miércoles, 22 de octubre de 2014

Historias Un poco de cariño





Nuevamente la desesperación como cada noche en aquella recamará, es como los miedos internos, el pensar que hasta ahora las cosas no ha funcionado, que el tiempo pasa y que como siempre estoy solo, por más empeño que ponemos al tratar de conocer  a las personas, por más espacio, por más agregados a las listas de amigos, por más amigos virtuales  casi por llegar al límite, así como mensajes que saturan cada día, o tal vez ningún mensaje en el buzón,  al final de cuentas me encuentro solo  en aquella recamara la oscuridad y el silencio, el frio de las sabanas y el clima extremo  que congelan no solo el cuerpo sino los sentimientos.

Ni por más a la moda que este, ni la loción más cara, logro llamar la atención de las personas, como hace la falta de cariño cuando no tenemos nada, quizá en fondo el verdadero problema radica en uno mismo, los miedos, la inseguridad, a veces todo en conjunto afecta sin darnos cuenta y percibir con claridad lo que en verdad  nos afecta, que podemos equivocarnos pero podemos volver a iniciar el camino tantas veces queramos.
                              


Voy a hacer ejercicio quizá sea la llave con el tiempo si tengo cuerpo marcado puede que sea la aceptación o me abra las puertas o quizá no, como poder romper ese gran temor de la inseguridad que hace que todos las noches este solo en la recamara, a veces voy algún lugar buscando un poco de cariño, el sentirse aceptado sea la motivación del día a día, que sepa que alguien me espera mi regreso, pero llego a la casa hasta perro del vecino me ladra.

Soy hombre pero también ser humano con las mismas necesidades que todos, el ser gay no me quita la naturaleza, solo la preferencia es lo que tenemos  en común, pero porque ante esa búsqueda siempre hace falta  un poco de cariño.

A veces debemos de romper el letargo y ser más valientes afrontar la vida pero sobre todo el ambiente gay, ser más abiertos tratar de encontrar las posibilidades para  poder encontrar lo que queremos y tener la confianza de uno mismo darse esa  oportunidad que está ahí afuera sin que nos demos cuenta porque a veces tocamos la puerta equivocada.

Así es esta noche que buscamos un poco de cariño, pero esta noche no dormiré solo porque siempre llega Manuela ante la falta de cariño.


  



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