Una mañana que me encaminaba al trabajo subí en aquella estación del Metro (Sistema de Transporte) en la ciudad de México, con tanta gente que por momentos se concentra tal cantidad de gente que a veces no hace falta sujetarse para no caer, tengo la sensación me tocan alguna parte el cuerpo, a veces sin pensar hasta a mí ha tocado, sin la menor intención o quizá no, o para quitarte la cartera o celular.
Se tardaba mucho entre las estaciones, llegue a Balderas entro tanta gente y cuando sonó el timbre, van cerrar la puerta, en eso todos a subir y cuando menos esperaba, me toco enfrente un joven que creo que regresaba del Gimnasio, por su mochila y sus pants, una camisa de tirantes, y lo mejor su pecho casi lo tocaba con la cara, en ese momento me preguntaba mentalmente que hacer mirarlo, a la cara, o su pecho o voltear a otro lado, en donde no había nada que ver.
Discretamente volteaba a mirarlo en realidad era algo incomodo pero a la vez agradable casi sentía su respiración, y bueno no podía hacer nada mas que disimular porque no sabes ni que onda con este joven si es de ambiente, si no es, si soy su tipo si no lo eres, o es buga tantas preguntas tontas y a la vez reales pero asi era en esa ocasión freno el metro y casi me golpea la nariz con ese pecho, hasta mas serio me puse pero en fondo me gustaba.
Tan cerca estaba de aquel joven por momentos hasta observaba su respiración con tanta gente, y apretados, con ese calor algo incomodo pero también inquietante, muchas ideas en la mente tantas que cuando me percate ya llegaba a la estación donde tenía que bajar, sin pensarlo dejar que la gente de empuje para bajar y todo paso tan rápido que se fue aquel joven con la duda y con el buen sabor de boca, ojalá fuera asi la próxima vez pero la realidad que las oportunidades solo una vez.
Y bueno a seguir mi camino y lo que sí que cuando menos lo imaginamos el ambiente gay se nos presenta cuando menos lo esperamos.
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