viernes, 28 de octubre de 2016

Historias 793 La procesión de las ánimas.


Mario siempre había sido un joven distraído y problemático  pero en ese año había perdido a sus padres en un accidente, por lo que influyo más hacerlo más retraído y poco social.
Era casi finales de Octubre en los días eran más despejados y las heladas más frecuentes, anunciaban que  se aproximaban los días de muertos
Algunos vecinos y familiares le comentaban a Mario que debía de poner ofrenda pero comento que él no creía en eso con tanto recelo lo único que quería era olvidar y hasta escéptico,  Que duda o desconfía de la verdad o posibilidades de algo.

Así llego el 1º de Noviembre, como cualquier otro día Mario se fue a trabajar se había olvidado poner algo en relación con las ofrendas, llego en la noche llego muy cansado que fue a dormir, en la madrugada escucho muchas voces y ruidos en la calle, sobre saltado se levantó a mirar por la venta que daba aquella calle, solo  miro mucha gente como en una procesión muchas personas todas traía una vela en las manos, a la vez le dio temor pero curiosidad hasta bruma había  por esa fila de personas empezó a ver caras conocidas, pero fue más su miedo que eran personas ya fallecidas,  en las manos llevaba comida, frutas o dulces algunas poco otras más, hasta itacates llevan algunas, miro entre esa gente se hizo familiar las caras pero estos no llevan nada solo las caras agachadas y las manos vacías, eran conocidas esas caras no lograba reconocerlas, miro de nuevo la  multitud parecía fiesta,  observar de nuevo miro que eran sus padres eran los que no llevaban nada, todo paso tan rápido que la procesión termino y se perdió entre la oscuridad de la calle.


Aquel susto lo dejo pensando lo busco rápidamente en la despensa y encontró una vela prendió un cerillo y la encendió, por ahí encontró algo de pan y unas naranjas coloco su pequeña ofrenda.

Se quedó dormido por la mañana se levantó y lo primero que hizo fue ver su ofrenda pero no había nada ni la vela, ni el pan ni las naranjas, realmente no supo si había sido verdad, su conclusión para Mario fue que había sido un sueño.

Por ahí en el suelo estaba cerillo utilizado.

Ese relato de mi abuela paterna.




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