jueves, 28 de agosto de 2014

Historias 663 El oaxaqueño



Jacinto era un joven de  16 años,  originario de  Oaxaca, abandono su  casa para emigrar a los Estados Unidos para trabajar pero por azares del destino no  el motivo  lo habían defraudado los polleros que lo llevarían hasta otro lado de la frontera por Laredo  pero los abandonaron en una casa Puebla, quizá por algún operativo  donde les robaron el poco dinero que había logrado juntar.
En su Pueblo  trabajaba como peón de albañil, solo  termino la primaria, lo poco que había ahorrado se lo había robado los polleros y  como logro llegar ahora a la ciudad de México,  no podía regresar a su Pueblo porque había prometido que les ayudaría económicamente a sus familiares logro hablarles y el único camino era trabajar para juntar dinero para volver emprender la meta cruzar del otro lado de la frontera.

Se estableció  con algunos conocidos de su Pueblo por el rumbo de la Merced en el centro de la Ciudad,  poco a poco se fue   acostumbrándose al ritmo de vida, encontró trabajo como diablero o cargador de mercancías en las bodegas del rumbo  Jacinto un hombre de trabajo, había logrado moldear su cuerpo y su condición física sus cuerpo poco a poco cambio músculos tomaban tono, no era guapo sus rasgos indígenas y su tez morena lo hacían aspecto rudo llamaba la atención pese a su estatura 1.60 metros,   pero sobre todo su acento de voz.

Jacinto era trabajador y poco a poco empezó a ahorrar para volver a intentar su paso a Otro lado, trabajaba la mayor parte del día, dentro de persona tímida  escondía otra cosa era de closet,  en cada momento lo alejaba de realidad el pensar que haría el pensarse como gay en la ciudad de México se imaginaba los perjuicios, un temor que siempre lo acosaba, en su tierra para ocultarlo se hizo novio de  varias mujeres  aunque  nunca logro concretar tener relaciones sexuales porque en fondo lo le gustaban, solo era para cumplir con sus padres una  condición extraña para él, como poder decirles le  gustan los hombres, porque le llamaban la atención y no podía explicarlo porque no le entenderían,  a veces se ponían en situaciones incomodas  cuando observaba  algún hombre le gustaba el pene se erizaba  se emocionaba eróticamente   y más cuando estando con sus compañeros de trabajo, o en estando en algún lugar,  era difícil controlar eso  solo metía la mano a la bolsa del pantalón tratando bajar su erección sin que nadie lo notara pero todos se daban cuenta.

Por su mente recuerda que en su tierra cuando hace algunos años en una fiesta tuvo un encuentro uno  de sus amigos, quizá el mezcal  era el acusante porque estaba borracho en esa noche en aquel lugar de reunión se quedaron solos, por algunos vagos recuerdos  por su mente,  de un juego pasaron a las caricias hasta creo hubo un beso que no recuerda exactamente pero si hubo sexo oral lo dejo marcado, confundido porque después de una cruda tremenda al día siguiente su amigo no se acordaba de nada, pero en fondo le gusto, solo  algunas imágenes vagas las lograba recordar.

En otra ocasión acudió al rio a bañarse con su primo cuando  no puedo aguantar las ganas de tocar su partes nobles, todo acabo masturbarse mutuamente pero como todo aquel primo se fue a los Estados Unidos por lo de ahí la idea de emigrar.

Una tarde  Jacinto  llevando en su diablo mercancía paso cerca de  tienda de Abarrotes al observar,  se quedó impresionado con un trabajador de la tienda,    era conocido como Pancho así  le decía la gente pero era ayudante y  despachaba en aquella tienda,  era  un  hombre de 1.80 metros de estatura de unos 90 kilos te tez blanca, bigote, era conocido entre los cargadores porque era muy bravo siempre buscaba pleito tenía 26 años, mujeriego  por ahí comentaban que tenía una mujer cerca  por Jamaica  pero solo era una de tantas, entre más mujeres tenia era la envidia de los hombres y en este caso el sueño prohibido de Jacinto llamando la atención.

Jacinto se empezó a obsesionar con Pancho, imaginando cosas cada vez que pasaba por la tienda de abarrotes, buscaba la ocasión para mirarlo o encontrarlo  ni como decirle que le gustaba  porque era su amor platónico, era mejor así verlo de lejos.

Una ocasión  Jacinto lo invitaron a tomar unas cervezas en la cantina del rumbo ya estando por ahí entre sus amigos logro mirar al fondo que estaba Pancho también tomando cerveza, lo que motivo para quedarse otro rato,  lo mejor  viendo al hombre que le gustaba.


En el ambiente de aquella cantina entre  las risas, los albures,  Jacinto con algunas cervezas le levantaban el libido y se animó a buscar a Pancho a su mesa,  se armó de valor  le pregunto  “oye te he visto por la tienda de abarrotes”, solo Pancho lo miro y siguió conversando con las personas que estaba. Jacinto se quedó parado en aquel lugar desconcertado y lo único regreso a  donde estaba con sus conocidos lo habían bateado o dicho de otra manera no le intereso al tal Pancho.

Así pasaron un año y medio Jacinto ya había juntado el dinero  para volver intentar pasar al otro lado, estando en la ciudad de México, dejo de estar en el closet para salir poco a poco salir y asumir su realidad como persona, en una ciudad como esta  es más fácil poder descubrir  los lugares donde hay ambiente gay, en donde se reúnen y se dio cuenta que detrás de muchos perjuicios hay muchos gente  igual que él.

Unos días antes de salir hacia la frontera acudió a un bar por allá por Garibaldi, que desde hace unos años se han ido instalando muchos lugares de ambiente y fue a Oasis, se puso en la barra tomando una cerveza viendo quién entraba o saliera de aquel lugar por ahí miro a Pacho si aquel empleado de la tienda de abarrotes, el que era muy macho entraba al lugar,   venía acompañado de un señor de edad de cabello cano, puede ser algún jubilado, quizá no pero el Pancho es demasiado joven para él.

Jacinto solo pudo concretar que Pancho era un chichifo, una persona que no se asume gay pero que anda con personas mayores siempre buscado una beneficio económico a cambio de servicios de acompañamiento, sexo o simplemente sacar para el trago, en ocasiones hasta llegan a robar a los viejos.

Solo Jacinto ahora se asumía como gay y hasta risa le dio de aquellas personas que se asumen heterosexuales pero en determinadas ocasiones  lo vez en lugares de ambiente desde un bar, hasta los vapores, o ligando en la Alameda (parque  sobre avenida Juárez a un costado de Bellas Artes).


Logro pasar a Estados Unidos,  lo logro ya tiene dos años por allá hace poco  público en su perfil algunas fotos  ahora está  Houston Texas le ha ido mejor ahora  hasta con  pareja y lo mejor ayuda a su familia que vive en el  valle de Oaxaca.


      

    


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