lunes, 26 de octubre de 2015

Historias Glosario de las celebraciones de muertos en México


Descripción de los elementos que deben de llevar una ofrenda de muertos.

El AGUA. Considerada como fuente de vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de un largo camino y como fortalecimiento para su regreso al más allá.

LA SAL. Elemento de purificación, sirve también para que el cuerpo no se corrompa.

INVITACION AL BANQUETE. Elemento de sabiduría.

EL CIRIO.

La flama que produce significa luz, fe y esperanza. Llamarada de triunfo, porque el alma pasa de esta vida a la otra, a la inmortalidad, a lo desconocido.

COPAL o INCIENSO.

 Ofrenda a los dioses. Elemento que sublima y transmite a la oración o alabanza, uniendo al que ofrece y a quién recibe. Perfume de reverencia soberana, para alejar a los malos espíritus.

LAS FLORES.

Las blancas (alhelí y nube) significan pureza y ternura. Las amarillas, cempoaljochitl, significan riqueza, flor de oro. Se cree que antiguamente era usada como medicamento, para curar, conservar la vida y alejar la muerte.

EL PETATE. Es un objeto de ofrenda para el descanso, para merecer el banquete.

JUGUETES.

Perro izcuintle para las ánimas infantiles son elemento de juego. Por otro lado, el perro izcuintle ayudaba a las ánimas a cruzar el caudaloso río Chiconahuapan, último para llegar al Mictlán (lugar de los muertos).


EL GOLLETE y LAS CAÑAS.

Este pan en forma de rueda se coloca en ofrenda, sostenido por un trozo de caña. Se podrán relacionarse estos elementos en el zompantli; los golletes podrían significar los cráneos de los sacrificados y las cañas las varas con que se ensartaban.
Existen algunos otros alimentos que al paso del tiempo, al igual que los antes mencionados se han convertido en parte medular de las ofrendas de muertos como lo son:
       


EL PAN.

Es precisamente uno de los alimentos más importantes en la ofrenda. Aunque no es de origen mexicano puesto que el cultivo del trigo y el establecimiento de las panaderías en América tienen su origen durante la Colonia, lo cierto es que en México al pan se le dio una característica propiamente nacional. Una decoración que se puede apreciar durante los primeros días de noviembre, es un pan con una muy especial peculiaridad, y que consiste en adornar su superficie con pequeñas tiras de la misma pasta, las cuales guardan gran semejanza con los huesos que comúnmente son llamados "Canillas", y sobre estos se colocan una gran "Lágrima", que simboliza el cráneo humano.

Es importante señalar que durante la época prehispánica, las "Canillas" cruzadas con el cráneo encima, se referían a la forma en que se expresaban o representaban la muerte o al "Dios de la Muerte" llamado Mictlantecuhtli. Durante la Colonia, una vez que se instituyó la celebración de "Todos los Santos", y el día de "Los Fieles Difuntos", tradiciones provenientes de Europa, algunos elementos del culto a la muerte en ambas culturas se unieron, y originaron una tradición única.
En algunas ocasiones la tradicional "Torta de Muertos" es sustituida por rosquillas o esos panes que tienen forma de cuerpo humano: tanto estos panes, como las rosquillas se decoran con azúcar teñida de color rojo, que simboliza la sangre, y al mismo tiempo nos recuerda la forma en que las ofrendas precolombinas se espolvoreaban con "Cinabrio", un polvo rojo que tenía la función de representar la sangre, de la cual se intentaba proveer al alma del muerto para que pudiera tener otra vida, ya que se tenía la idea de que el cuerpo moría, pero que el alma continuaba existiendo en otro lugar.

LA CALABAZA.

Tanto en la cocina indígena prehispánica como en la mexicana actual, ocupa un lugar de privilegio. Junto con el maíz, frijol y chile y ha formado parte de la tetralogía alimenticia del país. De este alimento se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas; su uso es muy extenso, y con ella se elaboran muchos de los platillos típicos mexicanos.

En el altar de muertos, la calabaza aparece además a manera de dulce en otras formas: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar, o con otros ingredientes según el gusto de la cocinera. El dulce cristalizado se le llama "Calabazate". De la calabaza se prepara la muy tradicional calabaza en "Tacha", que como se mencionó se prepara durante los días dedicados a los muertos.
La preparación de la calabaza en "Tacha", consiste en introducir dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del "Guarano" o jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (mancuerna); una de las calderas era la "Malera", y la otra la "Tacha". En la actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también "Tacha".

EL MOLE.

 Su origen se remonta a la época prehispánica. Figuraba como uno de los platillos más importantes destinados al consumo de aquellos seres más importantes de la sociedad como gobernantes, sacerdotes y guerreros.
La palabra MOLE, se deriva del náhuatl MOLLI, utilizada para referirse a cualquier salsa con chile.

Con el tiempo el platillo original fue enriquecido con especies, ingredientes traídos de Europa. Actualmente este guiso se elabora con más de 40 ingredientes; hay de todos colores y sabores: mole rojo, mole negro (este es típico de Oaxaca), mole verde, mole amarillo, mole de olla, pipián, mancha manteles. La elaboración del mole variará según la región y según la cocinera. Una especie de mole que se usa mucho en el centro de la república lleva el nombre de "Asado" o "Asado de Boda" casi siempre acompañado con carne de puerco.
Es tradicional que en las ofrendas de los muertos, el mole aparezca servido con arroz y pollo o guajolote.

TAMALES.

Al igual que el mole, fue uno más de esos platillos originarios de México antiguo. La palabra proviene del náhuatl TAMALLI con la que se designaba al "Pan" elaborado con maíz. Existen muchas maneras de hacerlos: con anís, rellenos de arroz con leche, mole, chile verde, rajas, con carnes de aves, pescado o puerco, y en algunos lugares se hacen con capulines. En Xochimilco a un tamal pequeño lo rellenan con frijoles y se sirve para acompañar al mole. Cada uno de los estados de la república tiene su propia receta para elaborar los tamales. En Zacatecas, los tamales son de chile rojo, rellenos con carne de puerco; son delgados y cubiertos con hojas de maíz en varias capas. Un tamal muy famoso por las costas del golfo es el zacahuil. En realidad sería difícil enumerar las tantas formas de elaborar tamales.

EL CHOCOLATE. Bebida originaria de México, no puede faltar en los altares de los muertos como ofrenda a niños o adultos. La palabra se deriva del náhuatl XOCOLATL, formada por los vocablos ATL (agua) y COCOTL (CHOCO), que se refiere al ruido que las semillas de cacao hacen cuando el agua comienza a hervir y en la merienda en que se remueve.

Antes de la llegada de los españoles, el cacao se utilizaba para elaborar una bebida con agua que tenía un sabor agrio. Se empleaba además como moneda para llevar acabo el intercambio (trueque) comercial y para el pago del tributo, por lo que se le tenía en gran estima. Se dice que Moctezuma se tomaba entre el día 40 tazas de esta bebida como afrodisiaco. Durante la Colonia, el cacao se comenzó a preparar con leche y endulzarse con azúcar. Con ello paso a convertirse en una de las bebidas más solicitadas no sólo en la Nueva España, sino incluso en Europa, ya que era considerada "Bebida de Reyes".
Estos son sólo algunos alimentos de origen mexicano que aparecen en las tradicionales ofrendas de muertos, pero además hoy en día son de los que cuentan con mayor demanda popular.

CERÁMICA Y VIDRIO.

La cerámica y el vidrio no podían faltar en las ofrendas del día de muertos. A lo largo de la historia su presencia se ha encontrado en la importancia con los alimentos; es por ello que el gusto por decorar los altares, es algo que el pueblo vive con gran emoción; muchos objetos han sido creados para utilizarlos únicamente en esta época del año, de tal manera que podemos ver las tradicionales jarras panzonas destinadas al pulque, las ollas para el chocolate, las cazuelas para el mole, los platos para los dulces, los incensarios y candeleros destinados a sostener los cirios, velas o ceras.

El barro ha sido el material que más ha utilizado el hombre para satisfacer sus necesidades casi desde el inicio de los tiempos. Del barro existen una gran variedad de formas y usos en donde además se plasma la expresión cultural de artistas anónimos, los artistas del pueblo.
Muchas ofrendas, en especial las de Dolores Olmedo han sido enriquecidas con cerámica de distintos lugares, como la verde de Michoacán, cuya forma y decoración ha variado poco desde la colonia. Aquí predominan los jarros y ollas de diferentes tamaños con cuerpo globular o de calabaza; cajetes, tinajas, cántaros y gran variedad de objetos.

En fin la creatividad mexicana, el arte y el ingenio no paran ahí, ya que han servido de fuente de inspiración para la composición de canciones, crónicas, y libros.
Existen  poemas de autores anónimos, también existen una gran cantidad de refranes pareados, versos al amigo o al compañero de trabajo. Al político, etc., y anónimos populares, como los siguientes:

Imagen del difunto

Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la parte más alta y destacada del altar. Según la religión o idiosincrasia, también se colocan los retratos de espalda y frente a ellos un espejo, para que así el difunto sólo pueda ver el reflejo de su deudo y el deudo vea el reflejo de su difunto, simbolizando la pertenecía de ambos.

Agentes aromáticos

En su forma más tradicional se incluyen diversos elementos aromáticos que simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de olor.
Diversas versiones del altar incluyen la infusión de hierbas de olor como el laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una olla tapada por una penca de nopal con agujeros en ella. La infusión de estas hierbas producirá un olor atractivo que guiará a las almas a la tierra.

 La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de altares de muertos. Tiene diferentes significados en las diversas regiones y culturas de América, solía ser utilizado en rituales de atracción de la lluvia y ceremonias de purificación, de ahí su utilización en el día de muertos.
 El incienso es un elemento menos frecuente en los altares por ser de origen oriental, aunque tiene el propósito de guiar o atraer a los muertos al igual que las infusiones de hierbas.

Arco

Se coloca arriba del último piso un arco hecho de [carrizo], [palmilla] o flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos. Además también se le cuelgan en él algunos dulces o fruta que más les parezca.
Papel picado

Los aztecas utilizaban el papel en esta celebración para representar el viento debido a su maleabilidad, aunque lo que utilizaban originalmente era papel amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles que no requiere del proceso convencional del papel inventado en Asia. En ellos se pintaban diferentes deidades y se hacían atuendos, debido a su versatilidad podía ser teñido de diferentes colores disponibles para la época. Con la influencia española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.

El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel representan la dualidad entre la vida y la muerte. El papel picado comercial regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas de José Guadalupe Posada.

Representación del fuego
Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los cuatro puntos cardinales.


Representación del agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed. Además se colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban sagrados, eran una puerta al inframundo. En muchas representaciones de altares suele colocarse una vasija con agua, simbolizando un cenote y la entrada al inframundo.

Representación de la tierra
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo, en la actualidad se utiliza aserrín pintado de diferentes colores. En una idea moderna, la representación de la tierra se relaciona con el principio de la ideología cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás".


Flores
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil, la nube y el amaranto o moco de pavo son las especies más utilizadas para el adorno de un altar.


"La Catrina" Las Calaveras

Las calaveras son golosinas que representan alusiones a la muerte. Son coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que constantemente alude a la muerte, dedicado a personajes vivos.13
La imagen de la Catrina o calavera garbancera creada por José Guadalupe Posada no se relaciona con el día de muertos, esta caricatura es una representación de la dandizette de la época porfiriana, que siendo de origen indígena, pretendía ser europea.

Comida
La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla y la cocina nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc., presente en muchos altares. Se deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza, el tejocote y jícama naranja, y por supuesto alimentos hechos de maíz.
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. El pan de muerto tiene un par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos. El pan de muerto desciende del pan de maíz hecho por las civilizaciones del México antiguo.

Bebidas alcohólicas
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque servidos en recipientes de barro, utilizados para mantener el tradicionalismo. Puede incluirse cualquier otra bebida que le haya gustado al difunto.

Objetos personales
En el altar se colocan diferentes objetos personales que hayan gustado al difunto o que de alguna forma se relacionen con su vida, como objetos que utilizó en su trabajo u oficio. Si el altar se dedica a una persona menor, se suelen colocar juguetes y dulces.

Adornos
Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano y se han agregado al altar de muertos. Figuras con cuadros de entierros, velorios o cementerios, o representando escenas de la vida cotidiana con esqueletos como personajes realizados en figuras de alfeñique, cartonería, madera, barro o yeso, son típicos de la fecha, así mismo como hermosos arreglos frutales o florales.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.




Historias Los Niveles de las ofrendas de día de Muertos en México




Entre los mexicanos la muerte tiene un sentido singular: sus profundas tradiciones en el pasado indígena; parece un escenario donde se mueven y deslizan figuras del recuerdo, objetivos de ofrendas de la más diversa índole: Dulces, pan, flores, alimentos y costumbristas. La tradición, de alguna manera es permanente, pero aparece con mayor vigor, como un sentimiento espontáneo, los días 1 y 2 de noviembre cada año.
Los campos donde están los restos de los difuntos, se iluminan con la presencia de innumerables personas que llevan entre sus manos las multicolores ofrendas.; en  la no puede faltar, los platillos más comunes y que difícilmente faltan son: El mole, chocolate, tamales, calabazas en tacha, pan de muerto y calaveras de dulce de diferentes tamaños que generalmente llevan el nombre del difunto y de sus familiares, vivos o también difuntos, los bizcochos en forma de rosca, coloreados por grageas en rosa mexicano y otros colores.

Se escoge un lugar de la casa donde se improvisa un altar con imágenes religiosas, se cubren los espejos, se coloca la fotografía del difunto, todo sobre un mantel blanco al cual se le deshoja cempasúchil, colocando después los alimentos así como los cirios o las lámparas de aceite que arderán toda la noche. El incensario de barro ocupa un lugar importante ya que ahí se quema: el incienso, mirra y estoraque con el fin de limpiarles el ambiente y el camino a las almas de los fieles difuntos. De los alimentos los difuntos solo tomarán la esencia; creencia que vale la pena recordar que también fue practicada por los egipcios.
         
       

Para la gran mayoría del pueblo mexicano la celebración pagano-religiosa que con motivo del día consagrado por el rito católico a los fieles difuntos, se desenvuelve en medio de una extraña y desconcertante mezcla de ofrendas, ritos, liturgias, y celebraciones diversas en todos los pueblos, rancherías, y ciudades de nuestro país. Tiene tal colorido, tal riqueza folklórica y costumbrista, que puede afirmarse no exista otro pueblo en donde el culto a los muertos sobreviva con tanto arraigo y con manifestaciones tan definidas como en México. A propios y extraños asombra la dedicación tanto física como económica con la que los mexicanos honramos a nuestros muertos. La gran cantidad de dinero que se invierte y la prolífica imaginación con que las artesanías y los platillos convierten el festejo; causa dolor y pesadumbre en criterios rígidos que no logran comprender el alma de nuestro pueblo. Todavía en varias poblaciones de México y en el mismo Distrito

En México se han elaborado hasta la actualidad infinidad de dulces en formas de calaveras hechas de azúcar o chocolate, huesos de leche, pepitas o almendra. Se hacían dulces de alfeñique, se cocinaba y hasta la fecha se acostumbra la calabaza en dulce.

Las ofrendas son verdaderas obras de arte y tienen sus características propias de cada lugar. Se decoran con papel calado siendo la flor típica el cempasúchil. También se decoran con frutas que forman parte de la comida que se ofrece a los muertos. Además se colocan sombreros, rebozos y otros objetos que usaron los difuntos, lo mismo que herramientas y demás utensilios de trabajo.

   
Los Niveles de las ofrendas en día de Muertos (México)
    
La cantidad de niveles en un altar de muertos varían en algunas regiones. Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o para la persona a la que se le dedica el altar. Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra en el que se representan los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.

Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la tradición católica.2

Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual.3 Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales.4 Se asocia el número siete con el número de destinos que , según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.

En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, llegando al descanso eterno. El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.5

Otros altares son realizados según la tradición, donde se establece que el altar debe de constar de 7 niveles o escalones que representan los 7 niveles que tiene que pasar el alma de un muerto para poder descansar. Estos altares se realizan generalmente en lugares donde exista un espacio grande donde pueda caber todo el altar, el cual debe ser barrido el cuarto con hierbas aromáticas hacia los cuatro vientos un día antes del día de muertos. Primero se construye o fabrica el esqueleto del altar ya sea con cajas de cartón, madera o lo que se encuentre a fin de que queden bien cimentados los 7 niveles, de los cuales el séptimo debe de estar casi a la altura del suelo y sobre él se pone el segundo nivel que es un poco más chico que el primero y así sucesivamente hasta llegar al primer nivel, cada escalón es forrado con tela negra y blanca. Cada escalón tiene un significado y debe contener ciertos objetos en específico:

Primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción.

Segundo escalón es para las ánimas del purgatorio.

Tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.

Cuarto se pone pan llamado "pan de muerto", este pan es adornado con azúcar roja que simula la sangre, se recomienda que el pan sea echo por los parientes del difunto, ya que es una consagración.

Quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto.

Sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar.
            



Ultimo se pone la cruz de un rosario hecho de tejocote y limas.

Durante la era prehispánica, pasando por la época colonial y hasta nuestros días, los alimentos han jugado un papel muy importante en las ofrendas de los muertos. Se podría decir que los alimentos son indispensables en el altar de las ofrendas; estos suelen ser muy variados y que en nuestros días varían según los gustos y las regiones de la república, en donde la tradición culinaria de la región cuenta mucho. Así mismo su variedad radica en las costumbres de quién las coloca.

No importa si es grande o chica, pobre o rica, ya que la ofrenda de muertos se prepara y se exhibe para agradar a los difuntos que puntuales llegan a visitarnos cada año. En ella, que no es sino un altar, se disponen artísticamente las flores, las velas y veladoras las fotografías, el papel crepé, las vasijas, los platones, las botellas y sobre todo los alimentos que habrá de consumir el goloso espíritu visitante. Así, lo más común es que en altares domésticos se coloquen exquisitos panes, tamales de todos sabores y colores, atoles espesos y humeantes guisos de diferentes clases, desde los exquisitos moles hasta los nopalitos preparados de diversas maneras, dulces sabrosos de calabaza y tejocote.
    
Generalmente el altar se divide en dos niveles marcados por una mesa y el suelo, que según la tradición popular representan el cielo y la tierra respectivamente. Es por ello que en la mesa se localizan las imágenes de los muertos en culto, y los símbolos de fe, así como los elementos agua y fuego representados por líquidos como el atole, pulque, agua u otras bebidas, y por velas, ceras y veladoras. Sobre el suelo se colocan los elementos que simbolizan el aire y la tierra: incienso y mirra, Sahumerios, semillas y frutas.

El día 31 de octubre al medio día, se colocan sobre una mesa aquellos objetos destinados al culto de los niños difuntos: flores blancas, vasos con agua y un plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto. Se enciende además el sahumerio con copal e incienso.

Por la tarde se ofrece una merienda a los niños, donde se incluye como pan, atole, chocolate, tamales de dulce y frutas. Nuevamente se enciende el sahumerio.

Al día siguiente, el 1° de noviembre, por la mañana, se sirve el desayuno de los niños, antes de que sus almas regresen al lugar que pertenecen. Entre los alimentos que se colocan están el pan, atole, chocolate, tamales y frutas. Al medio día la mesa se adorna con flores amarillas con las que se indica la llegada de los difuntos adultos; se colocan candelabros negros con velas grandes, agua y sal; más tarde se ofrendan frutas, pan, conservas y tamales.


El 2 de noviembre al medio día las almas de los difuntos adultos son despedidos con una comida en donde se pueden encontrar una gran variedad de guisos mexicanos, entre los que destacan el arroz, mexicano en su preparación, cocinado de diferentes maneras; mole con pollo o guajolote, pozole, frijoles de olla, tortillas, frutas como jícamas, tejocotes, cacahuates, dulces entre los que aparecen las tradicionales calaveritas de azúcar o chocolate, cocadas, calabazates, limones rellenos, camotes, amaranto, jamoncillos (dulce de leche), calabaza en tacha, peras e higos cristalizados, tamarindo, arroz de leche y conservas de tejocote, guayaba o durazno. Igualmente hay aperitivos como cerveza, el tradicional pulque, tequila o la bebida favorita de aquellos seres queridos. No podían faltar los cigarrillos para quienes acostumbraban fumar.
Como ya se mencionó con anterioridad, los alimentos suelen ser muy variados de ofrenda a ofrenda; sin embargo las ofrendas que actualmente se colocan no son totalmente diferentes a las prehispánicas; en realidad sólo se transformó sustituyendo sus componentes originales. De acuerdo a la tradición debe componerse de nueve elementos esenciales los cuales nunca deben o pueden faltar.
       


Historias Elementos de una Ofrenda de Muertos en México

 Elementos de una Ofrenda de Muertos en México 

El AGUA. Considerada como fuente de vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de un largo camino y como fortalecimiento para su regreso al más allá.

LA SAL. Elemento de purificación, sirve también para que el cuerpo no se corrompa.

INVITACION AL BANQUETE. Elemento de sabiduría.

EL CIRIO.

La flama que produce significa luz, fe y esperanza. Llamarada de triunfo, porque el alma pasa de esta vida a la otra, a la inmortalidad, a lo desconocido.

COPAL o INCIENSO.

 Ofrenda a los dioses. Elemento que sublima y transmite a la oración o alabanza, uniendo al que ofrece y a quién recibe. Perfume de reverencia soberana, para alejar a los malos espíritus.

LAS FLORES.

Las blancas (alhelí y nube) significan pureza y ternura. Las amarillas, cempoaljochitl, significan riqueza, flor de oro. Se cree que antiguamente era usada como medicamento, para curar, conservar la vida y alejar la muerte.

EL PETATE. Es un objeto de ofrenda para el descanso, para merecer el banquete.

JUGUETES.

Perro izcuintle para las ánimas infantiles son elemento de juego. Por otro lado, el perro izcuintle ayudaba a las ánimas a cruzar el caudaloso río Chiconahuapan, último para llegar al Mictlán (lugar de los muertos).


EL GOLLETE y LAS CAÑAS.

Este pan en forma de rueda se coloca en ofrenda, sostenido por un trozo de caña. Se podrán relacionarse estos elementos en el zompantli; los golletes podrían significar los cráneos de los sacrificados y las cañas las varas con que se ensartaban.
Existen algunos otros alimentos que al paso del tiempo, al igual que los antes mencionados se han convertido en parte medular de las ofrendas de muertos como lo son:
       


EL PAN.

Es precisamente uno de los alimentos más importantes en la ofrenda. Aunque no es de origen mexicano puesto que el cultivo del trigo y el establecimiento de las panaderías en América tienen su origen durante la Colonia, lo cierto es que en México al pan se le dio una característica propiamente nacional. Una decoración que se puede apreciar durante los primeros días de noviembre, es un pan con una muy especial peculiaridad, y que consiste en adornar su superficie con pequeñas tiras de la misma pasta, las cuales guardan gran semejanza con los huesos que comúnmente son llamados "Canillas", y sobre estos se colocan una gran "Lágrima", que simboliza el cráneo humano.

Es importante señalar que durante la época prehispánica, las "Canillas" cruzadas con el cráneo encima, se referían a la forma en que se expresaban o representaban la muerte o al "Dios de la Muerte" llamado Mictlantecuhtli. Durante la Colonia, una vez que se instituyó la celebración de "Todos los Santos", y el día de "Los Fieles Difuntos", tradiciones provenientes de Europa, algunos elementos del culto a la muerte en ambas culturas se unieron, y originaron una tradición única.
En algunas ocasiones la tradicional "Torta de Muertos" es sustituida por rosquillas o esos panes que tienen forma de cuerpo humano: tanto estos panes, como las rosquillas se decoran con azúcar teñida de color rojo, que simboliza la sangre, y al mismo tiempo nos recuerda la forma en que las ofrendas precolombinas se espolvoreaban con "Cinabrio", un polvo rojo que tenía la función de representar la sangre, de la cual se intentaba proveer al alma del muerto para que pudiera tener otra vida, ya que se tenía la idea de que el cuerpo moría, pero que el alma continuaba existiendo en otro lugar.

LA CALABAZA.

Tanto en la cocina indígena prehispánica como en la mexicana actual, ocupa un lugar de privilegio. Junto con el maíz, frijol y chile y ha formado parte de la tetralogía alimenticia del país. De este alimento se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas; su uso es muy extenso, y con ella se elaboran muchos de los platillos típicos mexicanos.

En el altar de muertos, la calabaza aparece además a manera de dulce en otras formas: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar, o con otros ingredientes según el gusto de la cocinera. El dulce cristalizado se le llama "Calabazate". De la calabaza se prepara la muy tradicional calabaza en "Tacha", que como se mencionó se prepara durante los días dedicados a los muertos.
La preparación de la calabaza en "Tacha", consiste en introducir dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del "Guarano" o jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (mancuerna); una de las calderas era la "Malera", y la otra la "Tacha". En la actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también "Tacha".

EL MOLE.

 Su origen se remonta a la época prehispánica. Figuraba como uno de los platillos más importantes destinados al consumo de aquellos seres más importantes de la sociedad como gobernantes, sacerdotes y guerreros.
La palabra MOLE, se deriva del náhuatl MOLLI, utilizada para referirse a cualquier salsa con chile.

Con el tiempo el platillo original fue enriquecido con especies, ingredientes traídos de Europa. Actualmente este guiso se elabora con más de 40 ingredientes; hay de todos colores y sabores: mole rojo, mole negro (este es típico de Oaxaca), mole verde, mole amarillo, mole de olla, pipián, mancha manteles. La elaboración del mole variará según la región y según la cocinera. Una especie de mole que se usa mucho en el centro de la república lleva el nombre de "Asado" o "Asado de Boda" casi siempre acompañado con carne de puerco.
Es tradicional que en las ofrendas de los muertos, el mole aparezca servido con arroz y pollo o guajolote.

TAMALES.

Al igual que el mole, fue uno más de esos platillos originarios de México antiguo. La palabra proviene del náhuatl TAMALLI con la que se designaba al "Pan" elaborado con maíz. Existen muchas maneras de hacerlos: con anís, rellenos de arroz con leche, mole, chile verde, rajas, con carnes de aves, pescado o puerco, y en algunos lugares se hacen con capulines. En Xochimilco a un tamal pequeño lo rellenan con frijoles y se sirve para acompañar al mole. Cada uno de los estados de la república tiene su propia receta para elaborar los tamales. En Zacatecas, los tamales son de chile rojo, rellenos con carne de puerco; son delgados y cubiertos con hojas de maíz en varias capas. Un tamal muy famoso por las costas del golfo es el zacahuil. En realidad sería difícil enumerar las tantas formas de elaborar tamales.

EL CHOCOLATE. Bebida originaria de México, no puede faltar en los altares de los muertos como ofrenda a niños o adultos. La palabra se deriva del náhuatl XOCOLATL, formada por los vocablos ATL (agua) y COCOTL (CHOCO), que se refiere al ruido que las semillas de cacao hacen cuando el agua comienza a hervir y en la merienda en que se remueve.

Antes de la llegada de los españoles, el cacao se utilizaba para elaborar una bebida con agua que tenía un sabor agrio. Se empleaba además como moneda para llevar acabo el intercambio (trueque) comercial y para el pago del tributo, por lo que se le tenía en gran estima. Se dice que Moctezuma se tomaba entre el día 40 tazas de esta bebida como afrodisiaco. Durante la Colonia, el cacao se comenzó a preparar con leche y endulzarse con azúcar. Con ello paso a convertirse en una de las bebidas más solicitadas no sólo en la Nueva España, sino incluso en Europa, ya que era considerada "Bebida de Reyes".
Estos son sólo algunos alimentos de origen mexicano que aparecen en las tradicionales ofrendas de muertos, pero además hoy en día son de los que cuentan con mayor demanda popular.

CERÁMICA Y VIDRIO.

La cerámica y el vidrio no podían faltar en las ofrendas del día de muertos. A lo largo de la historia su presencia se ha encontrado en la importancia con los alimentos; es por ello que el gusto por decorar los altares, es algo que el pueblo vive con gran emoción; muchos objetos han sido creados para utilizarlos únicamente en esta época del año, de tal manera que podemos ver las tradicionales jarras panzonas destinadas al pulque, las ollas para el chocolate, las cazuelas para el mole, los platos para los dulces, los incensarios y candeleros destinados a sostener los cirios, velas o ceras.

El barro ha sido el material que más ha utilizado el hombre para satisfacer sus necesidades casi desde el inicio de los tiempos. Del barro existen una gran variedad de formas y usos en donde además se plasma la expresión cultural de artistas anónimos, los artistas del pueblo.
Muchas ofrendas, en especial las de Dolores Olmedo han sido enriquecidas con cerámica de distintos lugares, como la verde de Michoacán, cuya forma y decoración ha variado poco desde la colonia. Aquí predominan los jarros y ollas de diferentes tamaños con cuerpo globular o de calabaza; cajetes, tinajas, cántaros y gran variedad de objetos.

En fin la creatividad mexicana, el arte y el ingenio no paran ahí, ya que han servido de fuente de inspiración para la composición de canciones, crónicas, y libros.
Existen  poemas de autores anónimos, también existen una gran cantidad de refranes pareados, versos al amigo o al compañero de trabajo. Al político, etc., y anónimos populares, como los siguientes:

Imagen del difunto

Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la parte más alta y destacada del altar. Según la religión o idiosincrasia, también se colocan los retratos de espalda y frente a ellos un espejo, para que así el difunto sólo pueda ver el reflejo de su deudo y el deudo vea el reflejo de su difunto, simbolizando la pertenecía de ambos.

Agentes aromáticos

En su forma más tradicional se incluyen diversos elementos aromáticos que simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de olor.
Diversas versiones del altar incluyen la infusión de hierbas de olor como el laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una olla tapada por una penca de nopal con agujeros en ella. La infusión de estas hierbas producirá un olor atractivo que guiará a las almas a la tierra.

 La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de altares de muertos. Tiene diferentes significados en las diversas regiones y culturas de América, solía ser utilizado en rituales de atracción de la lluvia y ceremonias de purificación, de ahí su utilización en el día de muertos.
 El incienso es un elemento menos frecuente en los altares por ser de origen oriental, aunque tiene el propósito de guiar o atraer a los muertos al igual que las infusiones de hierbas.

Arco

Se coloca arriba del último piso un arco hecho de [carrizo], [palmilla] o flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos. Además también se le cuelgan en él algunos dulces o fruta que más les parezca.
Papel picado

Los aztecas utilizaban el papel en esta celebración para representar el viento debido a su maleabilidad, aunque lo que utilizaban originalmente era papel amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles que no requiere del proceso convencional del papel inventado en Asia. En ellos se pintaban diferentes deidades y se hacían atuendos, debido a su versatilidad podía ser teñido de diferentes colores disponibles para la época. Con la influencia española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.

El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel representan la dualidad entre la vida y la muerte. El papel picado comercial regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas de José Guadalupe Posada.

Representación del fuego
Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los cuatro puntos cardinales.


Representación del agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed. Además se colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban sagrados, eran una puerta al inframundo. En muchas representaciones de altares suele colocarse una vasija con agua, simbolizando un cenote y la entrada al inframundo.

Representación de la tierra
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo, en la actualidad se utiliza aserrín pintado de diferentes colores. En una idea moderna, la representación de la tierra se relaciona con el principio de la ideología cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás".


Flores
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil, la nube y el amaranto o moco de pavo son las especies más utilizadas para el adorno de un altar.


"La Catrina" Las Calaveras

Las calaveras son golosinas que representan alusiones a la muerte. Son coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que constantemente alude a la muerte, dedicado a personajes vivos.13
La imagen de la Catrina o calavera garbancera creada por José Guadalupe Posada no se relaciona con el día de muertos, esta caricatura es una representación de la dandizette de la época porfiriana, que siendo de origen indígena, pretendía ser europea.

Comida
La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla y la cocina nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc., presente en muchos altares. Se deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza, el tejocote y jícama naranja, y por supuesto alimentos hechos de maíz.
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. El pan de muerto tiene un par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos. El pan de muerto desciende del pan de maíz hecho por las civilizaciones del México antiguo.

Bebidas alcohólicas
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque servidos en recipientes de barro, utilizados para mantener el tradicionalismo. Puede incluirse cualquier otra bebida que le haya gustado al difunto.

Objetos personales
En el altar se colocan diferentes objetos personales que hayan gustado al difunto o que de alguna forma se relacionen con su vida, como objetos que utilizó en su trabajo u oficio. Si el altar se dedica a una persona menor, se suelen colocar juguetes y dulces.

Adornos
Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano y se han agregado al altar de muertos. Figuras con cuadros de entierros, velorios o cementerios, o representando escenas de la vida cotidiana con esqueletos como personajes realizados en figuras de alfeñique, cartonería, madera, barro o yeso, son típicos de la fecha, así mismo como hermosos arreglos frutales o florales.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.



  

Historias Las ofrendas de Día de Muertos en México




Entre los mexicanos la muerte tiene un sentido singular: sus profundas tradiciones en el pasado indígena; parece un escenario donde se mueven y deslizan figuras del recuerdo, objetivos de ofrendas de la más diversa índole: Dulces, pan, flores, alimentos y costumbristas. La tradición, de alguna manera es permanente, pero aparece con mayor vigor, como un sentimiento espontáneo, los días 1 y 2 de noviembre cada año.
Los campos donde están los restos de los difuntos, se iluminan con la presencia de innumerables personas que llevan entre sus manos las multicolores ofrendas.; en  la no puede faltar, los platillos más comunes y que difícilmente faltan son: El mole, chocolate, tamales, calabazas en tacha, pan de muerto y calaveras de dulce de diferentes tamaños que generalmente llevan el nombre del difunto y de sus familiares, vivos o también difuntos, los bizcochos en forma de rosca, coloreados por grageas en rosa mexicano y otros colores.

Se escoge un lugar de la casa donde se improvisa un altar con imágenes religiosas, se cubren los espejos, se coloca la fotografía del difunto, todo sobre un mantel blanco al cual se le deshoja cempasúchil, colocando después los alimentos así como los cirios o las lámparas de aceite que arderán toda la noche. El incensario de barro ocupa un lugar importante ya que ahí se quema: el incienso, mirra y estoraque con el fin de limpiarles el ambiente y el camino a las almas de los fieles difuntos. De los alimentos los difuntos solo tomarán la esencia; creencia que vale la pena recordar que también fue practicada por los egipcios.
    

Para la gran mayoría del pueblo mexicano la celebración pagano-religiosa que con motivo del día consagrado por el rito católico a los fieles difuntos, se desenvuelve en medio de una extraña y desconcertante mezcla de ofrendas, ritos, liturgias, y celebraciones diversas en todos los pueblos, rancherías, y ciudades de nuestro país. Tiene tal colorido, tal riqueza folklórica y costumbrista, que puede afirmarse no exista otro pueblo en donde el culto a los muertos sobreviva con tanto arraigo y con manifestaciones tan definidas como en México. A propios y extraños asombra la dedicación tanto física como económica con la que los mexicanos honramos a nuestros muertos. La gran cantidad de dinero que se invierte y la prolífica imaginación con que las artesanías y los platillos convierten el festejo; causa dolor y pesadumbre en criterios rígidos que no logran comprender el alma de nuestro pueblo. Todavía en varias poblaciones de México y en el mismo Distrito

En México se han elaborado hasta la actualidad infinidad de dulces en formas de calaveras hechas de azúcar o chocolate, huesos de leche, pepitas o almendra. Se hacían dulces de alfeñique, se cocinaba y hasta la fecha se acostumbra la calabaza en dulce.

Las ofrendas son verdaderas obras de arte y tienen sus características propias de cada lugar. Se decoran con papel calado siendo la flor típica el cempasúchil. También se decoran con frutas que forman parte de la comida que se ofrece a los muertos. Además se colocan sombreros, rebozos y otros objetos que usaron los difuntos, lo mismo que herramientas y demás utensilios de trabajo.

  
Los Niveles de las ofrendas en día de Muertos (México)
   
La cantidad de niveles en un altar de muertos varían en algunas regiones. Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o para la persona a la que se le dedica el altar. Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra en el que se representan los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.

Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la tradición católica.2

Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual.3 Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales.4 Se asocia el número siete con el número de destinos que , según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.

En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, llegando al descanso eterno. El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.5

Otros altares son realizados según la tradición, donde se establece que el altar debe de constar de 7 niveles o escalones que representan los 7 niveles que tiene que pasar el alma de un muerto para poder descansar. Estos altares se realizan generalmente en lugares donde exista un espacio grande donde pueda caber todo el altar, el cual debe ser barrido el cuarto con hierbas aromáticas hacia los cuatro vientos un día antes del día de muertos. Primero se construye o fabrica el esqueleto del altar ya sea con cajas de cartón, madera o lo que se encuentre a fin de que queden bien cimentados los 7 niveles, de los cuales el séptimo debe de estar casi a la altura del suelo y sobre él se pone el segundo nivel que es un poco más chico que el primero y así sucesivamente hasta llegar al primer nivel, cada escalón es forrado con tela negra y blanca. Cada escalón tiene un significado y debe contener ciertos objetos en específico:

Primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción.

Segundo escalón es para las ánimas del purgatorio.

Tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.

Cuarto se pone pan llamado "pan de muerto", este pan es adornado con azúcar roja que simula la sangre, se recomienda que el pan sea echo por los parientes del difunto, ya que es una consagración.

Quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto.

Sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar.
            
Ultimo se pone la cruz de un rosario hecho de tejocote y limas.

Durante la era prehispánica, pasando por la época colonial y hasta nuestros días, los alimentos han jugado un papel muy importante en las ofrendas de los muertos. Se podría decir que los alimentos son indispensables en el altar de las ofrendas; estos suelen ser muy variados y que en nuestros días varían según los gustos y las regiones de la república, en donde la tradición culinaria de la región cuenta mucho. Así mismo su variedad radica en las costumbres de quién las coloca.

No importa si es grande o chica, pobre o rica, ya que la ofrenda de muertos se prepara y se exhibe para agradar a los difuntos que puntuales llegan a visitarnos cada año. En ella, que no es sino un altar, se disponen artísticamente las flores, las velas y veladoras las fotografías, el papel crepé, las vasijas, los platones, las botellas y sobre todo los alimentos que habrá de consumir el goloso espíritu visitante. Así, lo más común es que en altares domésticos se coloquen exquisitos panes, tamales de todos sabores y colores, atoles espesos y humeantes guisos de diferentes clases, desde los exquisitos moles hasta los nopalitos preparados de diversas maneras, dulces sabrosos de calabaza y tejocote.
   
Generalmente el altar se divide en dos niveles marcados por una mesa y el suelo, que según la tradición popular representan el cielo y la tierra respectivamente. Es por ello que en la mesa se localizan las imágenes de los muertos en culto, y los símbolos de fe, así como los elementos agua y fuego representados por líquidos como el atole, pulque, agua u otras bebidas, y por velas, ceras y veladoras. Sobre el suelo se colocan los elementos que simbolizan el aire y la tierra: incienso y mirra, Sahumerios, semillas y frutas.

El día 31 de octubre al medio día, se colocan sobre una mesa aquellos objetos destinados al culto de los niños difuntos: flores blancas, vasos con agua y un plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto. Se enciende además el sahumerio con copal e incienso.

Por la tarde se ofrece una merienda a los niños, donde se incluye como pan, atole, chocolate, tamales de dulce y frutas. Nuevamente se enciende el sahumerio.

Al día siguiente, el 1° de noviembre, por la mañana, se sirve el desayuno de los niños, antes de que sus almas regresen al lugar que pertenecen. Entre los alimentos que se colocan están el pan, atole, chocolate, tamales y frutas. Al medio día la mesa se adorna con flores amarillas con las que se indica la llegada de los difuntos adultos; se colocan candelabros negros con velas grandes, agua y sal; más tarde se ofrendan frutas, pan, conservas y tamales.


El 2 de noviembre al medio día las almas de los difuntos adultos son despedidos con una comida en donde se pueden encontrar una gran variedad de guisos mexicanos, entre los que destacan el arroz, mexicano en su preparación, cocinado de diferentes maneras; mole con pollo o guajolote, pozole, frijoles de olla, tortillas, frutas como jícamas, tejocotes, cacahuates, dulces entre los que aparecen las tradicionales calaveritas de azúcar o chocolate, cocadas, calabazates, limones rellenos, camotes, amaranto, jamoncillos (dulce de leche), calabaza en tacha, peras e higos cristalizados, tamarindo, arroz de leche y conservas de tejocote, guayaba o durazno. Igualmente hay aperitivos como cerveza, el tradicional pulque, tequila o la bebida favorita de aquellos seres queridos. No podían faltar los cigarrillos para quienes acostumbraban fumar.
Como ya se mencionó con anterioridad, los alimentos suelen ser muy variados de ofrenda a ofrenda; sin embargo las ofrendas que actualmente se colocan no son totalmente diferentes a las prehispánicas; en realidad sólo se transformó sustituyendo sus componentes originales. De acuerdo a la tradición debe componerse de nueve elementos esenciales los cuales nunca deben o pueden faltar.


   

miércoles, 21 de octubre de 2015

Historias El aprendiz



En  mis inicios  en la vida en el ambiente, después de haber salido del closet, una vez concluido la universidad, así como pasado la prueba del miedo en la primera visita al  primer antro de ambiente, de haber experimentado,  los nervios y las manos sudadas.

Esta noche estoy sentado en aquella barra del bar el Vaquero ubicado al sur de la ciudad, tomando mis clásicas dos cervezas por lo menos para entrar en ambiente, escuchando  la rokola  y al mismo tiempo mirando cada vez que entra  algún parroquiano, así como escuchando las pláticas pero  al mismo tiempo esperando que llegara el príncipe azul hay veces que pensamos ser protagonistas de alguna historias con finales felices, pero a veces la realidad no es así podemos ser hasta el sapo del cuento, o tenemos que besar a muchos sapos pensando que eso es lo que buscamos, quizá el hombre esperado, pero en la mayoría de las cosos solo quedaba en suspenso con final infeliz.


Bueno ya estaba ahí y el tiempo transcurría el ambiente poco a poco se impregnaba de olor al cigarro, y las conversaciones era más fuerte hasta el momento que se mezclaban con risas, y aquel pequeño lugar se había llenado era como el clímax, hasta para ir al baño era complicado esperando el turno, con las miradas furtivas de los que estábamos en la fila como adivinando de qué tamaño la tiene o en su caso disimulando que miembro era más grande, y siempre buscando un objetivo el poder encontrar a alguien.

Pero aquella noche como siempre regresaba a sentarme a mi lugar apartado por un desconocido que me había hecho el favor  de nuevo en aquella posición  que creo hasta parte de la decoración del lugar ya me miraba.

Paso más tiempo y en el  Bar cerraba podo después de las  00.30 a.m., Y  sentando viendo como escurría el agua de la botella de cerveza, escuche una voz que comentaba  que como la estaba pasado, levante la cabeza y respondí que bien, al mismo tiempo mire aquel hombre ya maduro de más de 50 años de cabello canoso eso si ojos claros, era alto sé que en su etapa de juventud había sido todo un suceso y para mis 22 años su era una diferencia abismal no tanto en edad, porque podemos conocer gente de edad pero con mentalidad de un joven de 20 años,  o personas jóvenes con mentalidad muy maduras que sorprenden es en ese aspecto algo incongruente pero se da, en aquel momento  fue como algo interesante sobre todo por su experiencia.


Ya conversamos por un rato esperando que cerraran el bar porque hasta pero me comento una propuesta me invitaba a su departamento que no me pasaría nada solo quería observarme solo eso, la verdad era muy temeraria la propuesta a veces uno pude arriesgar por vivir un momento así hasta la vida pero esto es como la ruleta rusa, en aquellos años como la propuesta estaba, con la pequeña platica  como si se puede dar cuenta como es la persona un que no lo es todo, pero que podía perder si solo era eso, y le dije que sí. Le comente que sería un rato porque en esos días,  el sábado entraba a la primera hora a la clase de natación  a las 6.00 a.m., así fue llegamos  aquel departamento.

Ya estando en el mismo todo parecía que el tiempo se había detenido, los muebles  el aspecto daban una sensación de soledad, de nostalgia  y eso si un poco de polvo,  estuvimos conversando y aquel hombre me comenta que gracias lo único que deseaba aquel señor es que no pasara otra noche de soledad.

Me comento  si podía pone una disco en aquella esquina de la sala había una consola para reproducir música en discos  en 45 rpm, y puso una canción clásica que ya no recuerdo su nombre, toda aquella experiencia  me dejo un gran aprendizaje.

La persona tiene diferentes maneras para estar bien, en aquella noche como aprendiz quizá yo buscando algo encontré a alguien que solo buscaba simplemente que alguien lo escuchará y hoy en día cuantos queremos que alguien nos escuche  y que no piensen que queremos sexo.
   



Historias Que siga la Fiesta





La fiesta inicia en la casa de mis amigos todo parece normal, el grupo se empiezan a formar por aquí y en aquella esquina solo conozco pocos algunos ya los he visto en el Internet, por ahí mire el perfil de uno que me dio  risa porque es inconfundible su perfil se dice es semental, pero ahora observando que esta con esa persona que no se le separa  ni un instante por lo que creo es su pareja o su  amante en turno es tan tranquilo, tan sereno que no rompe ni un plato y de aquel título de semental creo no llega a ternero, pero así es la vida.

Aquella reunión no falta la pose por ahí solo paseando  por aquella instancia aquella persona no sé si piense que es algo así como la reencarnación de María Félix porque hasta el cigarrillo lo toma con delicadeza, mucha pose pero le falta algo ser la Doña casi nada, la música buena por momentos y por otros no, a veces  es necesaria la opinión,  como poner como una mesa de sugerencias en ellas el tipo de música o peor lo menos que fuera más amplia como las galletas de surtido rico a todos se les da gusto.

Por ahí nada interesante la misma gente, la misma música, las mismas poses hasta la mía, pero muchas veces no me doy cuenta, por ahí  entro mi amigo de años pero viene con alguien la verdad de muy buen ver,  porque levanto las miradas de casi todos incluyendo la mía ya lo salude a él a su pareja  me lo presento, por ciento la verdad de cerca está mejor y aquel porte y el ejercicio siempre van de la mano, cuantas veces en el gimnasio vemos a gente con buen cuerpo, todo en su lugar pero una personalidad del nabo  y simplemente no la hay.

Transcurrió un buen rato por ahí bebiendo un vodka con jugo de piña que me gusta, porque no se sube hasta que da el aire, porque caigo como mosca,  paso un rato  y note una mirada, discretamente levante la cabeza y era  aquella pareja de mi amigo me observaba, solo con una risa respondí, por mi mente pensé me está ligando o le guste, pero cuantas veces nos pasa esto y más cuando estas entre la espada y la pared que hacer en estos casos.

Con el calor del lugar, la bebida y la emoción tienes que ir al baño ahí note que entro aquella pareja y se colocó a un lado, como queriendo adivinar qué pasaría solo me apresure y salí sé que en ocasiones las cosas llegan,  pero no son las más convenientes solo tener los pies bien plantados, que no gane lo fácil porque en ocasiones también son débil pero las amistades se conservan.

Pero pase la prueba y la fiesta siguió a todo lo daba, y cuantos pensarán como yo y cuantos no,  pero que la fiesta siga.


  

Historias El rey



En aquellos tiempos en los siglos XI, había un Reino cerca de la costa Norte de lo hoy es Francia, el Rey  Elías I había llegado al poder siendo un hombre de corta edad su Juventud era evidente por lo que le faltaba experiencia pero  era de casta y de carácter fuerte, con guerras le permitió extender su reino más allá de donde originalmente era, apunta de espada fue avanzado, no falto poblaciones arrasadas, y saqueadas el poder lo era todo, era sanguinario y eso fue su mejor forma de gobernar en aquellos años.

Elías escondía algo en ese carácter fuerte y guerrero, que las espadas y su visión de hombre no podían ocultarse ni por el mismo, tenía un gusto por visitar sus soldados cuando estos se bañaban en área destinada a ellos y una predilección por el capital de Guerra, no se explicaba por qué aquella predilección que le hacía dudar de su sexualidad, esto fue un problema y tuvo que arreglar un casamiento con una mujer de la nobleza del país vecino, la cual solo mantenía relaciones por deber de tener una descendencia y así fue, al poco tiempo embrazo a la mujer y nació su primogénito.


No faltaba día que visitara aquellos lugares donde los soldados se bañaban hacia revisión, y era secreto a voces que cuando le atraía algún soldado se lo llevaban con engaños a una parte secreta en la torre, en aquellos días algunos jóvenes soldados terminaron asesinados u otros se suicidaban, pero nadie sabía porque el pensarlo era sinónimo de cárcel, martirio y morir bajo la hoguera en plaza pública.


Aquel Rey al poco tiempo su fama creció así como su Reino, todo lo tenía, controlaba a la iglesia, el impuesto a sus súbditos era mucho y muchos vivían en condiciones extremas.

Este Rey lo tenía todo pero faltaba algo que no podía controlar y era ese amor platónico de su jefe de seguridad , su brazo derecho, estaba casado y tenía familia pero era rudo y no accedía a pesar que de negarse hasta la vida perdería, pero el Rey lo mantenía por ese gran amor en silenció.

En  las noches aquel Rey soñaba con el apuesto jefe de seguridad  y mantenía relaciones con un peón que le entrababa escondidas siempre pensando que era él.

Pero aquel Rey también era víctima de su mismo poder que pensaba que todo lo controlaba y era amo,  más allá de lo imaginable pensando que era superior empezó a afectarle en su modo de pensar y aquella obsesión de su jefe de seguridad lo mataba  lentamente en el deseo reprimido.

Un día que llego el temporal aquella región el mar amenazaba con provocar grandes daños a sus tierras y feudos y no solo eso sino el mismo Reino, la gente le pidió que hiciera algo y una gran procesión lo sacaron aun pese a la lluvia a las orillas del mar donde se vislumbraba el mal tiempo, pensando que tenía el poder absoluto de las cosas y esa época la gente lo pensaba.


Pidió que lo acercaran al mar espumoso y de olas bravas  con un grito ordeno que se calmaran las aguas y las tempestades para volver la tranquilidad a su reino,  alzo las manos en plegaría, como respuesta llego una gran ola que le mojo los pies y realmente no tenía poder ni de la naturaleza y del amor de otras personas hacia él.

Moraleja cuando pensamos que podemos tener el control de todo, hay cosas que ni el dinero, ni el poder podemos controlar los sentimientos y la misma naturaleza del  hombre son una de ellas.


   

Historias 773 La maleta


A la mente me vienen los recuerdos el caminar por las diferentes calles de León, buscando en cada tienda, una maleta de viaje, pasando varios comercios sin lograr ubicar alguna que fuera adecuada, recorriendo las diferentes plazas, pero no las características no eran la que se requerían, la buscaba  mi  Padre  que yo llevaría de viaje a Yucatán, una promesa que le había hecho, después de varias calles y pensando que no lo encontraríamos en una de las ultimas tiendas de área comercial, era una maleta color negra pequeña pero era lo que el realmente había buscado hasta mi padre había ahorrado para comprar su maleta.

Finalmente a principios del este años cumplí con la promesa de llevarlo a  Yucatán, fueron realmente pocos días pero para mí significo, algo ajetreado el viaje pero todo muy bien.

En estos días  recorriendo la casa  de mis padres ahí en un rincón  estaba aquel porta equipaje negro, en un rincón del closet,  con algo de polvo, no pude contener aquel sentimiento fuerte pero real,   me recordó a mi Padre,  el  Murió hace unos meses  y aquel viaje fue unos de los últimos, antes de aquellos días de enfermedad y oscuridad.


Hoy solo su recámara silenciosa que un puedo percibir su presencia, pero ya no está, cuanto lo extraño y me faltó tiempo para convivir más.


Hoy sé que su legado mirar las cosas de la mejor forma, de que el día de mañana será mejor, lo más  importante que con trabajo las cosas saldrán mejor, y que tomar las cosas buenas y malas para ser mejor como persona.
No había tenido oportunidad de escribir algo hasta hoy recordando aquella maleta de viaje de color negra olvidada en closet.


Moraleja siempre hay que darnos un espacio para la gente que queremos en las buenas o en las malas, que debemos de aprovechar las cosas en su momento por la vida es solo una y no retoña.
    
    





martes, 20 de octubre de 2015

Historias Como Saber que alguien te engaña



“Los seres humanos somos eso, humanos, y cometemos errores y hacemos cosas mal, como negar a nuestras parejas”. Aunque sea duro hay que sentarse a hablar para ver cuál es el motivo de la infidelidad y ver si hay solución”.

Aquí un cuestionario para saber si hay algo raro si por lo menos contestas afirmativamente la mayoría de las preguntas TE ESTAN PONIENDO EL CUERNO

Si tenemos sospechas de que pueden estar engañándonos lo mejor es preguntarlo directamente para ver su reacción

1. ¿Has notado algún cambio significativo en su comportamiento? ¿Está más distante pero te dice que no le pasa nada si le preguntas?

2. ¿Se preocupa más por su aspecto últimamente? ¿Se ha apuntado a un gimnasio, se ha puesto a dieta, se compra más ropa?

3. ¿Se muestra reacio o perezoso a tener relaciones sexuales?

4. ¿Pasa más tiempo fuera de casa que antes? ¿Suele tener reuniones, viajes de trabajo o queda con sus amigos él solo?

5. ¿Se BAÑA cuando llega a casa?

6. ¿Has notado movimiento extraños en vuestras cuentas o gastos que no puedes justificar?

7. ¿Llama al celular y cuelgan sin decir nada?

8. ¿Se esconde para hablar por celular o le llegan mensajes al celular que no lee delante de ti o se mete al baño a contestar?

9. ¿Apaga el celular por las noches o cuando está contigo “para que no os moleste”?

10. ¿Ha subido mucho su cuenta del Celular y hay algún número de teléfono que se repita demasiado?

11. ¿Te dice que estás loco cuando le preguntas si te engaña y cambia rápidamente de tema?

12. ¿Evita las conversaciones sobre nosotros y sobre el futuro en común?

13. ¿Hace mucho que no tiene un detalle contigo o te dice que te quiere?

14. ¿Pasa muchas horas frente la computadora o laptop , escribiendo mails o chateando y tiene mucho cuidado para que tú no veas lo que hace?

15. ¿Le has notado alguna vez sonriendo el sólo o te da la impresión de que está de buen humor cuando llega a casa y luego se pone serio?

16. ¿Te ha regalado algo inesperadamente y luego se ha acurrucado en tu regazo para que le hagas mimos como si hubiera hecho algo malo?

17. ¿Le has notado alguna mentira, se contradice en cosas o se equivoca con las horas, los nombres o los días?

18. ¿Ya no le apetece hacer planes juntos o salir de viaje?

19. ¿Te insiste en que hagas planes o viajes, cenas, comidas con tus compañeros de trabajo o amigos de la universidad?

20. ¿Te ha olido alguna vez a una loción diferente al tuyo, le has encontrado algún detalle en la ropa o alguna factura de hotel o restaurante?

21.- Carga con sus cosas de baño sandalias, jabón desodorante, etc.


Moraleja solo recuerda que la comunicación y la confianza, recuerda que no hay que seguir algo que no nos llevara a ningún lugar y no tenemos que vivir soportando algo que ya no nos es grato, solo habla.
   


Historias Como quiero ser



Cuando era un niño siempre sabía que había algo que no entendía, porque esas preferencias, nunca lograba entender esa situación, como fue evolucionando todo se volvió más complicado al entrar al desarrollo la etapa de la adolescencia los cambios a los cuales poco a poco se van dando en medio de una sociedad compleja y moralista y mucho peor librar en la escuela con los perjuicios, burlas incluyendo el bullyin que se acabado cuando le puse en la madre a un compañero que fastidiaba.

La vida, todo fue poco a poco más claro pero no así el de confundir una amistad con a la atracción de algún amigo, y los amores platónicos y difíciles de poder expresar y de comentar para no quemarse con algún compañero o profesor, así llego la vocacional con sus facetas únicas y poco a poco la pregunta que voy hacer, que pasara con esta preferencia que siento y lo difícil que no puedo externar.

Llego la etapa de la universidad donde tenía mi amor platónico el cual fue lo más complicado de simular por las calma que tuviera, al final mi mejor amigo ya no volví y que creo que se dio cuenta pero no me dijo nada solo se alejó, en esta etapa es donde te preguntas porque camino llegara a donde realmente seamos como nosotros queremos.

Siendo así los medios en los cuales estaban disponibles eran escasos, no había internet, ni celulares, ni redes sociales, solo tv publica nefasta y medios impresos que nunca decían nada por ser temas tabú.

Solo por allá en los finales de los 80´s algún medio impreso las primeras revistas, después de salir de closet a empezar a conocer lo primero que somos y como queremos ser pero lo más importante es ser como uno quiere ser y sobre todo mientras uno sea feliz con lo que tenemos y con los que no tenemos eso es lo importante aquí estamos echándole ganas a la vida que siempre tendrá cosas buenas y malas pero los cuales nos harán más fuertes pare enfrentar día y aquí haciendo amigos.

Y hoy después de unos años en la he experimentado muchas cosa incluyendo la relación en pareja siempre habrá algo que aprender y sobre todo que seamos como queramos ser no importa la forma.




lunes, 19 de octubre de 2015

Historias Una Noche más y el camino igual

https://youtu.be/I5exsScaHWo


Son las 5.00 am amanece en la ciudad, hace frio caminado por la calle, empiezan a salir como fantasmas poco a poco la gente, algunos a trabajar otros iniciar sus labores, sopla el frío y me cruzo los brazos para tener menos, mis ojos rojos como vampiro no pueden ocultar que no he dormido mis oídos todavía con el zumbido de sonido hasta escucho por momentos la última... canción o la que está de moda, estoy cansado y con sueño, pero con el corazón vació.

Hace unas horas salía de casa con la ilusión de conocer a alguien, como cada fin de semana se prepara un ritual para ir al antro, disco o bar, preparas la mejor ropa, la mejor loción, hasta mejor bóxer o trusa por si acaso, estamos espejo por momentos lo gay se hace presente sin darnos cuenta, pero la cuestión es sentirse bien este medio es como un aparador entre mejor te vez la gente te hace caso y ya que todo está bien nos vamos al antro.

Llegamos al antro esta vació damos una mirada en general a ver como está el panorama, quizá algo interesante quizá no, y bueno poco a poco se va llenando el lugar y vemos con atención quién llega será la persona que buscamos nos hacemos muchas ideas en la cabeza, veo cómo llegar alguna pareja a veces si da envidia nos peguntamos como le hace en muchas son parejas disparejas uno de los dos bastante bien y otro feo, o uno mamado y otro gordo, etc. pero no nos damos cuenta que a veces lo más importante de una relación es que se lleven bien y estén a gusto con que tienen, vemos que entra el osito, la vestida en fin muchas caras, y pensamos quién será.

A veces con tal de ver como está la situación vamos al baño y hasta cambiamos de rutas para lograr algo por lo menos quién está en evento, pero pasa el tiempo y no logramos nada, a veces damos tantas vueltas a la pista que poco falta para que acabe uno mareado, pero no pasa nada, por allá alguien nos sonrió pero volvemos a pasar y ya se está besando con la jotita que fue más abusada que yo.

Así fue pasando el tiempo ya casi está por terminar la fiesta y vemos como empiezan las compras de pánico todos buscan encontrar algo aunque no haya nada y bueno creo no fue mi día de suerte ni platica logre así me salí de antro de camino a casa.

bueno la esperanza es que viene el fin de semana y habrá una noche más quizá corra con mejor suerte.


Historias La persecución de los perversos en México de la Colonia




Para el México colonial, regido por la moral de la Iglesia católica, las mujeres eran débiles e ignorantes, pero también peligrosas pecadoras. Así, si un hombre se atrevía a sostener relaciones sexuales con otro, adquiría cierto tenor femenino que lo degradaba. A pesar de que el destino de muchos homosexuales de la época era la hoguera, las redes clandestinas de contactos entre hombres estaban tejidas de forma sólida. El castigo no era igual para todos los participantes; según su rol, unos eran más culpables que los otros.

Desde el siglo XVI, y hasta bien entrado el XIX, la justicia consideró delitos las prácticas sexuales fuera de los estrechos márgenes de la moral católica. El adulterio y la prostitución eran lo menos grave en un universo represivo aterrado por el delito: la sodomía, según la ley medieval, “ofende a Dios” e “infama a la tierra”. El castigo recomendado para los que la practicaran fue, primero, la lapidación bíblica, después, la siempre purificadora hoguera.

La tarde del 15 de agosto de 1604, en pleno festejo de la Asunción de la Virgen María,  Simpliciano Cuyne y Pedro Quini fueron sorprendidos teniendo sexo dentro de un temazcal. Fue en pleno Valladolid, la capital de la provincia de Michoacán. Un chamaco de catorce años los vio y corrió a avisarle al cura que encontró a los dos indígenas purépechas “el uno encima del otro desatacados los calzones como si fueran hombre y mujer.”

Cuyne y Quini trataron, sin éxito, de huir. Cuyne, de 20 años, se refugió algunos días en la parroquia de San Agustín, donde había sido sacristán; las autoridades civiles lo sacaron por la fuerza. Quini, de unos 25, fue de inmediato arrestado, todavía medio borracho.

En su declaración, Simpliciano —vecino del barrio de San Agustín, casado y con hijos— contó que estuvo charlando y bebiendo pulque con unos amigos cuando un desconocido (Pedro Quini) se les acercó para tratar de venderles unas telas. Cuando tomó camino de regreso a casa, el vendedor lo siguió y le rogó tanto que se detuviera y que bebiera con él, que por fin accedió. Simpliciano “se fue al dicho temascal y entro primero y se echo al suelo para dormir y luego el dicho yndio [Pedro Quini] se llego a este testigo y le comenzó a abrasar y a besar y le metió la mano en la bragueta”. Le dijo luego que tenía “mucho deseo” y que si se “lo hacía”, le daría la tela como retribución.

Simpliciano se negó, pero Pedro le desamarró el calzón de manta y luego el propio. Ya no se pudo negar y “como si estuviera con una mujer cumplió con él y tubo copula carnal”. En su defensa alegó que era la única vez que había cometido actos de sodomía y que nunca aceptó la tela ofrecida como remuneración; hacerlo habría sumado a la falta el delito de prostitución.

Por su parte, Pedro Quini —también casado y vecino de Tzintzuntzan— negó al principio los hechos, alegando que estaba muy borracho para recordar, pero luego aceptó los cargos y, arrepentido, confesó que era puto y había cometido actos carnales con varios hombres de la región —también llamados putos en las actas procesales. Trece varones homosexuales fueron implicados por Quini. Uno de ellos, Francisco Conduyi, también originario de Tzintzuntzan, tenía relaciones sexuales con hombres en su casa en forma cotidiana y vivía con otro indígena, Ticata, que “le servía como si fuese su mujer”.

Condiyi y Ticata tuvieron la fortuna de escapar, pero cuatro de los implicados fueron capturados y obligados a confesar, algunos bajo tortura. A todos, salvo a Simpliciano Cuyne, les confiscaron sus bienes y para septiembre de 1604 ya habían sido sentenciados a morir a palos antes de ser quemados en la hoguera.

El caso de Simpliciano fue especial: fue absuelto por la intermediación del párroco del pueblo de San Agustín. El favor del cura y su propia juventud le hicieron el milagro; a finales del siglo XVI la Inquisición, preocupada por el gran número de jóvenes procesados por sodomía, amplió a 25 años la edad para ser juzgado por ese delito. Quizá Cuyne también atenuó su responsabilidad por ser la parte activa en el coito. Su pecado fue no resistir la tentación de la carne —los besos y toqueteos de Quini—, nunca tener deseos “desviados”.

Procesos como este muestran la existencia de redes de varones homosexuales y de códigos de comunicación y de seducción, una pequeña comunidad subterránea de putos —para no incurrir en el anacronismo de un supuesto gay pride colonial— que compartían deseos y erotismo, y sobre todo que sabían donde encontrar y practicar sexo con otros varones.

El pecado del afeminamiento

Medio siglo después, en la ciudad de México, fue arrasada otra red de varones homosexuales. En el centro de la comunidad estaba Juan Galindo de La Vega, un “mulato afeminado”, que se hacía llamar Cotita de la Encarnación. Era 1657 y su delito no sólo fue practicar actos de sodomía, sino exhibirse con la cintura ajustada, pañuelos en la cabeza y listones en las mangas de su blusa, además de sentarse “como una mujer”, y hacer tortillas, lavar y cocinar.

A Cotita solían visitarlo en su casa hombres jóvenes, a quienes llamaba “mi alma”, “mi vida” o “mi corazón”. Una mañana fue sorprendido a la sombra de un sauzal con un amante por una piadosa lavandera que lo denunció a la autoridad. Luego de varios días de búsqueda fue sacado de su domicilio junto con otros cuatro varones.

La tortura los hizo confesar e involucrar a 123 hombres. Diecinueve fueron aprehendidos y sometidos a proceso. En 1658 Cotita y otros trece homosexuales fueron quemados en la hoguera. Un condenado más, un amante de Cotita de 15 años, se salvó de morir: recibió 200 azotes y fue vendido como esclavo por los siguientes seis años.

Otro de los procesados fue Juan Correa, un mestizo de setenta años que gustaba de organizar fiestas con amigos y muchachos en su casa. Correa tenía sobrenombre femenino, La Estampa, y solía ponerse “su capa bajada u llevada alrededor de la cintura, [la cual] revoloteaba de uno a otro lado mientras bailaba con los demás”. Como Correa, por lo menos ocho de los ejecutados solían vestir con ropas de mujer.

En el centro de las persecuciones y de la violencia extrema contra los homosexuales estaba la profunda misoginia de la sociedad colonial. En los documentos judiciales se asocia lo femenino con la debilidad, la ignorancia y el pecado. Para la ideología colonial, las mujeres carecían de razón, por eso las subordinaban a los padres o esposos. Asimismo, eran vistas como fuente de infección; el rudimentario conocimiento médico les atribuía los contagios de las infecciones de transmisión sexual.

El afeminamiento en un varón era, por tanto, una renuncia a la razón, la negación de su propia condición humana. Si el contacto sexual entre varones era pecaminoso, ostentarlo era imperdonable.

A las mujeres se les podía controlar, reducir al espacio doméstico, vigilarlas para evitar que dieran rienda suelta a su propensión pecadora, pero los varones “que servían de mujer” eran muy peligrosos, por cuanto vivían en libertad y solían pasar desapercibidos. Por eso eran incomunicados en las cárceles mientras estaban en procesos judiciales, para evitar que “contagiaran” al resto de los presos. Por eso eran condenados a muerte.
                  


Los privilegios de la fe

Por supuesto, los archivos han conservado una visión muy parcial del homoerotismo durante la época. Indios, mestizos, mulatos y otras castas dominan ese universo erótico, mientras que los peninsulares y los miembros de la élite, como el clero, apenas son mencionados.

A ese respecto, el virrey don Francisco Fernández de la Cueva manifestó su alivio de que ningún hombre de bien fuera involucrado en el proceso de Cotita. En carta enviada a la corte española se ufanó: “No está en la causa hombre ninguno no sólo de calidad, ni de capa negra, todos mestizos, indios, mulatos, negros y toda la inmundicia de este reino”. Si bien Cotita y el resto de los ejecutados mencionaron a 26 españoles, ninguno fue capturado, y eso, para la doble moral, es lo que cuenta.

Otro proceso, también en ese 1658 en la capital de la Nueva España, fue el iniciado en contra del jesuita Matheo de Urroz, quien cometió el pecado nefando con un mestizo humilde de 19 años llamado Gerónimo. La atribulada madre acompañó al joven arrepentido a denunciar a su confesor —quien le dio tablillas de chocolate y un real para que guardara el secreto— ante la autoridad civil.

El caso se archivó sin sentencia, al menos pública, pero con un vago rumor sobre el traslado del religioso a Guatemala. Los varones de capa negra ciertamente gozaban de privilegios y difícilmente terminaban en el fuego purificador.

El legado de esa época negra todavía se deja sentir, desde los púlpitos y otros espacios de poder religioso. Al fuego de la hoguera le sucedió un discurso incendiario, que señala las conductas “anormales” al tiempo que cobija bajo sus sotanas a los “pecadores” dentro de sus filas. Pese a todo, fuera de los abismos de sus condenas, el deseo encuentra cauces para hacerse visible, expresarse en todas sus formas e incluso para —horror— reivindicar derechos. Uno de los saldos positivos de la modernidad, que no es otra cosa que la realidad, y la naturalidad del deseo sexual, imponiéndose finalmente a la idea de lo divino.

Fuentes:

— Zeb Tortorici “‘Heran Todos Putos’: Sodomitical Subcultures and Disordered Desire in Early Colonial Mexico”, en Ethnohistory, número 54:1 (invierno de 2007).
— Laura Lewis, “From Sodomy to Superstition: The Active Pathic and Bodily Transgressions in New Spain”, en Ethnohistory, número 54:1 (invierno de 2007).
— Luis Morales González, “Sodomía en la Nueva España: El proceso de 1657-1658.