miércoles, 7 de octubre de 2015

Historia de lo Sobrenatural La Marcayda


La Leyenda el fantasma de la Marcayda; La Casa Colorada Coyoacan

Cuenta la Leyenda que Hernán Cortés vivió por cinco años en la Villa de Coyohuácan. (Coyoacan al sur de la Ciudad de México) Durante este período los españoles se daban a la tarea de destruir las pirámides de México Tenochtitlán (Templo mayor Zócalo de la Ciudad de México) y dado que el Marques del Valle de Oaxaca (Hernán Cortés) se había enamorado de esta Villa decidió hacer sus Casas de descanso en este hermoso paraje de la Nueva España.




 Por desgracia las casas de Don Hernando fueron desapareciendo poco a poco bajo los proyectos de urbanización de la zona. Pero aún queda una pequeña parte de las enormes Casas del Conquistador Español. Esta se encuentra en lo que hoy conocemos como La Conchita en el barrio del mismo nombre. Hasta nuestros días esta extraña y hermosa casona ha conservado en su exterior una fachada roja como la sangre. Rojo que tal vez nos recuerde el estuco con que se encontraban  las pirámides del México Antiguo. Por ello y hasta nuestros días esta casa es conocida como La Casa Colorada. (Enfrente del parque)




Don Hernán asesinó con sus propias manos a su esposa española Doña Catalina Suárez  Marcayda. El motivo, los celos terribles que sentía Doña Catalina por aquella legendaria mujer llamada Malintzin ó Doña Marina(La Malinche). Este asesinato llevó a juicio a Don Hernando pero de alguna manera logró demostrar que su mujer había muerto de muerte natural.

Las consejas a partir del siglo XVI no han dejado de escucharse hasta nuestros días y hay quienes aseguran que al pasar por el Jardín de la Conchita y desde el portón de la Iglesia de la Concepción observan hacia el poniente podrán descubrir la Casa Colorada desde donde una hermosísima mujer vestida de blanco flota hacia la iglesia buscando a gritos a su amado Don Hernando para que repose a su lado tal y como lo había prometido en aquella lejana época en que enamorados recorrían la Villa de Coyohuácan.


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