Aquel sábado me había quedado
de ver con Lalo un amigo de la alberca tenía realmente poco de haberlo conocido
me había movido algo pero no estaba seguro pero siempre pensando si no arriesga
uno no sabré hasta donde podemos llegar quizá funcione algo quizá no.
Llegue un poco antes de hora
marcada en esa época del año en Julio la amenaza de lluvia era mucha por lo que
en aquella esquina donde había quedado no brindaba una seguridad ante la lluvia
que empezaba a caer.
Ya era la hora y no llegaba en
su camioneta blanca con la que lo había conocido mirando a lo lejos los autos
para adivinar si llegaba pero no, a veces la lluvia me hacía ilusionarme y
estaba mojado pensado que no tardaría en llegar, aquella lluvia se convirtió en
aguacero con viento y mi ropa se empezó a mojar, por más que me cubría no lo
lograba.
Ya pasaban 30 minutos de la
hora fijada, pensando quizá la lluvia lo atraso por lo que ya mojado a esperar
lo único bueno la lluvia acabo, hasta mire por momento como salía vapor de mi
ropa por lo mojado y mirando el reloj que no llegaba.
Pensado solo esperare unos
minutos que se convirtieron en otra media hora pero no llegaba, se detuvo un
taxi en la esquina pensé el ya llego pero no era así bajo una señora y de Lalo
ni sus luces mirando el reloj ya era pasada más de una hora y no llegaba.
Mirando mi reloj avance otros
15 minutos hasta me había acostumbrado al frio de la ropa mojada pero no
llegaba y creo no llegara, por algo tan simple a veces se vuelve complicado una
simple llamada lo hubiera solucionado todo pretextos había muchos pero esa
noche me había dejado plantado solo mirando mi reloj cuantas cosas me hubiera
evitado si me hubiera dicho no voy a ir pero he dado cuenta que a veces el corazón nos traiciona.
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