda de los Capulines se
Castigaba a Felipe el peón que dejo que
se desbocara el caballo y puso en
peligro al Hijo de Dueño, por aquella ventana se levantaba la cortina para observar aquella
escena era Francisco que miraba
detenidamente y con mucho morbo, se
empezó a tocar el mismo, y poco a poco sus
manos fueron bajando lentamente hacia sus cintura, el sudor poco a poco escurría por su frente, el
cinturón de pita empezó a bajar
lentamente hasta caer al piso, mientras que el patio se escuchaba el sonido
seco de los latigazos.
En
aquella habitación Francisco el hijo del Dueño, se bajaba lentamente los
calzoncillos, empezaba a masturbarse, observando por la ventana a Felipe el
peón, ya con la vista perdida y la
sensación de tener los ojos bizcos anunciaban que había venido (corrido), de
repente tocaron la puerta, apresurado
se acomodo la ropa, y gritando ya voy... como pudo quedo lo mejor
posible, y abrió la puerta era Don Luis su padre, ahora con sudor y apenado tratando de ocultarlos con una
sonrisa, pero el comento que la
revolución había estallado y que había que estar al pendiente porque los grupos armados andaban robado, y
esa fue la conversación que le puso fin
a esos momentos.
Pasaron
unos días y Francisco trataba de
averiguar la situación de Felipe, después del castigo aunque disimuladamente
para que no se diera cuenta de su
interés que venia de menos a más.
En la
Hacienda era un secreto a voces que circulaba, desde hacia mucho tiempo, desde los empleados hasta los peones pero
solo eso rumores, nadie podía cuestionar la integridad de Francisco el Hijo del
Hacendado y por miedo a represalias
quedaban en silencio sobre las preferencias del hijo, a su vez este no podía
borrar de su mente la imagen del peón,
el Hombre joven de cuerpo duro, marcado y varonil, Francisco era gay pero en closet,
cuidando la Moral de la sociedad y de
las buenas costumbres, por ahí para disimular había enamorado a la Hija de un Hacendado
cercano y hasta arreglos para una futura
boda. Con eso acallaba los rumores hasta las sospechas de Don Luis su Padre.
Felipe
el Peón se repuso después del castigo y
le asignaron otro trabajo y los volvieron casi
a la normalidad, para los peones el dia iniciaba a las 4.00 a.m. por la mañana y terminaban 7.00 p.m., muy pesado, ahora las labores eran muchas. No así el
Interés de hijo del hacendado en él, que lo mandaba buscar con el menor
pretexto para alguna tarea, hasta detalles que no tenían lógica, pero poco
a poco esa sensación de persecución la fue notando más Felipe, y junto con los rumores hacían de Felipe tenía cierto temor pero no podía hacer otra
cosa más que ocultarlo.
Una tarde
Felipe acomodaba las pacas de paja, en
aquellas bodegas en ruinas, ese día
llegaba otra carga lo que debería de despejar el área, al estar cargando una paca, escucho ruido, por ahí volaron unas palomas pero
siguió con su trabajo, volvió escuchar ruido y con cautela empezó a buscar por
ahí entre las pacas y observar las
paredes de adobes viejos si encontraba
el origen. Pero no lograba descubrirlo, buscando por ahí al fondo de la bodega logro ver movimiento en unas habitaciones en ruinas, para poder llegar había una puerta
clausurada por una vieja puerta de
madera apolillada tapada el acceso una
de las habitaciones abandonadas y en
ruinas, y por un orificio entre las maderas podía mirar al otro lado, la poca luz no podía distinguir lo que en
sombras se movía, pero conforme la vista se fue acostumbrando a la oscuridad
del lugar y por aquella rendija pudo ver
el torso desnudo pero al ir alzando la vista miro que era el hacendado
Francisco el hijo del Dueño con otro hombre el cual desconocía porque la
oscuridad del lugar tampoco le ayudaba, asombrado y con curiosidad, pero a la vez con miedo sobre todo
de no hacer ruido para no lo delatara porque si lo descubren sería el fin de el
y de su familia.
En ese
momento el peón aguantando la respiración y sin hacer ruido, observaba como se
deslizaban esas manos (de Francisco) por
aquel cuerpo asi como ese frenético movimiento, pero lo que lo dejo frió, la mutua masturbación de las dos personas en aquel lugar de hacienda, fue todo tan
breve terminaban y apresurados a ponerse las ropas, para salir por otra
salida sin que notaran la miraba de
Felipe, con la cara de confusión de lo
había presenciado no podía comentarlo con nadie por las represalias y
confirmando lo que en rumores de la
gente, pero solo movió la cabeza, asi
que tomo un paca y la siguió acomodando en la bodega con la mayor rapidez.
Aquella
noche el peón acostado a un lado de su
mujer Soledad, no podía dormir solo pensando en lo que había observado, la
verdad tenia fobia a los jotos y maricones pero ahora asi no sabía de porque había sido mudo testigo de
una practica de sexo que desconocida.
Por la
mañana el capataz de la Hacienda mando a llamar al peón Felipe para se presentara con Francisco el
hacendado, la verdad lo inquieto para que será, era la gran duda, se habrá dado
cuenta de lo que había visto, caminado con pasos lentos y con la mente pensando en muchas cosa
llegaba aquella parte de la hacienda donde estaba Francisco, .....
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