viernes, 21 de octubre de 2016

Historias Bajo la Luz

Hace algunos años en aquel antro de ambiente,  que me gusta mucho  fui un viernes, el lugar tenía  algo disfrutaba estar ahí a veces solo viendo a la gente, otras escuchando alguna conversación me divierto a veces observando a las personas, a veces pienso como serán en el trato,  a veces podemos estar contentos por fuera pero por dentro llevamos esa  melancolía que vuelve tristeza, o podemos tener una cara de pocos amigos pero por dentro no rompemos ni un plato, somos de lo más nobles, o tener una cara de seriedad pero a veces solo eso porque matamos hasta la gallina con todo y huevos,  siempre yo tomando un par de cervezas, una de cosas es siempre salir de la rutina diaria del estrés de una semana siempre es bueno variare por lo menos un rato sin pensar en nada.
                   

Después de ir en varias ocasiones hasta me sabía de memoria el lugar de cada persona, hasta la canción que actuaría la travesti, o la canción en la pista, en estas veces observe en  aquel rincón de la barra a la misma persona, siempre en el mismo lugar ,  bajo la luz  de aquella lámpara, siempre miraba aquel hombre con el cabellos canosos y el reflejo del tiempo en la cara,  siempre cayado a veces viendo a la gente en otras como pensando, no faltaba ocasión siempre en el mismo lugar,  a veces nos damos cuenta que el tiempo avanza  debemos de aprovechar al máximo, nunca supe su nombre, ni que se dedicaba, no creo que haya tenido pareja por lo menos en el tiempo que lo observe, siempre solo, por alguna ocasión platicaba brevemente con alguna persona pero solo era breve, después de un rato quedaba nuevamente solo.
                     

Recuerdo las primeras veces que lo veía siempre serio en ocasiones contando el tiempo mirando su reloj, como esperando a alguien que no llegaría, en otras atento a ir y venir de la gente pero nunca sonreía,  una noche me  comento Lalo que nunca le gustaría llegar a esa edad que era morir joven o antes de llegar a esa edad, a él se le cumplió porque murió cuando 37 años.

Hubo una noche  que no vio pensé que no había asistido pero no fue así solo había cambiado de lugar, la razón le habían ganado el lugar en aquella barra, así paso el tiempo, una noche que ya no vi, y así pasaron varias veces y ya no regreso nunca.


La triste realidad en el  ambiente, la gente  ya madura es una etapa difícil por  mucho que nos resistamos el tiempo no pase, que regresen los tiempos prósperos donde,  nos volvemos egoístas porque hasta escogemos con quién hablar, con quien irnos, conforme va pasando el tiempo, llega a una a una etapa que quizá ya la gente  no nos tome en cuenta,  y pagar para no sentir esa soledad, muchas veces he pensado nunca vivir a esa edad solo,  espero no estar algún día bajo la luz de lámpara, en algún lugar esperando como ha pasado el tiempo, y a su vez esperando el final del camino.




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