martes, 25 de marzo de 2014

Historias 647 La fiesta




Llegaba aquella tarde a la  casa en el pedregal de San Angel al sur de la Ciudad de México, era el aniversario de la compañía con una comida fue el festejo este tipo de eventos integra a la gente pero aquí siempre hay un detalle que a veces sin querer el alcohol nos pone contentos pero se abre por momentos aquella puerta del closet que siempre permanece cerrada en algunos compañeros de trabajo.

Entre  platicas  siempre te das cuenta de algunos detalles interesantes de  la gente, asi como es la mejor oportunidad para conocer un poco más a las personas sobre todo en aquellas que te han llamado la atención, y siempre hay la duda de que les gusta el arroz con popote, o simplemente te das cuentas de algunas cosas que pueden delatar a las personas.


En aquella ocasión  yo conocia Martín el Contador de la empresa de la de  comunicación siempre me caía muy bien era guapo de bigote y cabello rizado algo 1.80 mts de estatura, fornido hasta parecía jugador de fútbol americano, realmente había sido  poca relación solo cuando entrega algunos reporte y breves charlas en el elevador pero eran muy eventuales. , Me caía muy bien pero siempre era una duda.

En esa tarde Martín estaba cerca y conforme pasaba el evento, sé junto con grupo de compañeros de trabajo y entre platica y tragos  la confianza, solo me daba cuenta que por momentos sentía esa mirada  y cuando me daba cuenta solo sonreía  y regresaba esa pose seria que solo con el salud de los tragos  cambiaba el asunto.

El tiempo avanzaba y entre trago a trago me di cuenta que ya se me había subido un poco el sentirse como en caja de televisión lo evidenciaba y me daba la señal que hasta ahí era el mejor momento para ya no tomar, solo el detalle de convivir con Martín era lo mejor de aquella reunión, no faltaban los compañeros que casi de besan  cuando te platican sus cosas, pero yo la estaba pasado bien con Martín yo solo hablaba del trabajo, mal detalle porque en estas reuniones hay que hablar de todo menos de trabajo.
 
Mire el reloj  ya era tarde por lo que comente que ya me retiraba,  me estaba despidiendo cuando Martín me comento que el también ya se retiraba, ya salimos de aquella reunión todavía me tome otra copa para no perder la chispa.

Ya caminando a la salida me comento Martín  para donde vas yo traigo auto te doy un aventón le respondí que si yo pensaba tomar taxi,  que mejor forma de  salir de aquella fiesta, me subí al auto, la verdad me comento que le caía muy bien y que no habíamos convivido mucho, solo risas, ya en plano serio comento que vivía al norte de la ciudad, que era casado con un hijo pero que las cosas no funcionaban muy bien, y que ya estaba por divorciarse, solo observaba esos ojos y solo sonreía.

Pero por desgracia vivo en Coyoacan asi que el viaje duro poco él me comento que me lleva un poco mas cerca de casa, le dije que si solo unos breves momentos más para disfrutar aquella platica.

Finalmente  llegue cerca de casa  el se bajo del auto y me comento te puedo decir algo,  me dio un abrazo y en comento en el oído  me comento me gustas un buen como flecha un beso la verdad que me sorprendido subió al auto y se fue.

No me dio tiempo para pensar más me quede con el ojo cuadrado, y solo se  retiro el auto, hasta el alcohol se me bajo de la emoción, me quede con mil cosas en la cabeza, Llegue a casa y subí rápidamente a la recamara  para acostarme y abrazar la  almohada todavía con la sensación de que todo me daba vueltas.

Asi pasaron los días, yo había podido ver a Martín,  trabajábamos en el mismo edificio pero en diferente piso  ni el elevador lo encontré. Solo pensé lo visitare o me espero pero realmente nunca me anime.


Finalmente unas semanas después tenia que entregar un reporte a su área para mi suerte con Martín, asi llegue a su oficina pero estaba serio y solo cuando estaba observando el trabajo me comento y como has estado  sabes te comento que esta es mi ultima semana aquí en esta empresa  me iré a vivir a Querétaro lo único que le comente fue espero te vaya bien cuando las cosas sean para mejorar el cambio es bueno.

Esa fue en su practica nunca comento lo que había pasado ni lo que paso, ni el beso, solo se levanto de su escritorio  y le di su abrazo de despedida sin mas detalle. Solo le comente que vaya bien Martín.


Asi fue aquella despedida y también algo confundido porque aquella puerta del closet se abrió pero se cerró ese mismo día de la aquella fiesta, asi  paso hasta ahora me pregunto porque no le comente yo, porque no le pedí su teléfono en aquellos años no había celulares, creo nunca hay que esperar a que las cosas pasen hay que buscarlas también.


   

No hay comentarios:

Publicar un comentario