miércoles, 9 de julio de 2014

Historias El fetiche



Fetichismo (del  latín , facticius, ‘artificial’, y del portuguez feitiço, ‘magia’, ‘manía’; del francés fétiche) es una parafilia que consiste en la excitación   erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un objeto  fetiche, como una sustancia o parte del cuerpo en particular, o de una situación. El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva, salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros, pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho.



En aquella vecindad del centro de la Ciudad de México, la construcción vieja y por algunas partes de ese gran edificio del siglo XVII,  caminando por aquel patio y mirando las paredes deterioradas lo hacían sentir en otra época, la humedad y el moho en las paredes quizá la fuga de agua de aquella tubería de la casa 102, que no ha sido arreglada daban un aspecto de descuido pero a la vez interesante.

Caminando por aquellos patios, el sonido de las risas que aquellos niños jugando asi como del martillo de la tapicería que estaba ocupando una accesoria de la entrada, vamos subiendo las escaleras, encontramos un sin fin de personajes, desde la señora viuda del 202, la familia del 302 que se dedica a vender en el tianguis piratería e invaden el pasillo con sus cosas de trabajo diario, o mirando el estudiante de universidad que venía de Chiapas y pudo rentar un piso o cuarto, y son en veces opciones por los económico, por ahí se ve la silueta de una persona que baja las cortinas a nuestro paso, como mirando y al mismo tiempo tratando de adivinar el porque estamos ahí.

En esta parte de la ciudad conserva parte cultura popular, que vemos en las películas de antaño, los chismes y ver que hace cada persona es como el pan de día a dia, y en el techo de aquella casona se observa desde ahí, parte de la fachada del Palacio Nacional, la bandera de se mueve majestuosamente por viento, ahí encontramos,  la parte de los lavaderos, punto de reunión de aquella vecindad y es como la parte social e informal de enterarse de la vida de cada integrante de cada persona, aunque haya lavadora en casa no dejan de usarse.

Por ahí paso algo raro en aquella  noches cuando la calma de aquel lugar y la cuando  la mayoría de la gente  duerme. Alguien subió aquellos lavaderos cuando esta la ropa secándose de algunos inquilinos, este personaje lo observa y toma ropa interior de una vecina y baja rápidamente para perderse en aquellos pasillos.

A día siguiente una vecina hizo correo la versión de que se había extraviado esa ropa interior y como reguero de pólvora era el comentario de quién se había robado la ropa, todos eran sospechosos y por los comentarios de algunos tenía que ser un maniático sexual, algún hombre cabrón, podría ser el universitario decían, o el tapicero que anda con cada mujer que se ofrezca, o el carnicero que visita a su amante la del 108, todos eran culpables.

Pero nadie comento nada del Señor 208, aquel señor amable, guapo fornido de pelo en pecho, de barba de candado, que cuando va a misa se deja abierta las camisas para que se vean aquellas cadenas y volumen de ese pecho que pareciera salirse, siempre acudía a misa, era amable con todos nadie se metía con él y por los fines de semana se salía y regresaba temprano porque dudar del.

Lo que no sabía la gente que este singular hombre que era  ambiente (gay)acudía a las cantinas del Oasis y del Viena y pero unos días antes tuvo una inquietud como fetiche el ponerse ropa interior femenina y mientras se miraba al espejo se masturbaba, y escuchando una canción que había escuchado en una ocasión y le gusto, pero le gusto.

Pasaron los días y aquel señor de closet volvió a subir a  la azotea y rápidamente tomo ropa interior de mujer esta vez de  señora viuda, y nuevamente en aquella madrugada se escucho nuevamente una canción por aquellos pasillos y después de un rato el silencio.
      

  

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