lunes, 11 de marzo de 2013

Historias 459 Las Citas a ciegas


Una de las cosas que llegaron con el avance de las comunicaciones no sólo fueron las redes sociales que nos facilitaron el poder conocer  a personas,  Pero como pasar de lo virtual a lo real un pequeño paso que muchas veces no nos atrevemos a realizar.

Se llama cita a ciegas a la cita en la que las dos personas que se reúnen no se han conocido previamente. Y por lo general sean conocido por una pagina en Internet, chats  o redes sociales. La mensajería instantánea o los foros, al final deciden encontrarse en persona. Después acudirán a un lugar en donde tendrán la oportunidad de hablar y conocerse el uno al otro

La cita a ciegas está considerada como una de las experiencias emocionales más estresantes, principalmente debido a la gran pérdida de autoconfianza por ambas partes y el inevitable temor a lo desconocido.

Aquella tarde me había quedado de ver con aquella persona, en efecto aquel café era lo más adecuado, por lo menos cuando se trata de conocer a las personas.

Llegue temprano aquel establecimiento, no había mucha gente, impaciente sentado en aquella mesa, yo mirando el reloj con impaciencia, con nervios y por mi mente pensaba como será la persona,  en su foto se ve bien pero la gente cambia, algunas veces se ven mejor en otras es el cambio tan  fuerte porque No son fotos no recientes, están arregladas o a veces fotos falsa.

Por ahí mire a una persona que entro, la mire,  me gusto, era un hombre joven de cabello rizado, blanco y fornido y llevaba  algunos libros, que era  estudiante, no había duda,  no era  la persona que yo esperaba  porque dos mesas atrás de mí estaban una jovencita muy guapa que lo esperaba, por poco a punto de quedar en ridículo.

Pasaba el tiempo y no llegaba, por momento pensaba que era mejor, pero hasta las manos me sudaban, miraba el reloj y ya casi 5  minutos de la hora habíamos quedado.

Mire por aquella calle a una  persona muy guapa era un hombre tipo oso, fornido, velludo pero no era porque ni entro al café, camino de largo y yo sentado en aquella  mesa esperando quizá, algo bueno, alguna buena amistad, o simplemente una buena conversación, por alguna razón me había llamado la atención esa persona y por la cuál tuve que aceptar esa cita.


Yo miraba toda la gente de aquel lugar, por momento escuchaba las conversaciones, por lado de aquella mesa de amigas no salía de temas superficiales como la artista de la novela o la escena del capitulo de anoche, en la mesa a mi izquierda miraba las gesticulaciones de aquel señor maduro con aquella jovencita que podía ser su hija pero promesas de amor, por ultimo los estudiantes que tenía poco y estaban comentados sus clases.

Todo era un mundo en aquel pequeño café, pocas personas pero un universo y yo esperando a hombre de mi cita a ciegas, que no llegaba  y bueno solo esperaría unos minutos más pero tuve que pedir un café para disimular que me habían dejado plantado.


Los nervios me traicionaban, más cuando miraba es calle que por momentos se miraban  caminado al fondo personas el latido del corazón lo escuchaba pensado que esa era  la persona, pero no  llegaba, los cruzaban la entrada de ese café.


Ha pasado 30 minutos y creo hasta el café me lo acabe y no ha llegado la persona, en donde esta el hombre de la foto que me había estado rogando por aquella cita con tanta insistencia para que no llegará.


Por ahí me percate que un carro se dio como tres vueltas en cada vuelta miraba hacia la cafetería, raro porque tiene mi celular y yo tengo el suyo, le trate de hablar pero me apareció fuera de línea pagado. Le había  mandado mensajes pero tampoco me contesto.


Pedía la cuenta y pague así me salí de aquel café, por alguna  razón no llego,  o si llego y me miro quizá no le guste, o se le hizo tarde, o tantas excusas para no pensar que habían dejado plantado.


Así camine unas calles y llegue a la parte principal de aquella plaza, me senté en aquella banca a pensar en nada ya que estaba en ese lugar por lo menos aprovechar el tiempo.


Pasaron unos minutos y me escuche que alguien me preguntaba la hora alce la vista y era un hombre bien parecido con su ropa deportiva y su mochila al hombro, y  me comento si conocía una calle cercana ya le di referencia y le di las indicaciones yo  conozco la zona y lo mire con una sonrisa me dio las gracias.


Después unos breves segundos reaccionen pero este hombre ya había caminado unos metros, me levante  y vi que también había volteado a mirarme, y bueno ahí vino lo más emocionante pensando que puede uno perder si no le arriesga uno,  me pare y camine unos pasos vi que el se regreso, la verdad no pense que pudiera pasar y ya nos saludamos nos dimos los teléfonos.


Desde esa fecha  Jacobo es uno de mis mejores amigos  y he pensado que a veces buscamos las cosas en lugares que no son los adecuados, pero esa ocasión valió la pena de aquella cita a ciegas que me dejaran plantado.

1 comentario:

  1. wow es hermosa tu historia... en verdad si cada uno contaramos todas las que nos han hecho y bueno yo también he hecho algunas, y todas tienen una historia de porqué...pero es fabuloso saber que sino hubiera pasado o no hubieras por lo menos intentado, la vida creo tendría menos anécdotas fabulosas, como la que nos compartistes

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