miércoles, 6 de agosto de 2014

Historias Lugares de Ligue en Mexico antes de la Revolución 1910.


Los Baños de ambiente en época del Porfiriato antes 1910

 El régimen porfirista comienza a reglamentar los baños en 1892, el principal objetivo era luchar contra las epidemias. Empresarios y empleados permanecían alertas ante posibles apariciones de síntomas de diferentes enfermedades; cualquier sospechoso era reportado ante el Consejo Superior de Salubridad.

El baño diario era también un signo de modernidad: “los baños facilitaban un México limpio, pulcro, y restregado frente a una Europa sucia y mugrosa.”; durante esta época se trató de mejorar las instalaciones de los baños, ya lo veremos más adelante.

Pero el baño diario no estaba al alcance de cualquiera, sólo las capas medias y altas podían tener acceso a éste. Los más pobres veían con desconfianza el hábito diario del agua y el jabón, el baño diario era un lujo, no estaba a su alcance, los precios de los baños públicos eran demasiado altos para los salarios que recibían los obreros. Por ello es que los dueños de los baños públicos se enfocaron en las clases medias y altas.

Los empresarios bañeros dedicaron grandes capitales a ajuarear sus locales para atraer, cultivar y competir entre sí por una clientela relativamente pudiente y, en su mayoría, masculina.”

Los burgueses no tenían la necesidad de asistir a los baños públicos, contaban con baño en sus casas, en realidad lo hacían para socializar. En los baños convivían y charlaban intelectuales, artistas, militares, profesionistas, etc.

Baños, gimnasios y clubes atléticos comenzaron a ser frecuentados por la burguesía. el auge comercial y la ampliación de la burocracia incrementaban la población masculina clasemediera de la capital, al mismo tiempo que entre la juventud burguesia, los baños comenzaron a hacerse populares los clubes atléticos, los gimnasios, las asociaciones deportivas y los baños vinieron ajustes en los modelos de masculinidad: se debía mostrar fuerza, vigor, reafirmar la hombría; y una forma de hacerlo era mediante el deporte y el fisicoculturismo.

“la desnudez presente en estos lugares de afirmación masculina se convirtió en su talón de Aquiles. La presencia de tantos ‘adanes’ en vestidores, salones de masaje, albercas, baños y demás estancias transformó estos sitios en los primeros reductos de la homosexualidad en el país.el horror de los mandarines porfirianos cuando los lujosos baños de la capital del país, en vez de lucir como escaparates para los adelantos del régimen, ¡se convertían en el espacio homosexual urbano por excelencia!”

Se explica la situación de los baños de la Alberca Pane: se convirtieron en los más lujosos y modernos del país: “Instalada sobre la más elegante arteria de la ciudad, el Paseo de la Reforma (frente a la glorieta del Monumento a Colón) y con su propio ramal de tranvía, la Alberca Pane lucía los últimos adelantos hidroterapéuticos, baños sauna y vapores. Contaba además con una sala de masaje, gimnasio, peluquería, cantina, salones de lectura, jardines y albercas al aire libre. Sus interiores brillaban con gran profusión de mármoles nacionales e importados, finos acabados, muebles espléndidos, cuadros exóticos, e interesantes aparatos eléctricos y mecánicos.”

De esta forma, hacia 1890 los baños de la ciudad de México se convirtieron en “el espacio homosexual urbano por excelencia durante el porfiriato. Así, resurgieron los lugares de esparcimiento acuático, que ya desde el virreinato habían facilitado el desarrollo de redes sociales y afectivas para hombres que se sentían atraídos por otros hombres, como lugares idóneos tanto para la elaboración de una estética homosexual, como para la construcción de una identidad homosexual basada en el consumo, el lujo y la geografía del baño. Los vestidores de los baños, las duchas, los vapores, los gimnasios, los salones de masaje y demás estancias eran los únicos lugares en el paisaje urbano donde se podían congregar hombres desnudos sin levantar sospecha alguna y, mediante observación furtiva, miradas soslayadas y comentarios discretos, conocer y reconocer a los que compartían su atracción por sus semejantes.”

La forma en que se daba el “ligue”, y cómo lo favorecía la configuración del lugar. Comenzaba en la gran alberca (cabían hasta 150 personas), y podía continuar en el vapor o sauna. El ligue también podía darse en el gimnasio o en las salas de lectura: “la geografía del baño permitió al homosexual porfiriano encontrarse con sus semejantes.”

Las críticas al régimen de Porfirio Díaz no se hicieron esperar. Se cuestionó la capacidad de las clases acomodadas para dirigir el país, se les veía como hedonistas entregados al placer y al materialismo; se decía que los ricos se habían convertido en “decadentes, blandos, enclenques y frívolos seres afeminados.”

¿Cómo reaccionaron las autoridades ante estas críticas? Su respuesta fue aumentar la vigilancia en gimnasios, albercas, baños, dormitorios, escuelas y cuarteles.

Los empresarios afirmaban que en sus instalaciones no se daban ese tipo de conductas; reglamentaron de forma estricta sobre el tiempo que podían permanecer los clientes en ciertas estancias, de igual forma, se prohibió que los clientes pudieran tocarse. Así trataban de evitar los ligues homosexuales.
         


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