En Coyoacán hasta antes de la
mitad de siglo pasado todavía se cultivaban las parcelas, había manantiales se distribuían esa agua de los diferentes
canales, el sistema de cultivo de las chinampas permitió la agricultura, hoy ya
se extinguieron alguno pozos todavía
existen.
En aquellos años había mi Abuelo
que tenía su siembra de vegetales y flores,
todavía recuerdo en los terrenos de la casa donde había siembra de
flores, alguna ocasión calabaza, por aquellos años una mañana observo
una parte de los cultivos estaban
maltratados e inclusive la tierra
fuera de su lugar las plantas tiradas a lo largo del camino esto ocurría con
frecuencia dejaba de pasar un día o dos y de nuevo por la mañana pensó que era alguna broma o la actuación mala
de alguna persona pensado que ya después
de varias ocasiones que pasaba esto tomo una decisión la de buscar a los
culpables no dejará para un día mas así,
aquella tarde busco la vieja
escopeta y a esperar la noche se sentó cerca de la
parcela a esperar.
Llego la noche la oscuridad
invadió poco a poco el lugar por aquellos años no había energía eléctrica solo algunos puntos y el pueblo estaba a las
orillas de la Ciudad por lo que era despoblado las casas de los conocidos más
cercanos separadas por distancias largas y después iniciaba el pedregal zona
muy agreste.
Transcurría la noche y no pasaba
nada ya con sueño por momentos despertaba, el
tiempo pasaba lentamente y el frio poco a poco más intenso, cerca de
las 3.00 A.m. empezó escuchar ruidos raros los cuales no lograba identificar así
como el ladrido de los perros. al
escucharlos se enchina la piel se levantó
y sin hacer mucho ruido trato de mirar por todos lados y más por la
dirección de aquellos sonidos, por más
que trataba de ver a lo lejos no distinguía nada, de
momento empezó a escuchar los sonidos de la hierba que se quebraba, de repente de aquella parte de la parcela
entre aquellos árboles que bordeaban la zanja salió un puerco semental enorme, que hasta al verlo sintió mucho temor y miedo pero era solo un puerco, este semental empezó a correr por los plantíos,
en ese momento con mucho coraje tomo la
escopeta apunto aquel enorme puerco ya
lo tenía en la mira cuando estaba a punto de disparar se le cayeron
los pantalones, por lo que tiro la escopeta
para subirse los pantalones no vio a donde
se había ido aquel animal por más que lo busco , solo el miedo en el aullar de los perros
quedo en esa noche fría.
Desde esa noche dejaron de pisar los cultivos, y la explicación de lo
que ocurrió se quedó para siempre en misterio.
Relato de mi abuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario