En México existe la tradición de cada 6 de Enero, los Reyes Magos te traen
juguetes y regalos a los niños, los colocan en sus zapatos, donde una noche
previa colocas tu carta encima de tu zapato, en algunos lugares es en Navidad
pero versión Santa Claus.
Cuando niño no hay mayor ilusión el de los juguetes, recuerdo aquella
adrenalina un día antes para poner la carta en los zapatos, mis hermanas
mayores me ayudaban a redactar la carta, por siempre por más que ponía la
lista interminable de juguetes nunca se cumpla, todavía recuerdo que cuando
tenía 5 años me levante temprano y me monte en primer carro que observe, que
realmente era para mi hermano menor el que siempre tenía más aceptación de mis
padres, no era que me lo comentaran, solo las acciones eran evidentes, a veces
los padres hacen cosas que según ellos no nos percatamos porque somos
menores de edad, pero se quedan grabadas por resto de nuestras vidas en
nosotros.
Pero recuerdo que cuando tenía 6 o 7 años no recuerdo, en aquellos días siendo
una familia de 8 hermanos, la economía sola dependía de mis padres, pero sobre
todo de la buena administración de Mama que nos lograron sacar adelante
con mucho sacrificio, en aquellos años creo no sé si en Abril o mayo, quería
unos zapatos nuevos pero no lo comentaba a mis padres, quizá por pena o porque
desde aquellos días ya era consciente de la realidad, se ocurrió una idea,
según yo se los pediría a los Reyes Magos la verdad era una ilusión así puse
una carta en mis viejos zapatos y la coloque debajo de la cama, esperando el
día siguiente esa magia, esa noche hasta me dormir rápido.
La mañana siguiente ya para irnos a la escuela, me desperté tan pronto
que lo primero que hice fue mirar debajo de cama para ver si había algo lo
único que comprobé fue estaba mis viejos zapatos y aquella carta sin que
hubiera ocurrido nada, desde ahí pude comprobar que realmente solo había sido
una ilusión, hasta hace un rato he platicado esto porque no había tenido
oportunidad para hacerlo.
A mí me dejaron de traer a los 7 años los reyes, por una travesura donde
respondí a mi Padre que comento comportara bien si no, No te van a traer
nada los Reyes, le comente Que no existían y fue esa frase que me quito
de una vez por todas esa magia porque mis padres ya no me regalaron nada solo a
mis hermanos menores, ese año a mi hermano si le llevaron su bicicleta.
Así fueron esa ilusión en estos días, y bueno ahora reflexionando que las
mejores cosas de la vida son cuando creemos en algo, y siempre luchar por eso
que queremos quizá con trabajo lo logremos obtener.
Ya
casi por llegar la navidad , recuerdo las posadas en sus diferentes
maneras invaden el ambiente desde los primeros días de Diciembre, a la memoria
remonto aquellos años en la casa con mis hermanos una ocasión asistimos a la
posada de la parroquia la verdadera razón era para que nos dieran los
aguinaldos (Bolsas con dulces y frutas ), aquella ocasión yo contaba con
8 años mi hermano un año menos, pero había mucha gente, era tal
cantidad de niños que las puertas de la iglesia se cerraron para no permitir la
entrada de más personas, entre tanto calor y gente el rezo se hizo como una
penitencia ya por cargar los peregrinos se hizo en el interior de la misma para
que ya no entrarán más niños, nos repartieron velas para cantar la
tradicional posada pero tal cantidad de gente y entre tantas velas
prendidas empezó a oler a pollo quemado, rápidamente nos fijamos y era mi
hermano que le había quemado el cabello con las velas , ya por terminar
aquel rosario, la persona que rezaba aparte de que cantaba tan mal nos
avisó por micrófono que por ese día como no habíamos rezado bien no había
aguinaldos, aunque la realidad es que nadie ese día se había querido hacer
cargo ese día.
Y
fue aquella vez que jamás me quedaron ganas de ir a las iglesias a las posadas,
sencillamente porque después de aquella traumática experiencia no quedaron
ganas.
Recuerdo
por ahí en una posada en la casa cuando se rompía la piñata una de esa me
taparon el ojo que me quedo el parpado levantado así con ojo medio abierto no
pude romper la piñata, y una posada que hice llene la piñata con harina
pero esa posada me demostró que esos días no conviene hacer fiestas porque
muchos tienen fiestas en sus casas, en el trabajo , en esa posada solo 15
personas había finalmente a una amiga le toco la de haría ni modo le cayó la
harina y creo desde ese día ya no nos hablamos.
Cuantas
cosas podemos recordar en el baúl de los recuerdos.
Se
puede percibir en el ambiente el olor a
la ensalada de nochebuena, con su color el color de la remolacha o betabel, l
cacahuate, jícama, el juego de naranja y
la caña de mi mente parte aquellos platos de barro en cual mi abuela materna
nos servía en aquella casona ahora perdida.
Las viejas costumbres dicen
que para tener un año próspero sigas estos ritos cuando el reloj marque las 12
de la noche
Con la llegada del año nuevo, también llegan nuestros deseos de tener mejores
días, y las tradiciones mantienen vivas nuestras esperanzas, así que ésta es tu
oportunidad de hacer “recetas mágicas” para tener un mejor año.
Abrazo y beso: Representa el amor y la compañía de la pareja. Abraza y besa a
tu pareja para asegurarte que el año estará lleno de romance.
Agua: Simboliza expulsar de tu vida las lágrimas, las penas y la negatividad.
Tira un vaso de agua desde la casa hacia la calle.
Calzones amarillos: Significa atraer la alegría y el dinero. Ponte unos para
que en el año nuevo no falte la felicidad y la riqueza.
Calzones rojos o listón rojo: Equivale a atraer el amor y la pasión. Ponte unos
calzones rojos o un listón rojo amarrado a la cintura bajo la ropa, para que el
año nuevo esté lleno de amor y deseo.
Cambio de prenda: Corresponde a fortalecer la relación con tu pareja. Si tienen
algunos problemas, intercambien una prenda que traigan puesta, así sus destinos
estarán completamente ligados en el año.
Dinero: Se refiere la prosperidad económica. Recibe el año con una moneda en el
zapato o de preferencia un billete en un bolsillo.
Escoba: Simboliza expulsar de tu casa las malas vibras, las penas y la
negatividad. Barre con una escoba desde la puerta de la casa hacia la calle.
Foto con listón: Si quieres que cierta persona te dé su amor, amarra con un
listón rojo una foto suya y duerme esa noche con ella bajo tu almohada.
Lentejas: Tiene que ver con la abundancia, la prosperidad y la economía en todo
el año. Cómete una cucharadita de lentejas cuando den las 12.
Limpieza de la casa: Representa eliminar las malas energías y atraer cosas
mejores en tu vida. El día 31 haz limpieza en toda la casa, deshazte de lo que
ya no sirve y recibe el año con un hogar totalmente limpio.
Lista de deseos: Para que todos tus sueños se hagan realidad, haz una lista de
anhelos y soluciones a tus problemas, dobla el papel y ábrelo a las 12 de la
noche.
Luces prendidas: Se relaciona con que tu hogar irradie prosperidad y éxito todo
el año. Recibe el año con todas las luces de la casa encendidas.
Maleta: Simboliza viajar en el año que llega. Sal de la casa llevando una
maleta, o si tus ganas de viajar son muchas, dale una vuelta a la manzana. Si
quieres viajar con tu amor, den la vuelta a la manzana juntos.
Mesa decorada: Poner tu mejor mantel, vajilla y copas corresponde a la
prosperidad. Tener algo dorado en la mesa es para que no falte el dinero. Las
velas color rojo equivalen a que no falte el amor en la familia.
Monedas doradas: Si quieres que no te falte dinero el año entrante, pon en un
monedero rojo 13 monedas doradas y tenlo contigo durante toda la cena.
Monedas: Se refiere a la buena fortuna y prosperidad. Guarda 12 monedas la
misma denominación y durante la llegada del año nuevo aviéntalas al cielo.
Papel quemado: Si quieres borrar las cosas negativas del pasado, escríbelas en
un papel y quémalo para que no se repitan en el nuevo año.
Ropa blanca: Se relaciona con alejar las enfermedades y atraer la buena salud.
Vístete toda de blanco para recibir el año nuevo.
Ropa nueva: Implica que en todo el año no te faltará ropa nueva. Procura
estrenar alguna prenda para recibir el año.
Descripción de los elementos que deben de llevar
una ofrenda de muertos.
El AGUA. Considerada como fuente de vida, se ofrece a las ánimas para que
mitiguen su sed después de un largo camino y como fortalecimiento para su
regreso al más allá.
LA SAL. Elemento de purificación, sirve también para que el cuerpo no se
corrompa.
INVITACION AL BANQUETE. Elemento de sabiduría.
EL CIRIO.
La flama que produce significa luz, fe y esperanza. Llamarada de triunfo,
porque el alma pasa de esta vida a la otra, a la inmortalidad, a lo
desconocido.
COPAL o INCIENSO.
Ofrenda a los dioses. Elemento que sublima y transmite a la oración o
alabanza, uniendo al que ofrece y a quién recibe. Perfume de reverencia
soberana, para alejar a los malos espíritus.
LAS FLORES.
Las blancas (alhelí y nube) significan pureza y ternura. Las amarillas,
cempoaljochitl, significan riqueza, flor de oro. Se cree que antiguamente era
usada como medicamento, para curar, conservar la vida y alejar la muerte.
EL PETATE. Es un objeto de ofrenda para el descanso, para merecer el banquete.
JUGUETES.
Perro izcuintle para las ánimas infantiles son elemento de juego. Por otro
lado, el perro izcuintle ayudaba a las ánimas a cruzar el caudaloso río
Chiconahuapan, último para llegar al Mictlán (lugar de los muertos).
EL GOLLETE y LAS CAÑAS.
Este pan en forma de rueda se coloca en ofrenda, sostenido por un trozo de
caña. Se podrán relacionarse estos elementos en el zompantli; los golletes
podrían significar los cráneos de los sacrificados y las cañas las varas con
que se ensartaban.
Existen algunos otros alimentos que al paso del tiempo, al igual que los antes
mencionados se han convertido en parte medular de las ofrendas de muertos como
lo son:
EL PAN.
Es precisamente uno de los alimentos más importantes en la ofrenda. Aunque no
es de origen mexicano puesto que el cultivo del trigo y el establecimiento de
las panaderías en América tienen su origen durante la Colonia, lo cierto es que
en México al pan se le dio una característica propiamente nacional. Una
decoración que se puede apreciar durante los primeros días de noviembre, es un
pan con una muy especial peculiaridad, y que consiste en adornar su superficie
con pequeñas tiras de la misma pasta, las cuales guardan gran semejanza con los
huesos que comúnmente son llamados "Canillas", y sobre estos se
colocan una gran "Lágrima", que simboliza el cráneo humano.
Es importante señalar que durante la época prehispánica, las
"Canillas" cruzadas con el cráneo encima, se referían a la forma en
que se expresaban o representaban la muerte o al "Dios de la Muerte"
llamado Mictlantecuhtli. Durante la Colonia, una vez que se instituyó la
celebración de "Todos los Santos", y el día de "Los Fieles
Difuntos", tradiciones provenientes de Europa, algunos elementos del culto
a la muerte en ambas culturas se unieron, y originaron una tradición única.
En algunas ocasiones la tradicional "Torta de Muertos" es sustituida
por rosquillas o esos panes que tienen forma de cuerpo humano: tanto estos
panes, como las rosquillas se decoran con azúcar teñida de color rojo, que
simboliza la sangre, y al mismo tiempo nos recuerda la forma en que las
ofrendas precolombinas se espolvoreaban con "Cinabrio", un polvo rojo
que tenía la función de representar la sangre, de la cual se intentaba proveer
al alma del muerto para que pudiera tener otra vida, ya que se tenía la idea de
que el cuerpo moría, pero que el alma continuaba existiendo en otro lugar.
LA CALABAZA.
Tanto en la cocina indígena prehispánica como en la mexicana actual, ocupa un
lugar de privilegio. Junto con el maíz, frijol y chile y ha formado parte de la
tetralogía alimenticia del país. De este alimento se aprovecha todo: tallos,
guías, flores, frutos y semillas; su uso es muy extenso, y con ella se elaboran
muchos de los platillos típicos mexicanos.
En el altar de muertos, la calabaza aparece además a manera de dulce en otras
formas: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar, o con
otros ingredientes según el gusto de la cocinera. El dulce cristalizado se le
llama "Calabazate". De la calabaza se prepara la muy tradicional
calabaza en "Tacha", que como se mencionó se prepara durante los días
dedicados a los muertos.
La preparación de la calabaza en "Tacha", consiste en introducir
dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se
fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas
de los ingenios se hacía la concentración del "Guarano" o jugo de
caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (mancuerna); una de
las calderas era la "Malera", y la otra la "Tacha". En la
actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente
llamada también "Tacha".
EL MOLE.
Su origen se remonta a la época prehispánica. Figuraba como uno de los
platillos más importantes destinados al consumo de aquellos seres más
importantes de la sociedad como gobernantes, sacerdotes y guerreros.
La palabra MOLE, se deriva del náhuatl MOLLI, utilizada para referirse a
cualquier salsa con chile.
Con el tiempo el platillo original fue enriquecido con especies, ingredientes
traídos de Europa. Actualmente este guiso se elabora con más de 40
ingredientes; hay de todos colores y sabores: mole rojo, mole negro (este es
típico de Oaxaca), mole verde, mole amarillo, mole de olla, pipián, mancha
manteles. La elaboración del mole variará según la región y según la cocinera.
Una especie de mole que se usa mucho en el centro de la república lleva el
nombre de "Asado" o "Asado de Boda" casi siempre acompañado
con carne de puerco.
Es tradicional que en las ofrendas de los muertos, el mole aparezca servido con
arroz y pollo o guajolote.
TAMALES.
Al igual que el mole, fue uno más de esos platillos originarios de México
antiguo. La palabra proviene del náhuatl TAMALLI con la que se designaba al
"Pan" elaborado con maíz. Existen muchas maneras de hacerlos: con
anís, rellenos de arroz con leche, mole, chile verde, rajas, con carnes de
aves, pescado o puerco, y en algunos lugares se hacen con capulines. En
Xochimilco a un tamal pequeño lo rellenan con frijoles y se sirve para
acompañar al mole. Cada uno de los estados de la república tiene su propia
receta para elaborar los tamales. En Zacatecas, los tamales son de chile rojo,
rellenos con carne de puerco; son delgados y cubiertos con hojas de maíz en
varias capas. Un tamal muy famoso por las costas del golfo es el zacahuil. En
realidad sería difícil enumerar las tantas formas de elaborar tamales.
EL CHOCOLATE. Bebida originaria de México, no puede faltar en los altares de
los muertos como ofrenda a niños o adultos. La palabra se deriva del náhuatl
XOCOLATL, formada por los vocablos ATL (agua) y COCOTL (CHOCO), que se refiere
al ruido que las semillas de cacao hacen cuando el agua comienza a hervir y en
la merienda en que se remueve.
Antes de la llegada de los españoles, el cacao se utilizaba para elaborar una
bebida con agua que tenía un sabor agrio. Se empleaba además como moneda para
llevar acabo el intercambio (trueque) comercial y para el pago del tributo, por
lo que se le tenía en gran estima. Se dice que Moctezuma se tomaba entre el día
40 tazas de esta bebida como afrodisiaco. Durante la Colonia, el cacao se
comenzó a preparar con leche y endulzarse con azúcar. Con ello paso a
convertirse en una de las bebidas más solicitadas no sólo en la Nueva España,
sino incluso en Europa, ya que era considerada "Bebida de Reyes".
Estos son sólo algunos alimentos de origen mexicano que aparecen en las
tradicionales ofrendas de muertos, pero además hoy en día son de los que
cuentan con mayor demanda popular.
CERÁMICA Y VIDRIO.
La cerámica y el vidrio no podían faltar en las ofrendas del día de muertos. A
lo largo de la historia su presencia se ha encontrado en la importancia con los
alimentos; es por ello que el gusto por decorar los altares, es algo que el
pueblo vive con gran emoción; muchos objetos han sido creados para utilizarlos únicamente
en esta época del año, de tal manera que podemos ver las tradicionales jarras
panzonas destinadas al pulque, las ollas para el chocolate, las cazuelas para
el mole, los platos para los dulces, los incensarios y candeleros destinados a
sostener los cirios, velas o ceras.
El barro ha sido el material que más ha utilizado el hombre para satisfacer sus
necesidades casi desde el inicio de los tiempos. Del barro existen una gran
variedad de formas y usos en donde además se plasma la expresión cultural de
artistas anónimos, los artistas del pueblo.
Muchas ofrendas, en especial las de Dolores Olmedo han sido enriquecidas con
cerámica de distintos lugares, como la verde de Michoacán, cuya forma y
decoración ha variado poco desde la colonia. Aquí predominan los jarros y ollas
de diferentes tamaños con cuerpo globular o de calabaza; cajetes, tinajas,
cántaros y gran variedad de objetos.
En fin la creatividad mexicana, el arte y el ingenio no paran ahí, ya que han
servido de fuente de inspiración para la composición de canciones, crónicas, y
libros.
Existen poemas de autores anónimos, también existen una gran cantidad de
refranes pareados, versos al amigo o al compañero de trabajo. Al político,
etc., y anónimos populares, como los siguientes:
Imagen del difunto
Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la
parte más alta y destacada del altar. Según la religión o idiosincrasia,
también se colocan los retratos de espalda y frente a ellos un espejo, para que
así el difunto sólo pueda ver el reflejo de su deudo y el deudo vea el reflejo
de su difunto, simbolizando la pertenecía de ambos.
Agentes aromáticos
En su forma más tradicional se incluyen diversos elementos aromáticos que
simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de
olor.
Diversas versiones del altar incluyen la infusión de hierbas de olor como el
laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una
olla tapada por una penca de nopal con agujeros en ella. La infusión de estas
hierbas producirá un olor atractivo que guiará a las almas a la tierra.
La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de
altares de muertos. Tiene diferentes significados en las diversas regiones y
culturas de América, solía ser utilizado en rituales de atracción de la lluvia
y ceremonias de purificación, de ahí su utilización en el día de muertos.
El incienso es un elemento menos frecuente en los altares por ser de
origen oriental, aunque tiene el propósito de guiar o atraer a los muertos al
igual que las infusiones de hierbas.
Arco
Se coloca arriba del último piso un arco hecho de [carrizo], [palmilla] o
flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos. Además también
se le cuelgan en él algunos dulces o fruta que más les parezca.
Papel picado
Los aztecas utilizaban el papel en esta celebración para representar el viento
debido a su maleabilidad, aunque lo que utilizaban originalmente era papel
amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles que no requiere del
proceso convencional del papel inventado en Asia. En ellos se pintaban
diferentes deidades y se hacían atuendos, debido a su versatilidad podía ser
teñido de diferentes colores disponibles para la época. Con la influencia
española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.
El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel
representan la dualidad entre la vida y la muerte. El papel picado comercial
regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas
de José Guadalupe Posada.
Representación del fuego
Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y
cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su
versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que
representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al
mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los
cuatro puntos cardinales.
Representación del agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la
sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un
vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed. Además se
colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban
sagrados, eran una puerta al inframundo. En muchas representaciones de altares
suele colocarse una vasija con agua, simbolizando un cenote y la entrada al
inframundo.
Representación de la tierra
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos,
especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas
como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo, en la actualidad se
utiliza aserrín pintado de diferentes colores. En una idea moderna, la
representación de la tierra se relaciona con el principio de la ideología
cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás".
Flores
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil,
la nube y el amaranto o moco de pavo son las especies más utilizadas para el
adorno de un altar.
"La Catrina" Las Calaveras
Las calaveras son golosinas que representan alusiones a la muerte. Son
coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones
en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la
muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona
viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el
tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un
palo.
Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que
constantemente alude a la muerte, dedicado a personajes vivos.13
La imagen de la Catrina o calavera garbancera creada por José Guadalupe Posada
no se relaciona con el día de muertos, esta caricatura es una representación de
la dandizette de la época porfiriana, que siendo de origen indígena, pretendía
ser europea.
Comida
La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la
dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla y la cocina
nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc., presente en muchos altares. Se
deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza, el tejocote y
jícama naranja, y por supuesto alimentos hechos de maíz.
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los
muertos. El pan de muerto tiene un par de tiras sobre la corteza que
representan un par de huesos. El pan de muerto desciende del pan de maíz hecho
por las civilizaciones del México antiguo.
Bebidas alcohólicas
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque
servidos en recipientes de barro, utilizados para mantener el tradicionalismo.
Puede incluirse cualquier otra bebida que le haya gustado al difunto.
Objetos personales
En el altar se colocan diferentes objetos personales que hayan gustado al
difunto o que de alguna forma se relacionen con su vida, como objetos que
utilizó en su trabajo u oficio. Si el altar se dedica a una persona menor, se
suelen colocar juguetes y dulces.
Adornos
Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano
y se han agregado al altar de muertos. Figuras con cuadros de entierros,
velorios o cementerios, o representando escenas de la vida cotidiana con
esqueletos como personajes realizados en figuras de alfeñique, cartonería,
madera, barro o yeso, son típicos de la fecha, así mismo como hermosos arreglos
frutales o florales.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de
color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado
representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda
representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.
Entre los mexicanos la muerte tiene un sentido singular: sus profundas
tradiciones en el pasado indígena; parece un escenario donde se mueven y
deslizan figuras del recuerdo, objetivos de ofrendas de la más diversa índole:
Dulces, pan, flores, alimentos y costumbristas. La tradición, de alguna manera
es permanente, pero aparece con mayor vigor, como un sentimiento espontáneo,
los días 1 y 2 de noviembre cada año.
Los campos donde están los restos de los difuntos, se iluminan con la presencia
de innumerables personas que llevan entre sus manos las multicolores ofrendas.;
en la no puede faltar, los platillos más comunes y que difícilmente
faltan son: El mole, chocolate, tamales, calabazas en tacha, pan de muerto y
calaveras de dulce de diferentes tamaños que generalmente llevan el nombre del
difunto y de sus familiares, vivos o también difuntos, los bizcochos en forma
de rosca, coloreados por grageas en rosa mexicano y otros colores.
Se escoge un lugar de la casa donde se improvisa un altar con imágenes
religiosas, se cubren los espejos, se coloca la fotografía del difunto, todo
sobre un mantel blanco al cual se le deshoja cempasúchil, colocando después los
alimentos así como los cirios o las lámparas de aceite que arderán toda la
noche. El incensario de barro ocupa un lugar importante ya que ahí se quema: el
incienso, mirra y estoraque con el fin de limpiarles el ambiente y el camino a
las almas de los fieles difuntos. De los alimentos los difuntos solo tomarán la
esencia; creencia que vale la pena recordar que también fue practicada por los
egipcios.
Para la gran mayoría del pueblo mexicano la celebración pagano-religiosa que
con motivo del día consagrado por el rito católico a los fieles difuntos, se
desenvuelve en medio de una extraña y desconcertante mezcla de ofrendas, ritos,
liturgias, y celebraciones diversas en todos los pueblos, rancherías, y
ciudades de nuestro país. Tiene tal colorido, tal riqueza folklórica y
costumbrista, que puede afirmarse no exista otro pueblo en donde el culto a los
muertos sobreviva con tanto arraigo y con manifestaciones tan definidas como en
México. A propios y extraños asombra la dedicación tanto física como económica
con la que los mexicanos honramos a nuestros muertos. La gran cantidad de
dinero que se invierte y la prolífica imaginación con que las artesanías y los platillos
convierten el festejo; causa dolor y pesadumbre en criterios rígidos que no
logran comprender el alma de nuestro pueblo. Todavía en varias poblaciones de
México y en el mismo Distrito
En México se han elaborado hasta la actualidad infinidad de dulces en formas de
calaveras hechas de azúcar o chocolate, huesos de leche, pepitas o almendra. Se
hacían dulces de alfeñique, se cocinaba y hasta la fecha se acostumbra la
calabaza en dulce.
Las ofrendas son verdaderas obras de arte y tienen sus características propias
de cada lugar. Se decoran con papel calado siendo la flor típica el
cempasúchil. También se decoran con frutas que forman parte de la comida que se
ofrece a los muertos. Además se colocan sombreros, rebozos y otros objetos que
usaron los difuntos, lo mismo que herramientas y demás utensilios de trabajo.
Los Niveles de las ofrendas en día de Muertos (México)
La cantidad de niveles en un altar de muertos varían en algunas regiones. Los
niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente
representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada
uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión
o para la persona a la que se le dedica el altar. Altares de dos niveles: son
una representación de la división del cielo y la tierra en el que se
representan los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la
lluvia.
Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo.
Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado
su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y
el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la
tradición católica.2
Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan
los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o
paz espiritual.3 Según la práctica otomí, los siete escalones representan los
siete pecados capitales.4 Se asocia el número siete con el número de destinos
que , según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.
En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un
proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo
físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado
descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho
niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), cada
uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba
ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, llegando al descanso eterno.
El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.5
Otros altares son realizados según la tradición, donde se establece que el
altar debe de constar de 7 niveles o escalones que representan los 7 niveles
que tiene que pasar el alma de un muerto para poder descansar. Estos altares se
realizan generalmente en lugares donde exista un espacio grande donde pueda
caber todo el altar, el cual debe ser barrido el cuarto con hierbas aromáticas
hacia los cuatro vientos un día antes del día de muertos. Primero se construye
o fabrica el esqueleto del altar ya sea con cajas de cartón, madera o lo que se
encuentre a fin de que queden bien cimentados los 7 niveles, de los cuales el
séptimo debe de estar casi a la altura del suelo y sobre él se pone el segundo
nivel que es un poco más chico que el primero y así sucesivamente hasta llegar
al primer nivel, cada escalón es forrado con tela negra y blanca. Cada escalón
tiene un significado y debe contener ciertos objetos en específico:
Primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción.
Segundo escalón es para las ánimas del purgatorio.
Tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.
Cuarto se pone pan llamado "pan de muerto", este pan es adornado con
azúcar roja que simula la sangre, se recomienda que el pan sea echo por los
parientes del difunto, ya que es una consagración.
Quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto.
Sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar.
Ultimo se pone la cruz de un rosario hecho de tejocote y limas.
Durante la era prehispánica, pasando por la época colonial y hasta nuestros
días, los alimentos han jugado un papel muy importante en las ofrendas de los
muertos. Se podría decir que los alimentos son indispensables en el altar de
las ofrendas; estos suelen ser muy variados y que en nuestros días varían según
los gustos y las regiones de la república, en donde la tradición culinaria de
la región cuenta mucho. Así mismo su variedad radica en las costumbres de quién
las coloca.
No importa si es grande o chica, pobre o rica, ya que la ofrenda de muertos se
prepara y se exhibe para agradar a los difuntos que puntuales llegan a
visitarnos cada año. En ella, que no es sino un altar, se disponen
artísticamente las flores, las velas y veladoras las fotografías, el papel
crepé, las vasijas, los platones, las botellas y sobre todo los alimentos que
habrá de consumir el goloso espíritu visitante. Así, lo más común es que en
altares domésticos se coloquen exquisitos panes, tamales de todos sabores y
colores, atoles espesos y humeantes guisos de diferentes clases, desde los
exquisitos moles hasta los nopalitos preparados de diversas maneras, dulces
sabrosos de calabaza y tejocote.
Generalmente el altar se divide en dos niveles marcados por una mesa y el
suelo, que según la tradición popular representan el cielo y la tierra
respectivamente. Es por ello que en la mesa se localizan las imágenes de los
muertos en culto, y los símbolos de fe, así como los elementos agua y fuego
representados por líquidos como el atole, pulque, agua u otras bebidas, y por
velas, ceras y veladoras. Sobre el suelo se colocan los elementos que
simbolizan el aire y la tierra: incienso y mirra, Sahumerios, semillas y
frutas.
El día 31 de octubre al medio día, se colocan sobre una mesa aquellos objetos
destinados al culto de los niños difuntos: flores blancas, vasos con agua y un
plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto. Se
enciende además el sahumerio con copal e incienso.
Por la tarde se ofrece una merienda a los niños, donde se incluye como pan,
atole, chocolate, tamales de dulce y frutas. Nuevamente se enciende el
sahumerio.
Al día siguiente, el 1° de noviembre, por la mañana, se sirve el desayuno de
los niños, antes de que sus almas regresen al lugar que pertenecen. Entre los
alimentos que se colocan están el pan, atole, chocolate, tamales y frutas. Al
medio día la mesa se adorna con flores amarillas con las que se indica la
llegada de los difuntos adultos; se colocan candelabros negros con velas
grandes, agua y sal; más tarde se ofrendan frutas, pan, conservas y tamales.
El 2 de noviembre al medio día las almas de los difuntos adultos son despedidos
con una comida en donde se pueden encontrar una gran variedad de guisos
mexicanos, entre los que destacan el arroz, mexicano en su preparación,
cocinado de diferentes maneras; mole con pollo o guajolote, pozole, frijoles de
olla, tortillas, frutas como jícamas, tejocotes, cacahuates, dulces entre los
que aparecen las tradicionales calaveritas de azúcar o chocolate, cocadas,
calabazates, limones rellenos, camotes, amaranto, jamoncillos (dulce de leche),
calabaza en tacha, peras e higos cristalizados, tamarindo, arroz de leche y
conservas de tejocote, guayaba o durazno. Igualmente hay aperitivos como
cerveza, el tradicional pulque, tequila o la bebida favorita de aquellos seres
queridos. No podían faltar los cigarrillos para quienes acostumbraban fumar.
Como ya se mencionó con anterioridad, los alimentos suelen ser muy variados de
ofrenda a ofrenda; sin embargo las ofrendas que actualmente se colocan no son
totalmente diferentes a las prehispánicas; en realidad sólo se transformó
sustituyendo sus componentes originales. De acuerdo a la tradición debe
componerse de nueve elementos esenciales los cuales nunca deben o pueden faltar.
El AGUA. Considerada como
fuente de vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de un
largo camino y como fortalecimiento para su regreso al más allá.
LA SAL. Elemento de purificación, sirve también para que el cuerpo no se
corrompa.
INVITACION AL BANQUETE. Elemento de sabiduría.
EL CIRIO.
La flama que produce significa luz, fe y esperanza. Llamarada de triunfo,
porque el alma pasa de esta vida a la otra, a la inmortalidad, a lo
desconocido.
COPAL o INCIENSO.
Ofrenda a los dioses. Elemento que sublima y transmite a la oración o
alabanza, uniendo al que ofrece y a quién recibe. Perfume de reverencia
soberana, para alejar a los malos espíritus.
LAS FLORES.
Las blancas (alhelí y nube) significan pureza y ternura. Las amarillas,
cempoaljochitl, significan riqueza, flor de oro. Se cree que antiguamente era
usada como medicamento, para curar, conservar la vida y alejar la muerte.
EL PETATE. Es un objeto de ofrenda para el descanso, para merecer el banquete.
JUGUETES.
Perro izcuintle para las ánimas infantiles son elemento de juego. Por otro
lado, el perro izcuintle ayudaba a las ánimas a cruzar el caudaloso río
Chiconahuapan, último para llegar al Mictlán (lugar de los muertos).
EL GOLLETE y LAS CAÑAS.
Este pan en forma de rueda se coloca en ofrenda, sostenido por un trozo de
caña. Se podrán relacionarse estos elementos en el zompantli; los golletes
podrían significar los cráneos de los sacrificados y las cañas las varas con
que se ensartaban.
Existen algunos otros alimentos que al paso del tiempo, al igual que los antes
mencionados se han convertido en parte medular de las ofrendas de muertos como
lo son:
EL PAN.
Es precisamente uno de los alimentos más importantes en la ofrenda. Aunque no
es de origen mexicano puesto que el cultivo del trigo y el establecimiento de
las panaderías en América tienen su origen durante la Colonia, lo cierto es que
en México al pan se le dio una característica propiamente nacional. Una
decoración que se puede apreciar durante los primeros días de noviembre, es un
pan con una muy especial peculiaridad, y que consiste en adornar su superficie
con pequeñas tiras de la misma pasta, las cuales guardan gran semejanza con los
huesos que comúnmente son llamados "Canillas", y sobre estos se
colocan una gran "Lágrima", que simboliza el cráneo humano.
Es importante señalar que durante la época prehispánica, las
"Canillas" cruzadas con el cráneo encima, se referían a la forma en
que se expresaban o representaban la muerte o al "Dios de la Muerte"
llamado Mictlantecuhtli. Durante la Colonia, una vez que se instituyó la
celebración de "Todos los Santos", y el día de "Los Fieles
Difuntos", tradiciones provenientes de Europa, algunos elementos del culto
a la muerte en ambas culturas se unieron, y originaron una tradición única.
En algunas ocasiones la tradicional "Torta de Muertos" es sustituida
por rosquillas o esos panes que tienen forma de cuerpo humano: tanto estos panes,
como las rosquillas se decoran con azúcar teñida de color rojo, que simboliza
la sangre, y al mismo tiempo nos recuerda la forma en que las ofrendas
precolombinas se espolvoreaban con "Cinabrio", un polvo rojo que
tenía la función de representar la sangre, de la cual se intentaba proveer al
alma del muerto para que pudiera tener otra vida, ya que se tenía la idea de
que el cuerpo moría, pero que el alma continuaba existiendo en otro lugar.
LA CALABAZA.
Tanto en la cocina indígena prehispánica como en la mexicana actual, ocupa un
lugar de privilegio. Junto con el maíz, frijol y chile y ha formado parte de la
tetralogía alimenticia del país. De este alimento se aprovecha todo: tallos,
guías, flores, frutos y semillas; su uso es muy extenso, y con ella se elaboran
muchos de los platillos típicos mexicanos.
En el altar de muertos, la calabaza aparece además a manera de dulce en otras
formas: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar, o con
otros ingredientes según el gusto de la cocinera. El dulce cristalizado se le
llama "Calabazate". De la calabaza se prepara la muy tradicional
calabaza en "Tacha", que como se mencionó se prepara durante los días
dedicados a los muertos.
La preparación de la calabaza en "Tacha", consiste en introducir
dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se
fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas
de los ingenios se hacía la concentración del "Guarano" o jugo de
caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (mancuerna); una de
las calderas era la "Malera", y la otra la "Tacha". En la
actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente
llamada también "Tacha".
EL MOLE.
Su origen se remonta a la época prehispánica. Figuraba como uno de los
platillos más importantes destinados al consumo de aquellos seres más
importantes de la sociedad como gobernantes, sacerdotes y guerreros.
La palabra MOLE, se deriva del náhuatl MOLLI, utilizada para referirse a
cualquier salsa con chile.
Con el tiempo el platillo original fue enriquecido con especies, ingredientes
traídos de Europa. Actualmente este guiso se elabora con más de 40
ingredientes; hay de todos colores y sabores: mole rojo, mole negro (este es
típico de Oaxaca), mole verde, mole amarillo, mole de olla, pipián, mancha
manteles. La elaboración del mole variará según la región y según la cocinera.
Una especie de mole que se usa mucho en el centro de la república lleva el
nombre de "Asado" o "Asado de Boda" casi siempre acompañado
con carne de puerco.
Es tradicional que en las ofrendas de los muertos, el mole aparezca servido con
arroz y pollo o guajolote.
TAMALES.
Al igual que el mole, fue uno más de esos platillos originarios de México
antiguo. La palabra proviene del náhuatl TAMALLI con la que se designaba al
"Pan" elaborado con maíz. Existen muchas maneras de hacerlos: con
anís, rellenos de arroz con leche, mole, chile verde, rajas, con carnes de
aves, pescado o puerco, y en algunos lugares se hacen con capulines. En Xochimilco
a un tamal pequeño lo rellenan con frijoles y se sirve para acompañar al mole.
Cada uno de los estados de la república tiene su propia receta para elaborar
los tamales. En Zacatecas, los tamales son de chile rojo, rellenos con carne de
puerco; son delgados y cubiertos con hojas de maíz en varias capas. Un tamal
muy famoso por las costas del golfo es el zacahuil. En realidad sería difícil
enumerar las tantas formas de elaborar tamales.
EL CHOCOLATE. Bebida originaria de México, no puede faltar en los altares de
los muertos como ofrenda a niños o adultos. La palabra se deriva del náhuatl
XOCOLATL, formada por los vocablos ATL (agua) y COCOTL (CHOCO), que se refiere
al ruido que las semillas de cacao hacen cuando el agua comienza a hervir y en
la merienda en que se remueve.
Antes de la llegada de los españoles, el cacao se utilizaba para elaborar una
bebida con agua que tenía un sabor agrio. Se empleaba además como moneda para
llevar acabo el intercambio (trueque) comercial y para el pago del tributo, por
lo que se le tenía en gran estima. Se dice que Moctezuma se tomaba entre el día
40 tazas de esta bebida como afrodisiaco. Durante la Colonia, el cacao se
comenzó a preparar con leche y endulzarse con azúcar. Con ello paso a
convertirse en una de las bebidas más solicitadas no sólo en la Nueva España,
sino incluso en Europa, ya que era considerada "Bebida de Reyes".
Estos son sólo algunos alimentos de origen mexicano que aparecen en las
tradicionales ofrendas de muertos, pero además hoy en día son de los que
cuentan con mayor demanda popular.
CERÁMICA Y VIDRIO.
La cerámica y el vidrio no podían faltar en las ofrendas del día de muertos. A
lo largo de la historia su presencia se ha encontrado en la importancia con los
alimentos; es por ello que el gusto por decorar los altares, es algo que el
pueblo vive con gran emoción; muchos objetos han sido creados para utilizarlos
únicamente en esta época del año, de tal manera que podemos ver las
tradicionales jarras panzonas destinadas al pulque, las ollas para el
chocolate, las cazuelas para el mole, los platos para los dulces, los
incensarios y candeleros destinados a sostener los cirios, velas o ceras.
El barro ha sido el material que más ha utilizado el hombre para satisfacer sus
necesidades casi desde el inicio de los tiempos. Del barro existen una gran
variedad de formas y usos en donde además se plasma la expresión cultural de
artistas anónimos, los artistas del pueblo.
Muchas ofrendas, en especial las de Dolores Olmedo han sido enriquecidas con
cerámica de distintos lugares, como la verde de Michoacán, cuya forma y
decoración ha variado poco desde la colonia. Aquí predominan los jarros y ollas
de diferentes tamaños con cuerpo globular o de calabaza; cajetes, tinajas,
cántaros y gran variedad de objetos.
En fin la creatividad mexicana, el arte y el ingenio no paran ahí, ya que han
servido de fuente de inspiración para la composición de canciones, crónicas, y
libros.
Existen poemas de autores anónimos, también existen una gran cantidad de
refranes pareados, versos al amigo o al compañero de trabajo. Al político,
etc., y anónimos populares, como los siguientes:
Imagen del difunto
Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la
parte más alta y destacada del altar. Según la religión o idiosincrasia,
también se colocan los retratos de espalda y frente a ellos un espejo, para que
así el difunto sólo pueda ver el reflejo de su deudo y el deudo vea el reflejo
de su difunto, simbolizando la pertenecía de ambos.
Agentes aromáticos
En su forma más tradicional se incluyen diversos elementos aromáticos que
simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de
olor.
Diversas versiones del altar incluyen la infusión de hierbas de olor como el
laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una
olla tapada por una penca de nopal con agujeros en ella. La infusión de estas
hierbas producirá un olor atractivo que guiará a las almas a la tierra.
La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de
altares de muertos. Tiene diferentes significados en las diversas regiones y
culturas de América, solía ser utilizado en rituales de atracción de la lluvia
y ceremonias de purificación, de ahí su utilización en el día de muertos.
El incienso es un elemento menos frecuente en los altares por ser de
origen oriental, aunque tiene el propósito de guiar o atraer a los muertos al
igual que las infusiones de hierbas.
Arco
Se coloca arriba del último piso un arco hecho de [carrizo], [palmilla] o
flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos. Además también
se le cuelgan en él algunos dulces o fruta que más les parezca.
Papel picado
Los aztecas utilizaban el papel en esta celebración para representar el viento
debido a su maleabilidad, aunque lo que utilizaban originalmente era papel
amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles que no requiere del
proceso convencional del papel inventado en Asia. En ellos se pintaban
diferentes deidades y se hacían atuendos, debido a su versatilidad podía ser
teñido de diferentes colores disponibles para la época. Con la influencia
española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.
El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel
representan la dualidad entre la vida y la muerte. El papel picado comercial
regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas
de José Guadalupe Posada.
Representación del fuego
Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y
cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su
versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que
representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al
mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los
cuatro puntos cardinales.
Representación del agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la
sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un
vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed. Además se
colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban sagrados,
eran una puerta al inframundo. En muchas representaciones de altares suele
colocarse una vasija con agua, simbolizando un cenote y la entrada al
inframundo.
Representación de la tierra
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos,
especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas
como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo, en la actualidad se
utiliza aserrín pintado de diferentes colores. En una idea moderna, la
representación de la tierra se relaciona con el principio de la ideología
cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás".
Flores
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil,
la nube y el amaranto o moco de pavo son las especies más utilizadas para el
adorno de un altar.
"La Catrina" Las Calaveras
Las calaveras son golosinas que representan alusiones a la muerte. Son
coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones
en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la
muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona
viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el
tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que
constantemente alude a la muerte, dedicado a personajes vivos.13
La imagen de la Catrina o calavera garbancera creada por José Guadalupe Posada
no se relaciona con el día de muertos, esta caricatura es una representación de
la dandizette de la época porfiriana, que siendo de origen indígena, pretendía
ser europea.
Comida
La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la
dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla y la cocina
nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc., presente en muchos altares. Se
deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza, el tejocote y
jícama naranja, y por supuesto alimentos hechos de maíz.
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los
muertos. El pan de muerto tiene un par de tiras sobre la corteza que
representan un par de huesos. El pan de muerto desciende del pan de maíz hecho
por las civilizaciones del México antiguo.
Bebidas alcohólicas
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas como tequila, rompope y pulque
servidos en recipientes de barro, utilizados para mantener el tradicionalismo.
Puede incluirse cualquier otra bebida que le haya gustado al difunto.
Objetos personales
En el altar se colocan diferentes objetos personales que hayan gustado al
difunto o que de alguna forma se relacionen con su vida, como objetos que
utilizó en su trabajo u oficio. Si el altar se dedica a una persona menor, se
suelen colocar juguetes y dulces.
Adornos
Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano
y se han agregado al altar de muertos. Figuras con cuadros de entierros,
velorios o cementerios, o representando escenas de la vida cotidiana con
esqueletos como personajes realizados en figuras de alfeñique, cartonería,
madera, barro o yeso, son típicos de la fecha, así mismo como hermosos arreglos
frutales o florales.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de
color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado
representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda
representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.
Entre los mexicanos la muerte tiene un sentido singular: sus profundas
tradiciones en el pasado indígena; parece un escenario donde se mueven y
deslizan figuras del recuerdo, objetivos de ofrendas de la más diversa índole:
Dulces, pan, flores, alimentos y costumbristas. La tradición, de alguna manera
es permanente, pero aparece con mayor vigor, como un sentimiento espontáneo,
los días 1 y 2 de noviembre cada año.
Los campos donde están los restos de los difuntos, se iluminan con la presencia
de innumerables personas que llevan entre sus manos las multicolores ofrendas.;
en la no puede faltar, los platillos más comunes y que difícilmente
faltan son: El mole, chocolate, tamales, calabazas en tacha, pan de muerto y
calaveras de dulce de diferentes tamaños que generalmente llevan el nombre del
difunto y de sus familiares, vivos o también difuntos, los bizcochos en forma
de rosca, coloreados por grageas en rosa mexicano y otros colores.
Se escoge un lugar de la casa donde se improvisa un altar con imágenes religiosas,
se cubren los espejos, se coloca la fotografía del difunto, todo sobre un
mantel blanco al cual se le deshoja cempasúchil, colocando después los
alimentos así como los cirios o las lámparas de aceite que arderán toda la
noche. El incensario de barro ocupa un lugar importante ya que ahí se quema: el
incienso, mirra y estoraque con el fin de limpiarles el ambiente y el camino a
las almas de los fieles difuntos. De los alimentos los difuntos solo tomarán la
esencia; creencia que vale la pena recordar que también fue practicada por los
egipcios.
Para la gran mayoría del pueblo mexicano la celebración pagano-religiosa que
con motivo del día consagrado por el rito católico a los fieles difuntos, se
desenvuelve en medio de una extraña y desconcertante mezcla de ofrendas, ritos,
liturgias, y celebraciones diversas en todos los pueblos, rancherías, y
ciudades de nuestro país. Tiene tal colorido, tal riqueza folklórica y
costumbrista, que puede afirmarse no exista otro pueblo en donde el culto a los
muertos sobreviva con tanto arraigo y con manifestaciones tan definidas como en
México. A propios y extraños asombra la dedicación tanto física como económica
con la que los mexicanos honramos a nuestros muertos. La gran cantidad de
dinero que se invierte y la prolífica imaginación con que las artesanías y los
platillos convierten el festejo; causa dolor y pesadumbre en criterios rígidos
que no logran comprender el alma de nuestro pueblo. Todavía en varias
poblaciones de México y en el mismo Distrito
En México se han elaborado hasta la actualidad infinidad de dulces en formas de
calaveras hechas de azúcar o chocolate, huesos de leche, pepitas o almendra. Se
hacían dulces de alfeñique, se cocinaba y hasta la fecha se acostumbra la
calabaza en dulce.
Las ofrendas son verdaderas obras de arte y tienen sus características propias
de cada lugar. Se decoran con papel calado siendo la flor típica el
cempasúchil. También se decoran con frutas que forman parte de la comida que se
ofrece a los muertos. Además se colocan sombreros, rebozos y otros objetos que
usaron los difuntos, lo mismo que herramientas y demás utensilios de trabajo.
Los Niveles de las ofrendas en día de Muertos (México)
La cantidad de niveles en un altar de muertos varían en algunas regiones. Los niveles
en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando
el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos
se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o para la
persona a la que se le dedica el altar. Altares de dos niveles: son una
representación de la división del cielo y la tierra en el que se representan
los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.
Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo.
Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado
su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y
el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la
tradición católica.2
Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan
los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o
paz espiritual.3 Según la práctica otomí, los siete escalones representan los
siete pecados capitales.4 Se asocia el número siete con el número de destinos
que , según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.
En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un
proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo
físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado
descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho
niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), cada
uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba
ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, llegando al descanso eterno.
El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.5
Otros altares son realizados según la tradición, donde se establece que el
altar debe de constar de 7 niveles o escalones que representan los 7 niveles
que tiene que pasar el alma de un muerto para poder descansar. Estos altares se
realizan generalmente en lugares donde exista un espacio grande donde pueda
caber todo el altar, el cual debe ser barrido el cuarto con hierbas aromáticas
hacia los cuatro vientos un día antes del día de muertos. Primero se construye
o fabrica el esqueleto del altar ya sea con cajas de cartón, madera o lo que se
encuentre a fin de que queden bien cimentados los 7 niveles, de los cuales el
séptimo debe de estar casi a la altura del suelo y sobre él se pone el segundo
nivel que es un poco más chico que el primero y así sucesivamente hasta llegar
al primer nivel, cada escalón es forrado con tela negra y blanca. Cada escalón
tiene un significado y debe contener ciertos objetos en específico:
Primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción.
Segundo escalón es para las ánimas del purgatorio.
Tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.
Cuarto se pone pan llamado "pan de muerto", este pan es adornado con
azúcar roja que simula la sangre, se recomienda que el pan sea echo por los
parientes del difunto, ya que es una consagración.
Quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto.
Sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar.
Ultimo se pone la cruz de un
rosario hecho de tejocote y limas.
Durante la era prehispánica, pasando por la época colonial y hasta nuestros
días, los alimentos han jugado un papel muy importante en las ofrendas de los
muertos. Se podría decir que los alimentos son indispensables en el altar de
las ofrendas; estos suelen ser muy variados y que en nuestros días varían según
los gustos y las regiones de la república, en donde la tradición culinaria de
la región cuenta mucho. Así mismo su variedad radica en las costumbres de quién
las coloca.
No importa si es grande o chica, pobre o rica, ya que la ofrenda de muertos se
prepara y se exhibe para agradar a los difuntos que puntuales llegan a
visitarnos cada año. En ella, que no es sino un altar, se disponen
artísticamente las flores, las velas y veladoras las fotografías, el papel
crepé, las vasijas, los platones, las botellas y sobre todo los alimentos que
habrá de consumir el goloso espíritu visitante. Así, lo más común es que en
altares domésticos se coloquen exquisitos panes, tamales de todos sabores y
colores, atoles espesos y humeantes guisos de diferentes clases, desde los
exquisitos moles hasta los nopalitos preparados de diversas maneras, dulces
sabrosos de calabaza y tejocote.
Generalmente el altar se divide en dos niveles marcados por una mesa y el
suelo, que según la tradición popular representan el cielo y la tierra
respectivamente. Es por ello que en la mesa se localizan las imágenes de los
muertos en culto, y los símbolos de fe, así como los elementos agua y fuego
representados por líquidos como el atole, pulque, agua u otras bebidas, y por
velas, ceras y veladoras. Sobre el suelo se colocan los elementos que
simbolizan el aire y la tierra: incienso y mirra, Sahumerios, semillas y
frutas.
El día 31 de octubre al medio día, se colocan sobre una mesa aquellos objetos
destinados al culto de los niños difuntos: flores blancas, vasos con agua y un
plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto. Se
enciende además el sahumerio con copal e incienso.
Por la tarde se ofrece una merienda a los niños, donde se incluye como pan,
atole, chocolate, tamales de dulce y frutas. Nuevamente se enciende el
sahumerio.
Al día siguiente, el 1° de noviembre, por la mañana, se sirve el desayuno de
los niños, antes de que sus almas regresen al lugar que pertenecen. Entre los
alimentos que se colocan están el pan, atole, chocolate, tamales y frutas. Al
medio día la mesa se adorna con flores amarillas con las que se indica la
llegada de los difuntos adultos; se colocan candelabros negros con velas
grandes, agua y sal; más tarde se ofrendan frutas, pan, conservas y tamales.
El 2 de noviembre al medio día las almas de los difuntos adultos son despedidos
con una comida en donde se pueden encontrar una gran variedad de guisos
mexicanos, entre los que destacan el arroz, mexicano en su preparación,
cocinado de diferentes maneras; mole con pollo o guajolote, pozole, frijoles de
olla, tortillas, frutas como jícamas, tejocotes, cacahuates, dulces entre los
que aparecen las tradicionales calaveritas de azúcar o chocolate, cocadas,
calabazates, limones rellenos, camotes, amaranto, jamoncillos (dulce de leche),
calabaza en tacha, peras e higos cristalizados, tamarindo, arroz de leche y
conservas de tejocote, guayaba o durazno. Igualmente hay aperitivos como
cerveza, el tradicional pulque, tequila o la bebida favorita de aquellos seres
queridos. No podían faltar los cigarrillos para quienes acostumbraban fumar.
Como ya se mencionó con anterioridad, los alimentos suelen ser muy variados de
ofrenda a ofrenda; sin embargo las ofrendas que actualmente se colocan no son
totalmente diferentes a las prehispánicas; en realidad sólo se transformó
sustituyendo sus componentes originales. De acuerdo a la tradición debe
componerse de nueve elementos esenciales los cuales nunca deben o pueden
faltar.
En mis inicios en la vida en el ambiente, después de haber salido
del closet, una vez concluido la universidad, así como pasado la prueba del
miedo en la primera visita al primer antro de ambiente, de haber
experimentado, los nervios y las manos sudadas.
Esta noche estoy sentado en aquella barra del bar el Vaquero ubicado al sur de
la ciudad, tomando mis clásicas dos cervezas por lo menos para entrar en
ambiente, escuchando la rokola y al mismo tiempo mirando cada vez
que entra algún parroquiano, así como escuchando las pláticas pero
al mismo tiempo esperando que llegara el príncipe azul hay veces que pensamos
ser protagonistas de alguna historias con finales felices, pero a veces la
realidad no es así podemos ser hasta el sapo del cuento, o tenemos que besar a
muchos sapos pensando que eso es lo que buscamos, quizá el hombre esperado,
pero en la mayoría de las cosos solo quedaba en suspenso con final infeliz.
Bueno ya estaba ahí y el tiempo transcurría el ambiente poco a poco se
impregnaba de olor al cigarro, y las conversaciones era más fuerte hasta el
momento que se mezclaban con risas, y aquel pequeño lugar se había llenado era
como el clímax, hasta para ir al baño era complicado esperando el turno, con
las miradas furtivas de los que estábamos en la fila como adivinando de qué
tamaño la tiene o en su caso disimulando que miembro era más grande, y siempre
buscando un objetivo el poder encontrar a alguien.
Pero aquella noche como siempre regresaba a sentarme a mi lugar apartado por un
desconocido que me había hecho el favor de nuevo en aquella
posición que creo hasta parte de la decoración del lugar ya me miraba.
Paso más tiempo y en el Bar cerraba podo después de las 00.30 a.m.,
Y sentando viendo como escurría el agua de la botella de cerveza, escuche
una voz que comentaba que como la estaba pasado, levante la cabeza y
respondí que bien, al mismo tiempo mire aquel hombre ya maduro de más de 50
años de cabello canoso eso si ojos claros, era alto sé que en su etapa de
juventud había sido todo un suceso y para mis 22 años su era una diferencia
abismal no tanto en edad, porque podemos conocer gente de edad pero con
mentalidad de un joven de 20 años, o personas jóvenes con mentalidad muy
maduras que sorprenden es en ese aspecto algo incongruente pero se da, en aquel
momento fue como algo interesante sobre todo por su experiencia.
Ya conversamos por un rato esperando que cerraran el bar porque hasta pero me
comento una propuesta me invitaba a su departamento que no me pasaría nada solo
quería observarme solo eso, la verdad era muy temeraria la propuesta a veces
uno pude arriesgar por vivir un momento así hasta la vida pero esto es como la
ruleta rusa, en aquellos años como la propuesta estaba, con la pequeña
platica como si se puede dar cuenta como es la persona un que no lo es
todo, pero que podía perder si solo era eso, y le dije que sí. Le comente que
sería un rato porque en esos días, el sábado entraba a la primera hora a
la clase de natación a las 6.00 a.m., así fue llegamos aquel departamento.
Ya estando en el mismo todo parecía que el tiempo se había detenido, los
muebles el aspecto daban una sensación de soledad, de nostalgia y
eso si un poco de polvo, estuvimos conversando y aquel hombre me comenta
que gracias lo único que deseaba aquel señor es que no pasara otra noche de
soledad.
Me comento si podía pone una disco en aquella esquina de la sala había
una consola para reproducir música en discos en 45 rpm, y puso una
canción clásica que ya no recuerdo su nombre, toda aquella experiencia me
dejo un gran aprendizaje.
La persona tiene diferentes maneras para estar bien, en aquella noche como
aprendiz quizá yo buscando algo encontré a alguien que solo buscaba simplemente
que alguien lo escuchará y hoy en día cuantos queremos que alguien nos
escuche y que no piensen que queremos sexo.
La fiesta inicia en la casa de mis amigos todo parece normal, el grupo se
empiezan a formar por aquí y en aquella esquina solo conozco pocos algunos ya
los he visto en el Internet, por ahí mire el perfil de uno que me dio
risa porque es inconfundible su perfil se dice es semental, pero ahora
observando que esta con esa persona que no se le separa ni un instante
por lo que creo es su pareja o su amante en turno es tan tranquilo, tan
sereno que no rompe ni un plato y de aquel título de semental creo no llega a
ternero, pero así es la vida.
Aquella reunión no falta la pose por ahí solo paseando por aquella
instancia aquella persona no sé si piense que es algo así como la reencarnación
de María Félix porque hasta el cigarrillo lo toma con delicadeza, mucha pose
pero le falta algo ser la Doña casi nada, la música buena por momentos y por
otros no, a veces es necesaria la opinión, como poner como una mesa
de sugerencias en ellas el tipo de música o peor lo menos que fuera más amplia
como las galletas de surtido rico a todos se les da gusto.
Por ahí nada interesante la misma gente, la misma música, las mismas poses
hasta la mía, pero muchas veces no me doy cuenta, por ahí entro mi amigo
de años pero viene con alguien la verdad de muy buen ver, porque levanto
las miradas de casi todos incluyendo la mía ya lo salude a él a su pareja
me lo presento, por ciento la verdad de cerca está mejor y aquel porte y el
ejercicio siempre van de la mano, cuantas veces en el gimnasio vemos a gente
con buen cuerpo, todo en su lugar pero una personalidad del nabo y
simplemente no la hay.
Transcurrió un buen rato por ahí bebiendo un vodka con jugo de piña que me
gusta, porque no se sube hasta que da el aire, porque caigo como mosca,
paso un rato y note una mirada, discretamente levante la cabeza y
era aquella pareja de mi amigo me observaba, solo con una risa respondí,
por mi mente pensé me está ligando o le guste, pero cuantas veces nos pasa esto
y más cuando estas entre la espada y la pared que hacer en estos casos.
Con el calor del lugar, la bebida y la emoción tienes que ir al baño ahí note
que entro aquella pareja y se colocó a un lado, como queriendo adivinar qué
pasaría solo me apresure y salí sé que en ocasiones las cosas llegan,
pero no son las más convenientes solo tener los pies bien plantados, que no
gane lo fácil porque en ocasiones también son débil pero las amistades se
conservan.
Pero pase la prueba y la fiesta siguió a todo lo daba, y cuantos pensarán como
yo y cuantos no, pero que la fiesta siga.
En aquellos tiempos en los
siglos XI, había un Reino cerca de la costa Norte de lo hoy es Francia, el
Rey Elías I había llegado al poder siendo un hombre de corta edad su
Juventud era evidente por lo que le faltaba experiencia pero era de casta
y de carácter fuerte, con guerras le permitió extender su reino más allá de
donde originalmente era, apunta de espada fue avanzado, no falto poblaciones
arrasadas, y saqueadas el poder lo era todo, era sanguinario y eso fue su mejor
forma de gobernar en aquellos años.
Elías escondía algo en ese
carácter fuerte y guerrero, que las espadas y su visión de hombre no podían
ocultarse ni por el mismo, tenía un gusto por visitar sus soldados cuando estos
se bañaban en área destinada a ellos y una predilección por el capital de
Guerra, no se explicaba por qué aquella predilección que le hacía dudar de su
sexualidad, esto fue un problema y tuvo que arreglar un casamiento con una
mujer de la nobleza del país vecino, la cual solo mantenía relaciones por deber
de tener una descendencia y así fue, al poco tiempo embrazo a la mujer y nació
su primogénito.
No faltaba día que visitara
aquellos lugares donde los soldados se bañaban hacia revisión, y era secreto a
voces que cuando le atraía algún soldado se lo llevaban con engaños a una parte
secreta en la torre, en aquellos días algunos jóvenes soldados terminaron
asesinados u otros se suicidaban, pero nadie sabía porque el pensarlo era
sinónimo de cárcel, martirio y morir bajo la hoguera en plaza pública.
Aquel Rey al poco tiempo su
fama creció así como su Reino, todo lo tenía, controlaba a la iglesia, el
impuesto a sus súbditos era mucho y muchos vivían en condiciones extremas.
Este Rey lo tenía todo pero
faltaba algo que no podía controlar y era ese amor platónico de su jefe de
seguridad , su brazo derecho, estaba casado y tenía familia pero era rudo y no
accedía a pesar que de negarse hasta la vida perdería, pero el Rey lo mantenía
por ese gran amor en silenció.
En las noches aquel Rey
soñaba con el apuesto jefe de seguridad y mantenía relaciones con un peón
que le entrababa escondidas siempre pensando que era él.
Pero aquel Rey también era
víctima de su mismo poder que pensaba que todo lo controlaba y era amo,
más allá de lo imaginable pensando que era superior empezó a afectarle en
su modo de pensar y aquella obsesión de su jefe de seguridad lo mataba
lentamente en el deseo reprimido.
Un día que llego el temporal
aquella región el mar amenazaba con provocar grandes daños a sus tierras y
feudos y no solo eso sino el mismo Reino, la gente le pidió que hiciera algo y
una gran procesión lo sacaron aun pese a la lluvia a las orillas del mar donde
se vislumbraba el mal tiempo, pensando que tenía el poder absoluto de las cosas
y esa época la gente lo pensaba.
Pidió que lo acercaran al mar
espumoso y de olas bravas con un grito ordeno que se calmaran las aguas y
las tempestades para volver la tranquilidad a su reino, alzo las manos en
plegaría, como respuesta llego una gran ola que le mojo los pies y realmente no
tenía poder ni de la naturaleza y del amor de otras personas hacia él.
Moraleja cuando pensamos que
podemos tener el control de todo, hay cosas que ni el dinero, ni el poder
podemos controlar los sentimientos y la misma naturaleza del hombre son
una de ellas.
A la
mente me vienen los recuerdos el caminar por las diferentes calles de León,
buscando en cada tienda, una maleta de viaje, pasando varios comercios sin
lograr ubicar alguna que fuera adecuada, recorriendo las diferentes plazas,
pero no las características no eran la que se requerían, la buscaba mi
Padre que yo llevaría de viaje a
Yucatán, una promesa que le había hecho, después de varias calles y pensando
que no lo encontraríamos en una de las ultimas tiendas de área comercial, era
una maleta color negra pequeña pero era lo que el realmente había buscado hasta
mi padre había ahorrado para comprar su maleta.
Finalmente
a principios del este años cumplí con la promesa de llevarlo a Yucatán, fueron realmente pocos días pero para
mí significo, algo ajetreado el viaje pero todo muy bien.
En
estos días recorriendo la casa de mis padres ahí en un rincón estaba aquel porta equipaje negro, en un rincón
del closet, con algo de polvo, no pude
contener aquel sentimiento fuerte pero real,
me recordó a mi Padre, el Murió hace unos meses y aquel viaje fue unos de los últimos, antes
de aquellos días de enfermedad y oscuridad.
Hoy solo
su recámara silenciosa que un puedo percibir su presencia, pero ya no está,
cuanto lo extraño y me faltó tiempo para convivir más.
Hoy sé
que su legado mirar las cosas de la mejor forma, de que el día de mañana será mejor,
lo más importante que con trabajo las
cosas saldrán mejor, y que tomar las cosas buenas y malas para ser mejor como
persona.
No
había tenido oportunidad de escribir algo hasta hoy recordando aquella maleta
de viaje de color negra olvidada en closet.
Moraleja
siempre hay que darnos un espacio para la gente que queremos en las buenas o en
las malas, que debemos de aprovechar las cosas en su momento por la vida es
solo una y no retoña.