viernes, 23 de mayo de 2014

Historias El hombre lobo






Todas las ocasiones que acudía a al Bar era lo mismo,  después de uno minutos de haber llegado siempre aparecía en escena ante la mirada de todos los parroquianos aquel hombre de cuerpo robusto, de barba de candado, de camisa entre abierta mostrando aquel pecho velludos sobre de este una cadena  de oro o eso aparentaba, a su paso el olor de la loción de moda era todo un acontecimiento, no solo por la presencia  y la personalidad de aquel singular personaje si no por lo bien que se miraba y el porte como cuando entra un torero al ruedo, hasta el caminar por el estilo, la miraba fija que no volteaba a ver a nadie, arrogante como el mismo y siempre se ubicaba en una lugar donde todos aquellos presente lo observarán para alimentar ese ego.

Todavía recuerdo una ocasión en fiestas de septiembre llegó con ropa de color negro asi como un sombrero negro era un acontecimiento, pero este singular personaje tenían un detalle a lo cual ya no se me hacía raro.

Siempre este singular personaje andaba a la caza, observando cada movimiento como animal depredador siempre buscando gente nueva y buen ver, no podía ver algún hombre  nuevo y de buen ver, este se situaba a un lado sin importar que  estuviera acompañado no quedaba conforme hasta le hacía la platica, y de un rato platica abandonaba el lugar con su presa haciendo la salida triunfal llevando al  mejor hombre del lugar para acostarse con el o pasar la noche.

Por eso le puse el Hombre Lobo porque cada noche buscaba a su presa y el detalle todos caían en sus garras y siempre lo lograba, y cumplía con su objetivo, aquella nuevamente en aquella habitación de hotel, o en su departamento  se movían las sabanas de la cama,  para después de un rato invadía el olor al cigarro, y como en las películas de terror en la mañana solo estaba la presa porque el Hombre lobo  había salido antes que el primer rayo del sol.


Una ocasión había llegado un amigo que conocía en las redes sociales y que era la primera vez que físicamente lo conocia, estaba de  visita en esta ciudad, en esa ocasión era  su primera vez que acudía aquel bar, me emocione al verlo y empezar a platicar, en esos momentos  sin darme cuenta el hombre lobo estratégicamente estaba atrás de donde estaba platicando con mi amigo, y por más que trate de que llamará la atención no pude, y solo fui al baño por unos breves momentos cuando regrese ya estaba platicando con mi amigo, me dio mucho coraje y el detalle esa noche se salió con la suya se lo llevo por el hombre Lobo había logrado su cometido se llevo al mejor hombre del bar, a mi amigo.

Pero este personaje tenía un detalle que al día siguiente padecía amnesia porque ya nos se acordaba de la gente que se llevaba la noche anterior asi era de cabrón, te encontraba ni te saludaba no conocia a nadie y creo ni el mismo se conocia.

Siempre escuche los comentarios de los amigos y gente del bar que comentaban,  ahora a quién se llevarán, a estas  alturas de conocer sus movimientos me caía mal su forma de ser pero no podía hacer nada  más  como todo lo que no nos gusta solo sobre llevar el asunto.

Después de varios años por ahí me lo volví a ver hace unos días pro ahí rondado en antro, de aquel hombre lobo arrogante, hoy me causa un miedo atroz  y a la vez de reflexión, aquel hombre ahora su estampa era más escalofriante,  su expresión física ya era lo mismo  en su cara se dibujaba que estaba enfermo y su expresión no dejaba duda alguna, ahora en algún rincón donde solo sus ojos expresivos miraban fijamente si me dio temor y escalofrío pero sobre todo pena recordando a cuantos se llevo a la cama y ahora con ese semblante que no deja si lugar a dudas que tiene SIDA.

Creo todos debemos de tomarlo en cuenta,  no solo el sino hoy en día hay muchos hombres lobos acechando a sus presas que sin saberlo podrán pasar una de las mejores noches pero nunca se sabe.

Solo de recordarlo  lo siempre no debe de faltar es siempre tener ese sentido de responsabilidad, y siempre tener sexo seguro porque hombre Lobos los hay  y muchos,  algunos nos saben que puede llevar consigo aquel mal no es solo de las noches de luna llena, y que ni con balas de plata ni agua bendita se quita.
       



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