viernes, 31 de enero de 2014

Historias 631 Las cosas inoportunas



Amanece  la mañana fría de domingo,  después de haberme acostado a las 4.00 a.m. de la noche de antro, miro el reloj y son las  7.15 a.m., la costumbre de ir al trabajo me hace despertar, el sol empieza a lastimar y se filtra por las persianas, trato de taparme con las cobijas, por momentos luego conciliar el sueño por momentos.

Cuando estoy descansado por las calles escucho el claxon del  vecino que pita para  le dejan pasar, y es molesto  por que por más que trato de conciliar el sueño el ruido de la calle es más evidente, la gente  y los autos.

Realmente no sé cuanto ha pasado de tiempo  pero parece todo tranquilo vuelvo a tratar de  dormir, la habitación  empieza ser más cálida por fin dormiré un poco más, y voy pensando que en la noche anterior en la madrugada en el antro, conocí a una persona me sorprendió porque Antonio  un viejo amigo de la escuela, aquel delgado y teto amigo con el paso del tiempo se ha convertido en un hermoso y fornido oso, usa lentes  se ve mejor  y esa barba de candado que resalta esa personalidad.

Ahora no le hacemos el feo, Antonio me dio su teléfono espero tratarlo, por desgracia estaba acompañado de sus amigos, parece en ambiente gay muchos ya tienen sus grupos de  amistad y la mayoría de los casos es difícil poder entrar cuando estaba en la mejor platica llegaron sus  amigos a interrumpir que ya tenía que ir, ni modo  no pudo culminar ese reencuentro, ya la fiesta había terminado, las compras de pánico por los pasillos de antro y en los baños, mejor hora para regresar a casa,

Ya  había llegado a casa en la recamara  ya acostado  escuchaba el shshshshsh en los oídos resultado sonido de la disco y en la celular a un lado porque tenía el teléfono de mi amigo Antonio, me quede dormido.

Son las 9.00 a.m. me quede dormido para despertarme con ese sonido fastidioso, de tamales oxaqueños, sus ricos tamales, solo coloque las almohadas en la cabeza y trate de dormir de nuevo.



Me desperté ya son las 11.30 a.m. la habitación hace más calor, adormecido con un ligero dolor de cabeza no sé si haya tomado una cerveza de más pero asi pasa algunas ocasiones cuando sale de antro, me levanto las cobijas ya el calorcito es rico y miro mi cuerpo y noto que  pene excitado,  es bueno porque mientras amanece así es que sigue funcionado, mejor momento para hacerse una chaqueta, una paja, masturbarse, o no se como lo digan o conozcan en otras partes, debajo del colchón tengo por ahí algunas viejas revistas para ver algunos cromos de hombres semi desnudos y empezar.

Justo cuando estoy casi por venir, o por correr suena el tiemble  de la casa, en eso mis pensamientos dicen como joden  quién podrá ser, nuevamente vuelvo a escuchar el timbre, ni modo tengo que levantarme sin finalizar, bajo rápidamente y grito quién me contestan somos los Testigos de Jehová, me da mas coraje y nuevamente vuelven a tocar el timbre, solo en pensamiento vuelven a tocar así y Dios se quedara sin testigos.

Finalmente abrí la puerta ya les comente respeto pero no  me interesa y finalmente logre que se fueran regrese a la recamara me acosté pero ya no podía hacer nada las ganas se fueron asi que mejor iniciar el domingo desayunando a las 12.30 p.m.


Asi fue un día de frustración, bueno tengo el teléfono de mi amigo Antonio, eso fue lo dije pasaron los días y nunca me marco, le marque pero me comento que me regresaría la llamada y bueno ya han pasado varios años y nunca paso nada si pasa.

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