jueves, 26 de febrero de 2015

Historias Los Chacales en todos lados.



A mi memoria recuerdo cuando era niño cuando Mama me llevaba al mercado hacer sus compras, por economía  siempre acudía a la Merced, y bueno me gusta ese mercado por su gente, su característica  mezcla de olores más bien huele a verduras ya veces más que otras cosas,  color y creo es emblemático.

Una de las cosas que desdé niño creo con mi sexualidad en el closet  no impedía a que empezara a ver la gente al mi alrededor y entre tanta gente empecé a conocer lo que  hoy conocemos como los chacales El  Macho, rudo, moreno, fornido, humilde, de barrio, orgulloso de sus raíces y costumbres populares, además del rol activo que se supone juega en la relación sexual, son algunos de los adjetivos con los que se puede describir al chacal,   los caracteriza, una actitud machista y dominante, el chacal que tiene que ver más con el hombre de clases sociales populares y de ámbitos rurales, sino con la homosexualidad de barrio.

Carlos Monsiváis definió como el joven proletario de aspecto indígena o recién mestizo que tiene por hábito sentirse ampliado, deseado así nadie lo contemple. "El chacal no mira para no regalar su mirada, pero se deja mirar para ascender en su autoestima. Las camisetas entalladas, los jeans ajustados y convenientemente rotos, las gorras de béisbol, el perfeccionamiento de la mirada hostil o indiferente que sin embargo invita, de ningún modo el prostituido, en modo alguno el inaccesible".

En aquel lugar solo observaba aquellos hombres pueden ser los diableros, los comerciantes, los choferes, los policías, albañiles, taxistas, obreros. Wachos,  etc., la gente de común pero en aquel mercado de la Merced  no podían faltar los mamados o los cuerpos marcados por el mismo trabajo y viendo aquellos brazos y los pechos  con algo que a los que practican pesas envidiarían, el volumen de sus músculos y sin ser productos de anabólicos, hormonas y todo lo se puedan meter, estos son naturales.

El detalle para mi edad en esos días algo inalcanzable pero de alguna manera formaban parte de mi imaginación y bueno con el paso del tiempo ya se familiariza uno con ese tipo de gente.
 En la  ciudad de México hay muchos lugares por lo menos para darse gusto con la mirada, pero debe de hacerlo discretamente por a veces nos miran como mandarnos a donde no queremos.

Ahora veo que no solo en ese lugar lo podemos encontrar ahora solo falta recorrer algún día el Metro de la Ciudad, así como el centro, La Alameda, antros Oasis o el Viena cerca de ahí, al norte en Metro Toreo cerca hay lugares donde se reúnen los wachos, que algún día quiero conocer, Por las estación del tren suburbano en Lindavista es fácil ver tal cantidad que viene o sale de la ciudad, en Calzada Zaragoza hay muchos antros como el Tortugas y otros que no recuerdo, pero siempre tener en mente que no todo lo brilla es oro porque también entre ellos puede haber ladrones o ratas  disfrazados de chacales.

     

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