martes, 26 de agosto de 2014

Historias de mis amigos Amores que matan



Martín era un hombre maduro de aspecto fuerte y lo era, aquel bigote  y su físico robusto lo hacía destacar y acostumbraba a ir a los antros donde abundaban más hombres jóvenes de 18 a 23 años,  que ahora abunda por la ciudad, le gustaban como siempre cada gente tiene un estilo, al gustaban así.

Famosos por sus coreografías aquellos lugares se llenaban de mucha gente fue ahí donde conoció aquel muchacho que no rebasaba los 20 años, y bueno la mira se juntan y hacen química, después de bailar un rato se lo llevo a otro lugar para pasarla bien  y como siempre aquellas relaciones pasajeras terminan antes de que cierren el metro o que ya no haya transporte.

Pasaron algunos Días,  Martín regreso aquel lugar estaba viendo como bailaban la gente cuando le enviaron una cerveza, con asombro vio y era aquel muchacho el de otro día, pese que llevar las cosas tranquila volvió a la plática se sentía cómodo, y finalizo como la vez pasada.

Intercambiaron dato y él lo invita a comer  el domingo siguiente, cualquiera que los viera en la calle que era como padre que lleva al hijo, y finalizo aquel domingo en un centro comercial en las salas de Cine, saliendo de proyección se emocionó aquel muchacho y  se lo presento a su  hermano como su pareja, aunque en realidad no lo eran.

Paso por ahí el tiempo después de unos 15 días se volvió a repetir la misma temática en aquel antro para acabar en hotel de paso, pero Martín realmente no decía nada lo aceptaba como amigo con derechos pero hasta ahí pero el muchacho lo veía de diferente manera.

Por razones de trabajo Martín se fue de la ciudad sin previo aviso y nunca más le volvió a marcar ni buscar al muchacho pues sus relaciones siempre era así sin ningún compromiso.

Por ahí después de dos meses  caminado por alguna avenida concurrida, quitado de la pena le llamaron por su nombre extrañado volteo y era el hermano del muchacho (El que había conocido en cine) que  hablaba fuerte y lo quería golpear este estaba acompañado de su Madre, le dijo “por tu culpa se había suicidado su hermano “hace poco, Martín se quedó mudo y brevemente dio una explicación aquella Madre desolada,  jamás regreso aquellos lugares, por lo menos en un tiempo razonable.

Moraleja a las nuevas generaciones no siempre el primer amor No es el amor de estamos buscando, siempre hay que darse una oportunidad pero recordando que el ambiente es complicado lleno muchas cosas menos amor para tener una pareja no se basa en tener el sexo mejor placentero, sino es un conjunto de cosas desde las simples hasta las más complejas.

Para amar a alguien siempre con la cabeza y pensar con el corazón.

 



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