martes, 2 de diciembre de 2014

Historias La Caridad


En aquel diciembre mis padres tomaron la decisión de no pasar la navidad en la casa, el motivo atender la casa de Yautepec, ese fue el momento que uno valora los tiempos en que podemos estar cerca de los seres que más queremos, la unión familiar es en estas fechas uno de los lazos unen.
En México  es muy tradición estar rodeados de los la familia como siempre había vivido con mis padres y esa era de los primeros años que experimentaba una navidad sin ellos si me puso triste así que aquella tarde de  24 diciembre,  me dieron ganas de salir de la casa de no estar ahí  por lo que camine por las calles de la ciudad, hacía fio por ahí se me ocurrió ir al cine en esta tarde ni gente había la  finalidad pensar en todo menos en la fecha a medida que avanzaba la tarde miraba por las calles o en el transporte a las gente bien arreglada, a las familias con la charola de comida, o con la piñata o con los regalos, simplemente las miraba bien arregladas.

Hace frio creo entro norte el cielo nublado y el aire se siente que lastima hasta la cara,  camine hacia bellas artes y  saliendo de la estación del Metro hacia la calle de Republica de cuba y  eje central,  observe a una anciana sentada en las escaleras del metro, pidiendo limosna, su cara que no podía negar el paso del tiempo, su cabello cano, su viejo chal que le cubría  del frio intenso, su mano  levantada, su mirada triste si expresión me decía muchas cosas sin decirme una sola palabra,  me dio mucho sentimiento nunca la había visto, una sensación  pero a la vez de reflexión,  en esta ocasión me quede mudo lo único que hice fue buscarme unas monedas para darle aquella anciana que solo escuche que Dios te dé más, camine por la calle.

Aquella tarde estaba cerca del Oasis aquella famosa cantina que no conocía pero que era curiosidad, llegue aquella barra y la verdad siendo las 7.00 pm casi no había gente como era noche buena cerraban temprano si parroquianos había, como pude me tome una cerveza conocí ese lugar sin gente.

Camine por aquellas calles ya sin gente y pensado en aquella anciana que había robado mi atención, y decidí regresar para darle unas monedas más llegue a las escaleras de la entrada aquella estación pero por más busque no estaba aquella anciana ya no estaba hasta recorrí las otras salidas pero no logre ubicar aquella anciana.

Pero al final me llego su mensaje que muchas veces hay personas que realmente no tienen a nadie para pasar estos días, cuanta gente busca pasar esta navidad con la familia y en aquella ocasión mi padres no la quisieron pasar con sus hijos, pero fue una de las tantas veces. Por fortuna cuando llegue a la casa mis hermanos se organizaron y ya había cena.
El 25 de diciembre decidí dar una vuelta nuevamente por el centro de la ciudad y ya alrededor de las 3.00 pm me quede observado la gente que viajaba, la mayoría desarreglada con la ropa de fiesta arrugada, confeti en el cabello llevando  sus trastes sucios o algún itacate con cosas de la noche anterior aquellos vestidos de fiesta ayer ahora  lo que quedaba, los peinados flamantes de anoche anterior ahora solo parte o solo algunos mechones levantados o simplemente reflejo de lo que fueron 24 horas antes,  los niños jugando con globos o juguetes o con su conos de piñata de estrella con sus dulces o fruta, esa son las imágenes que se repiten estos días en la ciudad de México.
   





No hay comentarios:

Publicar un comentario