martes, 5 de marzo de 2013

Historias 457 Aquel Oso.



Aquella noche había ocurrido algo que tanto había esperado por fin él haber tenido una platica y posteriormente  una propuesta y sobre todo de aquel hombre fornido y viril, su cabello corto, aquella barba de candado y el porte, su camisa el color negro  favorece  e impone, todas las miradas de la gente que estaba en aquel antro, precia que estuvieran atentos a lo que yo hacía.

La música seguía en el lugar, el murmullo de gente que sin querer hablaba a gritos por lo fuerte del sonido, pero que mejor a veces estar en ese espacio que es totalmente como uno quiere ser y siempre es mejor salir de la rutina.

Y yo con aquel hombre que no hacia más que nada disfrutando no solo de platica si que mirarlo sin que se diera cuenta lo guapo estaba  son pocas las veces que tengo esa oportunidad y bueno y ya la tenemos no hay que dejarla ir, así decidimos abandonar el lugar, y salimos del lugar, en Junio la noche esta fresca por la lluvia de la tarde esa día no lleve chamarra por no querer cargar, tenia algo de frío, cuando menos lo esperaba aquel cabrón se quito su chamarra y me la dio  me comento póntela,   así fue esos detalles que son simples pero en fondo son tan grandes, así caminamos por las calles,  pensaba no importa cuanto camine el detalle disfrutar esa compañía.

A los poco minutos llegamos a donde estaba hospedado y bueno me invito a pasar la verdad muchas ideas locas  buenas y malas por la mente, aparecieron los ángeles y demonios pero nos les hice caso así entre.

Ya estando en aquella habitación la luz de  lámpara no era mucha por lo que había penumbra, yo  sentado en aquella cama pensando, a veces  con miedo porque  desconocemos todo.

Pero cuando salió aquel cabrón del tocador  alce  la vista y la verdad mis ojos no daban crédito aquella realidad, pensando que más podía pedir  aquel cuerpo bien formado pero su volumen y sobre todo el vello y contraste con su barba, por mi cuerpo el sudor  empezó a correr y por mi mente muchas ideas tan locas que os tanta información que acabo parándose, no por exceso de trabajo sí por adrenalina. , Creo que la vida a veces nos llega las oportunidades cuando menos lo pensamos, el dilema que hacer y no hacer, nosotros por naturaleza actuamos por instinto dejando atrás muchas cosas.

Pero estaba ante es puerta y regresando aquella noche y solo apague la luz de aquella lámpara.

Recuerda  que siempre usa condón.

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