Cuando andaba con Eduardo siempre me había gustado compartir desde los
más simple ese día era su cumpleaños ya le había comprado su regalo como era
día entre semana era complicado y no tenía muchos recursos porque era fin de
quincena solo pensaba algo sencillo la cuestión es no dejar de pasar la
ocasión.
... Ya lleve mi regalo a trabajo y le hable por teléfono
a su celular (yo no contaba con celular en esos tiempos) y le comente que sería
algo sencillo por lo menos ir cenar y quedo de pasar por mí a la oficina, llego
el tiempo de la salida, pensé espero que no tarde por lo mucho unos 10 minutos
es contaba con auto y quedo de pasar por mí a la oficina.
Espere pero no llegaba, y bueno hable a su celular pero
no me contestaban, hable a su casa sus familiares me contestaban mal me
contestaban que no estaba y colgaban, así que espere un tiempo más que se
convirtieron como dos horas ya era noche hable a su celular pero sin éxito y paso
el tiempo, el Policía me comento Roberto
vamos a cerrar la oficina y así tome mi regalo y me retire a casa, salí por la
calle muy obscura con mi regalo en mano, todavía espere algunos minutos pensado que llegaría
pero en aquella calle ya ni autos
pasaban y me retire a la casa, con mi
ilusiones perdidas, a si fue ese día.
Y el detalle como no poder hablar al teléfono o
contestarme la llamada me hubiera podido decir que no iría o que nos viéramos
otro día pero algo tan simple nunca llego así fue.
Moraleja a veces pensamos que somos indispensables para
la gente pero muchas veces estamos equivocados porque no hablar o comentarlo
evitar muchas cosas.
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