En aquellos años cuando era niño recordaba estas fechas de diciembre con mucho color, podía percibir en el ambiente el olor de la colación, el de las frutas el de la canela, la guayaba, la lima, en un vaso de poche, el ver los cacahuetes y las jícamas, ver la ensalada de Navidad, ese sabor especial a betabel, con el que te pintabas los labios o ver los conos de las piñatas de estrella rotos, llenos de dulces o frutas o quizá nada con pedazos de olla que uno guardaba como valioso tesoro después de una posada.
Pero de tantos recuerdos el más me atrae a la mente es el de los nacimientos, sobre todo el que colocaba mi abuela materna en su casa, el que contemplaba por mucho tiempo, o miraba como sacaba de su caja y colocaba cada figura de barro, la abuela que en fondo la quería mucho pero con el paso de los años solo mantiene ese sentimiento porque ella nunca me quiso, realmente nunca lo demostró cariño alguno no sé si por su carácter fuerte o su forma de ser.
Cuando tenía 8 años, en casa la economía de mis padres no nos permitía poder colocar un nacimiento, por lo que siempre había sido mi ilusión, y en esos días caminado las calles del centro de la ciudad con mi padre, me detenía a mirar las vitrinas de las tiendas, me quedaba observando los nacimientos, sobre todo aquel que colocaba un banco, siempre con aquella ilusión.
Cada fin de año mi padre nos daba una remesa pero era solo
para comprarse una muda de ropa para el año siguiente apenas yo en la
secundaria, ahorrando algunos pasajes y con este importe complete para
gastarlo en unas figuras de nacimiento muy económicas, que escondí porque
el uso no fue para lo que era, así coloque mi primer nacimiento.
Paso el tiempo y empecé a trabajar aquel primer año,
finalmente pude comprar mis figuras para el nacimiento como quería con
mucho sacrificio, así cumplía un sueño de muchos años, me tardaba en
colocarlo y para quitarlo era un esfuerzo doble, pero se mantenía viva aquella
tradición.
Hoy hace casi 6 años que tuve que salir de la casa, el motivo principal mi preferencia sexual dejando todos mis recuerdos entre ellos aquel nacimiento que colocaba cada año, ahora que miro por todas parte ese espíritu de fiesta independientemente de lo mercantilista que se ha convertido, solo pienso que algún día volveré a colocarlo, hoy aquellas piezas están en algún lugar de la casa de mis padres, amontonadas con polvo o quizá por romperse esperando que los coloque de nuevo o queden en el olvido.
Hoy hace casi 6 años que tuve que salir de la casa, el motivo principal mi preferencia sexual dejando todos mis recuerdos entre ellos aquel nacimiento que colocaba cada año, ahora que miro por todas parte ese espíritu de fiesta independientemente de lo mercantilista que se ha convertido, solo pienso que algún día volveré a colocarlo, hoy aquellas piezas están en algún lugar de la casa de mis padres, amontonadas con polvo o quizá por romperse esperando que los coloque de nuevo o queden en el olvido.
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