A
mi memoria recuerdo cuando era niño cuando Mama me llevaba al mercado hacer sus
compras, por economía siempre acudía a la Merced, y bueno me gusta ese
mercado por su gente, su característica mezcla de olores más bien huele a
verduras ya veces más que otras cosas, color y creo es emblemático.
Una
de las cosas que desdé niño creo con mi sexualidad en el closet no impedía
a que empezara a ver la gente al mi alrededor y entre tanta gente empecé a
conocer lo que hoy conocemos como los chacales El Macho, rudo,
moreno, fornido, humilde, de barrio, orgulloso de sus raíces y costumbres
populares, además del rol activo que se supone juega en la relación sexual, son
algunos de los adjetivos con los que se puede describir al chacal,
los caracteriza, una actitud machista y dominante, el chacal que
tiene que ver más con el hombre de clases sociales populares y de ámbitos
rurales, sino con la homosexualidad de barrio.
Carlos
Monsiváis definió como el joven proletario de aspecto indígena o recién mestizo
que tiene por hábito sentirse ampliado, deseado así nadie lo contemple.
"El chacal no mira para no regalar su mirada, pero se deja mirar para
ascender en su autoestima. Las camisetas entalladas, los jeans ajustados
y convenientemente rotos, las gorras de béisbol, el perfeccionamiento de la
mirada hostil o indiferente que sin embargo invita, de ningún modo el prostituido,
en modo alguno el inaccesible".
En
aquel lugar solo observaba aquellos hombres pueden ser los diableros, los
comerciantes, los choferes, los policías, albañiles, taxistas, obreros. Wachos,
etc., la gente de común pero en aquel mercado de la Merced no
podían faltar los mamados o los cuerpos marcados por el mismo trabajo y viendo
aquellos brazos y los pechos con algo que a los que practican pesas
envidiarían, el volumen de sus músculos y sin ser productos de anabólicos,
hormonas y todo lo se puedan meter, estos son naturales.
El
detalle para mi edad en esos días algo inalcanzable pero de alguna manera
formaban parte de mi imaginación y bueno con el paso del tiempo ya se
familiariza uno con ese tipo de gente.
En
la ciudad de México hay muchos lugares por lo menos para darse gusto con
la mirada, pero debe de hacerlo discretamente por a veces nos miran como
mandarnos a donde no queremos.
Ahora
veo que no solo en ese lugar lo podemos encontrar ahora solo falta recorrer
algún día el Metro de la Ciudad, así como el centro, La Alameda, antros Oasis o
el Viena cerca de ahí, al norte en Metro Toreo cerca hay lugares donde se
reúnen los wachos, que algún día quiero conocer, Por las estación del tren
suburbano en Lindavista es fácil ver tal cantidad que viene o sale de la
ciudad, en Calzada Zaragoza hay muchos antros como el Tortugas y otros que no
recuerdo, pero siempre tener en mente que no todo lo brilla es oro porque
también entre ellos puede haber ladrones o ratas disfrazados de chacales.
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