En la ciudad de México,
Capital, la avenida Universidad, se encuentra lugar llamado con el antiguo
nombre de “PANZACOLA”, estaba formado por una pequeña iglesia conocida
popularmente como “La Ermita”, situada entre un Río Que tenía un antiguo y
característico puente de piedra y una callejuela empedrada que al tiempo
presente lleva el nombre de la calle Fernando Sosa, una vía que parte del
jardín central de Coyoacán y desemboca en la actual Avenida Coyoacán.
Allá por el año de 1935 por
ésta avenida, que entonces era solo una calle común y no muy ancha, corría una
línea de “tranvías”, nombre con el que antiguamente se conocía en forma popular
a los trenes eléctricos que por entonces circulaban por la ciudad.
Cada vez que circulaba por
la madrugada el Tranvía al pasar por la parada de Panzacola subía una dama, una
joven mujer de figura agraciada, vestida completamente de negro, tocada con un
sombrero de ala ancha y con la cara cubierta por un espeso velo del mismo tono,
también llevaba zapatos de tacón alto; y sus medías como el vestido era del
mismo color oscuro; en una palabra, iba absolutamente vestida de luto de la
cabeza a los pies. La extraña pasajera, subía y sin pronunciar palabra alguna,
tomaba asiento en uno de los últimos lugares del tren.
Al paso del tiempo no sé
sabia a donde había bajado o simplemente al detenerse el tranvía no subía
nadie
Se decía que era el fantasma
de una mujer que se suicidó que ya hacían varios años, que una joven de buena
familia que vivía en una señorial casa frente al “PARQUE DE LA CONCHITA”, en el
barrio de Coyoacán, se había comprometido para casarse con un muchacho pero
días antes de la Boda este murió asesinado
Después de pasado un tiempo,
la comprometida se deprimió muchísimo, hasta que un día sin que la familia se
diese cuenta, salió de madrugada de su casa, caminó hasta la estación de
Panzacola y sin poder soportar su desgracia, se privó de la vida arrojándose al
paso del primer tranvía que pasaba
Relato recopilado
No hay comentarios:
Publicar un comentario