viernes, 21 de agosto de 2015

Historias Amo la Vida Nocturna



Como cada fin de semana el entusiasmo llegaba el pensar que había llegado el viernes, bueno apenas saliendo del trabajo ya pensando a donde salir, por aquellos años. Yo  contaba con amigos ni conocidos del ambiente gay, a veces pensaba que era padre salir con alguien o con conocidos,  pero en aquellos estaba solo.


No conocía de antros o de lugares de ambiente, siempre me daba miedo o temor pensar en eso,  en aquellos años salió a la venta una revista único  medio de comunicación, era como redes sociales en su etapa primitiva, se compraba en los puestos de periodos eran  macho tips, o hermes, un problema para comprarla  por lo fuera pensar el vendedor pero  eran la única posibilidad para poder conocer, en mi estado de closet profundo era complicado.

Leyendo  aquellas revistas encerrado en la recamara por ahí fui descubriendo, primero   el primer grupo Calamo aquellos amigos que hacia reuniones los jueves, donde había  café o refresco, había  platicas de temática gay y sus  diferentes problemas, algo muy padre porque me permitió conocer el ambiente de otra forma más tranquila.

En esas revistas se publicaban los primeros anuncios  de lugares de ambiente fue uno de ellos  fue él Le barón Antro Disco Ubicado en Insurgentes antes de Félix Cuevas al sur de la ciudad,

Y un buen día me arme de valor y fui a conocer ese lugar, en aquella noche el caminar por estacionamiento hacia el antro, el temor a lo desconocido, el convivir con gente con las mismas preferencias en un mismo lugar era para mí un reto, nervioso y con miedo.

Las primera veces llegaba temprano  al lugar para que empezara la fiesta tenía que esperar mucho tiempo, el lugar cerraba las 7.00 a.m., cuando no había tantas restricciones como hoy,

Por mi mente  recuerdo siempre estaba con  la mirada atenta cada que entraba algún hombre  era como jugar a las calificaciones, " este hombre  tiene 9 se ve bien “, esta otra 7 más o menos siempre pensando que si era de mi agrado o me gustaba,  o era la persona correcta, pero solo eran ideas porque solo en mi mente pasaban, a la gente quizá ni les llamaba la atención yo parado en aquella barra esperando al príncipe azul que nunca llego.

Pasaba el tiempo y el lugar se va llenando de gente al punto que a veces era difícil poder caminar,  hasta esa hora nadie había dirigido tan solo la mirada o alguna risa,  yo con el pretexto de ir al baño o a comprar alguna bebida era para ver si tenía éxito creo que eso último no ha cambiado.

Todas las mañas que tiene que hacer uno para conocer a alguien, y cuando daban las 5.30 a.m., la gente  buscando desesperadamente  las compras de pánico, así pasaba el tiempo poco a poco se fue vaciando, paso el tiempo,  cuando solo éramos  los últimos cuando pensé que podría pasar algo, se prendieron las luces y  yo como vampiro con los ojos rojos,  irritados por la desvelada,  la luz de día me lastimaba,  como en la canción salimos desvelados y sin ilusiones otra vez esperar el próximo fin de semana, quizá tenga suerte.


Hoy  viendo  todo lo que teníamos que hacer  para conocer a alguien y creo hoy en día a veces cuando se  va algún lado es lo mismo pero las cosas cambian ahora con un solo clic en las redes sociales y el avance de la tecnología podemos hace eso sin esperar, pero no creo porque en fondo el ambiente sigue siendo los mismo, en lo complejo y difícil, pero amo la vida nocturna.





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