Llegue aquella mañana
de mayo a Oaxaca era las 5.30 a.m. hacia
frio solo pudimos aguardar un poco de tiempo en la central de autobuses mis
padres y yo para mitigar el frio, para
llegar al hotel r al hotel, ya
descansados alrededor de las 10.00 a.m. mañana pude disfrutar un desayuno en mercado
principal un chocolate con pan de yema y
unas enchiladas de mole negro sintiendo en olor de las especias una vez comprobando que es un placer el
comer y la gastronomía Oaxaqueña una verdadera delicia, recorriendo aquellas calles adoquinadas
llegue al templo de Santo Domingo el color
de la construcción me sorprendió toda
la ciudad se disfruta al caminar por sus calles, al ver a su gente, por la
tarde observar la majestuosidad de Monte
Albán en aquella cima donde se domina todo el valle por momento evocando aquel
paisaje, pensando en cuantas cosas
podemos compartir que mejor con alguna
persona con la cual queremos, aquella ocasión viajaba con mis padres a los
cuales había prometido llevar a conocer esa parte del país.
Por la noche cenando
nuevamente en el mercado principal una de las cosas para conocer realmente una
ciudad es conocer su comida y que lugar como otro que ese mercado, nuevamente
el sabor hasta en aire se percibía.
Por la mañana muy
temprano Aborde esa suburban blanca me acomode a lo igual que mis padres y
enfilamos a la cierra por algunos momentos pensando en aquella inmensidad de
paisajes aquella carretera que poco a poco se perdía en la cierra, de aquellas
montañas que mire en algún momento al fondo del paisaje, llego por un momento estábamos
viajando en ellas, curvas y curvas que no dejaban aliento pero todo bien
disfrutando en yo llevando en mis audífonos mi música en mi mente pensando
cuando llegara la persona que valore desde los más simple, por momentos viendo aquel bosque interminable y súbitamente al travesar los ríos que desde lo alto de la montaña parecían interminables.
En el trayecto
observando a la gente humilde ofreciendo mercancías en aquella carretera donde
por momentos pareciera que solo éramos los únicos, finalmente después de casi 5
horas de viaje llegamos a Juquila en Oaxaca, realmente sorprendido al ver cómo
vive mucha gente en aquella ciudad en plena Sierra, finalmente llegamos aquella catedral, era la primera vez que visitaba todo era
nuevo, movido por la fe así llegue y por
primera vez mire aquella milagrosa imagen Virgen de Juquila, que espero pronto
volver a regresar realmente no tenía ni idea ni como pero finalmente llegue
cual era el objetivo del viaje.
Esto me dejo un
aprendizaje cuando tenemos algo en mente y
no sabemos cómo solo seguir el instinto, la lógica y pondremos llegar a donde queremos.
Finalmente desde ese punto partimos para Puerto
escondido, son Tres horas y ya es prácticamente bajar la Sierra y sentir como
cambia la vegetación de aquellos pinos a una vegetación tropical, para después
de una gran recta sentir el olor a la brisa marina por lado la lagunas de
Chacahua y más adelante llegamos al
Población, después de acomodarnos en Hotel cerca de los adoquines que la parte
principal puede sentirme bien pensar en muchas cosas hasta tratar de mirar
aquellos turistas de todos tipos por la práctica de surfing el turismo es diferente.
Por la noche caminado
por la calle principal tome la decisión de ir a un bar ya por la noche sentado en aquella barra de ese
bar pude comprobar que por lo menos aun llamaba
la atención, y fue con aquel estudiante
de Costa Rica fue una conversación muy padre, y bueno pensado que encontraría ambiente
creo lo hay por todos lados.
Después de un
rato parado en aquella terraza, en
aquella noche despejada la luna en lo alto, el sonido del mar y sobre todo de
aquella música y con mi cerveza en la mano que más podía pedir solo faltaba lo
más importante tener una pareja alguien con quien compartir esos momentos
mirando el cielo observe una estrella fugaz y pensando en un deseo.
Espero regresar al
puerto y esta vez con alguien con quién
pueda compartir esos momentos y que mejor si fuera mi pareja.
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