Estoy sentado en la tercera
banca de entrada del centro comercial, veo como pasa la gente, pienso que ese
momento va a llegar, miro el reloj pero ya es tarde, apenas unos minutos de la
hora que me había indicado Jorge, apenas tiene dos meses que lo conocí en el
Bar el vaquero de Insurgentes sur y Feliz cuevas, cuando apenas había salido
del closet y asumido mi condición de ser Gay, y este lugar de ambiente el
primero que había conocido, todavía recuerdo el primer día que fui hasta la
piernas me temblaban y la manos me sudaban esos nervios por ir el primer día a
un lugar de ambiente, hasta recuerdo que la voz se me quebraba para pedir mi
primer cerveza, y como todo pensando que todas las miradas se dirigían a mí
pero solo era mi apreciación todos los que estaba en ese lugar ni en cuenta.
Fue en ese lugar que conocí
a Jorge un viernes todavía recuerdo que estaba sentado junto a mí con su
chamarra de cuero negra sus lentes y su barba de candado lo que siempre me ha
llamado la atención, al principio no pasó pero después de un rato se hizo la
conversación y platicamos en aquellos días era todo por inercia y sobre todo
algo natural porque las cosas se dan por la ley de la química pero solo quedo
en eso, nos retiramos y volvimos a salir poco después así fueron pasado los
fines de semana así fueron los fines de semana saliendo recuerdo que hasta Cuernavaca
fuimos, la verdad el corto tiempo de haber salido del closet y estar
experimentando cosas nuevas como compartir eso me gusto, y me estaba enamorando,
una ocasión me fue a buscar a la casa y son de esos detalles que son muy
simples pero te hacen sentir bien.
Así pasaron los días y una ocasión me comento haría un diplomado de
idiomas en Canadá, por lo que asuntaría varios meses era requisito un acenso de
puesto y ya todo estaba planeado,
que mejor cuando son las cosas por
superarse, y llego una semana más y se
despidió un domingo, recuerdo que un día
antes me llamaron por teléfono era la Mama de Jorge que me invitaba a fiesta de
despedida, pero no podía con la renta del sonido me era complicado por ratos
solo pensando que ya partía e viaje Jorge esa persona que había robado mi
atención y mis sentimientos.
Unos días después fui de
nuevo al Vaquero aquel bar de
Insurgentes me senté aquella barra y
recordando a Jorge creo me había enamorado de él y me dolía que no
estuviera por ahí en la rockola puse algunas canciones que hasta ese momento entendí
la letra de muchas canciones y hasta por
ahí una lagrima salió, es cuando comprende que en corazón a veces no podemos
controlar.
Paso el tiempo y supere
aquellos días pesados volviendo a retomar el camino tratando de encontrarme por
ahí un día sonó el teléfono era Jorge que había regresado de su viaje el
detalle ni yo sabía que ya estaba en la ciudad, y nos quedamos de ver en la
tercera banca de aquella salida del centro comercial aquella tarde, por fin
mire a lo lejos venía Jorge lo pude distinguir por barba de candado y su
lentes inconfundibles , hasta el corazón
me empezó a latir más fuerte y las manos hasta me volvieron a sudar, a veces son impulsos que no podemos controlar
, ya estando cerca observe algo que o entendí,
Jorge estaba acompañado de otra persona ya estando cerca dio un abrazo y en eso me comento Roberto te
presento a mi Pareja, un gusto estar de nuevo en México, me comento que daba
las gracias por la amistad y que solo
estaba de paso porque los esperaba en la casa su pareja para cenar, me dio un
abrazo y se marchó.
Me quede sentado en aquella
banca pensando en muchas cosas y a la vez en
ninguna el detalle con el corazón roto,
que hice mal o que interprete mal cual fue mi error no lo sabía, me
quede como Penélope de la mitología Griega que un día su amante se fue a la mar
prometiendo regresar, y Penélope todos días acudía al puerto a esperar si
llegaba el barco de su amado pero nunca llego.
Así llegue a casa subí a mi
recamara y pensando viendo el techo cuantas cosas habían pasado, cuantos
sueños, cuantas ilusiones, pero creo que los cimientos estuvieron mal desde un
inició bueno echare de nuevo a volar las
ilusiones y habrá dormir profundo para no pensar más, y esperar que navegante llegue.
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