jueves, 20 de febrero de 2014
Historias 635 Allá en el Rancho Grande.
Aquella mañana en el rancho me desperté para ir a desayunar en aquella cocina grande de techo alto, y de piso de ladrillo una de las pocas construcciones de la vieja hacienda que estaban en buen estado, en la mesa estaba mi tío y mi abuela, me senté a tomar una taza de leche con café y algo de guisado del día anterior con tortillas de masa hechas en el momento, yo de unos 7 años, apenas empezado a comer, cuando mi tío empezó hacer comentarios en forma despectiva y leyendo su periódico en voz alta una noticia con referencia a una redada llevada a cabo en Pachuca en esa época no se les llamaba jotos, o gays, o homosexuales se decía gente con costumbres diferentes o mujercitos. Quizá esa fue la razón de que mi abuela me tratara diferente que todos mis demás primos.
Yo sabía mi condición a esa edad nos empezamos a percatar que nuestra situación como homosexuales, un concepto que hasta para nosotros es complejo y sobre todo nosotros no entendemos él porque de las cosas, porque la naturaleza humana es tan compleja pero no solo eso si no librar con esa y miles de situaciones y este presente en cada momento y que en muchas ocasiones se muestra involuntariamente en nosotros, en nuestra manera de actuar, de hablar o algún actitud que no nos percatamos.
Ahora escribiendo estas líneas puedo asegurar que mi condición como gay desde esa edad marco una etapa de hostilidad con la abuela, y puede resumir que con su carácter su mismo punto de vista de principios de siglo pasado no era permitido aceptar a un nieto asi, es mejor un nieto delincuente, pandillero, mujeriego, mantenido, mujeriego, étc que un familiar homosexual.
Hasta creo que influyo mucho porque a veces los tíos me hacían pelar con unos guantes de box con mis primos, o mis mismo primos del Rancho mayores que yo a hacerme bromas pesadas, como en esos días que me llevaron en la camioneta me llevaron a la cima del cerro y se echaron a correr para dejarme ahí en aquella parte árida entre magueyes, que por más que corrí no les dia alcance y como pude baje del cerro y llegue caminado a la Hacienda a esa corta edad me pregunto que mal he hecho a la gente lo la juzgues por los perjuicios.
Esa situación me llevo a modificar mi comportamiento en aquellos días en el Rancho, no habiendo ni Televisión, ni juguetes lo únicos era perderme entre los paredones de haciendo por caer, o buscando algún detalle por ahí hasta murciélagos, por algún error me pare en un hormiguero y las hormigas inmediatamente se subieron lo que motivo que mi abuela me bañara inmediatamente con agua fría y un fuerte jalón de patillas ni modo me lo había ganado pero esa experiencia de recorrer la hacienda creo fue única.
Por la mañana de uno esos días teníamos que ir al campo a trabajar el quitar la hierba a la plantación de fríjol una de las tareas buenas pero a la vez cansada ahí recorriendo los surcos de las milpas, y las manos empezaban a llenarse de tierra me gustaba.
Por las noches siempre pensaba en regresar lo más pronto a casa de mis padres en ver a Mama, pero no había forma ese día había aprendido muchas cosas y comprendido mucho a mi corta edad había sentido lo que realmente era la homofobia y sobre todo conocido a la abuela en su papel era mujer trabajo y de carácter fuerte y su origen lo decía todo era de Tlaxcala por ahí me comentan mis tíos de un lugar llamado Teometitla.
Por las mañanas me levantaba y salía a entrada de la hacienda a sentarme para ver la neblina en aquel valle, a veces escuchando y viendo el ferrocarril a lo lejos pensando cuando regresaría a la ciudad de México, pero no había fecha por ahí un sábado finalmente regresaron a casa con esos vago recuerdos de abrazar a mama.
A esa edad sabía cual era mi preferencia a pesar de que a veces la familia mexicana tiene sus conceptos su moral, su costumbre y sus perjuicios eran no cambiar si no librar con ella porque en fondo somos iguales en todo solo en nuestra preferencia, que hay que defender y luchar a veces en contra corriente afrontarla con valor por en fondo somos nosotros, lo que debemos siempre de vivir nuestra vida como queremos y estar conformes, no por esto que salga a las calles con vestido rojo, ser como uno es y estar orgulloso de lo uno es como persona y como hombre porque esa condición nunca va cambiar bueno por lo menos en mi caso, porque soy uno en muchos.
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