martes, 3 de diciembre de 2013

Historias Los días difíciles


Hace casi 6 año yo me encuentro caminado por aquel pasillo entre aquellos árboles, apenas son la 1.00 p.m. el sol entre medio nublado,  pero hace calor, caminando callado en ese reducido grupo de personas, los pasos ni se escuchan en ese panteón a veces incrédulo pero en silencio en la mente solo me escucho y solo en la tristeza, esa tarde voy a enterrar a mi mejor amigo Eduardo.

Todo en silencio quizá ni poder derramar ni una lagrima porque entre aquellas personas extrañas no podría justificar ese sentimiento, en mi mente me sentía gritar, con desesperación ni para donde correr, o correr a todos lados hasta la respiración entre cortada, los recuerdos como ideas que viene  una  y otra vez de los momentos gratos, y de los cuales convivimos, cuantas cosas pasaron, cuantas experiencias, alegrías y tristezas, ahora que todo acabo como resumen me pregunto cuántas platicas quedaron en el aire, cuantas preguntas, se quedarán sin respuestas.


Ahora hasta el sonido de su voz se me olvida, se me pierde por más que trato de recordar, una de las cosas que me paso  estando con la familia de él, no podía expresar mi sentir porque ellos nunca sabrán que fui su pareja, como decirle  sus padres que el dolor que sentía era fuerte porque no solo perdí a un amigo si no a una pareja, no podía expresar eso porque ellos quizá no lo sabía no lo sabrán.

               
            


Llego el momento de mirarlo por última vez, ni cómo reaccionar al momento en que cerraban el féretro, y ponías la lapidas para sellar  la fosa antes de echarle tierra,  por mi mente  como me hubiera gustado darle el ultimo abrazo y despedirme pero no pude solo en la mente. Solo tome un puño de tierra que se deslizo en aquella tumba,   con esa imagen me quedaré por siempre en mi mente.

De regreso a casa con mi pesar me encontré otro cuadro que me hacía sentí peor  el de mi madre que estaba muy grave,  unos días después también  murió, ese dolor fue tan grande pero como expresar que en menos de 30 días dos personas que fueron parte de mi vida se fueron, sentía volverme loco pero a su vez como expresar ese dolor.
Días después  escuche esta canción me encontraba en la oficina solo ahí en  aquella soledad   los ojos se llenaron de lágrimas,  preguntándome a donde buscar, donde ir, para encontrar esas dos personas que ya no estaban conmigo, como entender que nunca las volvería a ver, a mi Madre y a Eduardo, por alguna extraña razón  dos recuerdos,  dos pesares,  como llamarlos sin obtener respuesta, como pedir regresar el tiempo pero eso ya no se puede, porque  ya no estarán en ningún lado,  a veces me llegaban cosas irracionales e ilógicas que hasta llegue a marcar su número de celular de Eduardo esperando me contestara, no sé si me estaba  volviendo loco o ya lo estoy, o ese dolor de dos personas  me hacía sentir así.


Ya con el paso del tiempo el recuerdo sigue vigente de esas dos personas que siempre estarán presentes  y me dejan como lección  debemos de aprovechar el presente  el hoy  es importante  y siempre vivirlos al máximo con las personas que amamos y nos rodeen porque el tiempo pasa tan rápido que ya no hay vuelta de hoja y recordar que siempre la gente que se ha ido estará con nosotros y que siempre vivirán en nuestros corazones

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