martes, 18 de agosto de 2015

Historias El amor por despecho.



En ésos día me había enojado con Eduardo,  pensando que era la mejor forma de acabar con esa  relación complicada  pero no sé si fue pareja porque por todo el tiempo que duro cada quién vivía con sus familiares yo con mis padres a lo igual que él y solo por tiempos en común  convivía en los días de la semana en la alberca y entrenando y los fines de semana a salir  algún lado.

Muchas veces me preguntaba que hacia durante el tiempo que no nos veíamos, según yo estaba trabajando pero realmente era real,  tenía muchos detalles pero nunca  lo cuestione,  al mismo modo la relación ya había entrado a una etapa de monotonía, las cosas era mismo proceso incluyendo lo sexual.

El detalle que nunca pude hablarlo, a veces nos discutíamos por los detalles más simples, y en otras que fueron muchas me dejaba plantado en casa esperando pasara por mí.

Un sábado quedamos de ir con él al oasis (bar), por la noche,  pero llego la hora, yo esperando con mucho ánimo pero no llegaba, paso una media hora y nada, marque a su  celular no contestaba, y yo no tenía  celular en esa época, solo esperando sentado a un lado del teléfono, pero nunca llego la llamada me había dejado plantado.

Por mi mente  pensé de quedarme en casa, pero si ya estaba así que tome la decisión de ir solo al bar,  pero con ese sentimiento que dolía y era que yo por querer a las personas nos trataban mal.

Siempre  quise tener una pareja  y es una necesidad, el poder convivir con alguien, el sentirse protegido y a su vez  hacer lo mismo hacia  la otra persona, había sido mi deseo pero las cosas no eran como yo esperaba.

Ya camino al antro caminado por aquellas calles ya sin gente para trasladarme al antro, pensando cuanto podemos hacer cuando queremos a alguien, porque el amor transforma  porque a veces esperamos mucho  y en  realmente no es así,  por ahí en el semáforo se detuvo un auto en cuyo interior estaban dos cabrones bien parecidos sonriendo uno a otro, quizá  se dieron cuenta que yo soy de ambiente y  bueno me dio gusto, porque pensé que padre sería así pero porque en mi relación no, que tengo que hacer para que las cosas funcionaran mejor,  pero esa noche  estaba solo aun teniendo según yo pareja.

Y a casi por llegar al bar, la gente en la calle, el ir y venir de gente las miradas cruzada  cuando pasaba por ahí, llegue a la entrada del oasis, al entrar  el olor a humo del cigarro(en aquellos días no estaba prohibido), las sonrisas y el murmullo de la gente, y sobre todo de la música, la gente por todos lados, y yo ahí solo pensado porque, siendo un mar de posibilidades en cuestión de hombres, yo sufro en una gota de agua con Eduardo, sencillamente porque uno amas más, y soporta uno muchas cosas.


Ya en el bar yo tomando mi cerveza, parado a un lado de la barra de isla, viendo  pasar la gente, por mi mente porque, no buscar otras alternativas, otras posibilidades y las tengo a la vista, sencillamente porque me enamore. , Si alguien quiere compartir mi camino aquí estoy no busco jaulas de oro, ni glamur  gratis, solo quiero que la gente sea real como uno es, que lo más importante es lo que esta atrás de todo lo físico, que con detalles simples me confirmo, pero bueno esa noche estoy solo parado en aquel lugar.

Por momento el instinto se hace presente y lo percibe uno pero a veces es juego de los egos pero sobre todo de los valores, de ser y no hacer pero pienso ya estás ahí aprovecha pero algo me detiene si vengo de una situación mala acabare peor, busco afecto quizá lo tenga una noche de placer es como la miel se puede gozar y acabar debajo de unas sábanas, en alguna casa, el algún departamento o en algún hotel, pero después que estaré nuevamente solo, no medimos esa segunda parte que por despecho y mis arranques de venganza me obliguen a estar con otra persona.

Y por la mañana  la gente no se acuerde, o ponga su nombre en algún  contador de aventuras, o quede con más ganas de seguir teniendo sexo o ya no, de decepción porque pensaba que era  macho salió  frágil, o por buscar algo frágil me salga macho.

Las relaciones por despecho responden a un propósito: proteger al corazón de la “devastación” de perder a alguien muy importante. Como un gran cojín, nos protegen del trauma que se experimenta cuando nos sentimos precipitadamente separados de alguien con quien había una conexión muy profunda. Esas relaciones pueden ser saludables, siempre y cuando se sea consciente de su propósito y cada uno se tome su tiempo. De todas maneras, si no se presta atención, una relación por despecho puede ser muy poco saludable.

El mayor riesgo de las relaciones por despecho es que, si sirven a su propósito, el antes despechado abandona la relación dejando a otra persona hundida.  Hay que tomarse su tiempo, dejar que la relación se desarrolle lentamente, y cuidar siempre los propios sentimientos.

Bueno aquella noche me tome mi segunda cerveza mejor me retiro a casa por lo menos me sirvió para pensar y aterrizar las cosas y que tenemos que cerrar puertas antes de abrir otra. 






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