Hace unos años cuando se
acercaba la fecha de su cumpleaños de Eduardo mi primera pareja, siempre esperaba
ese día, para mí lo más importante es
convivir con la persona lejos de lo material, de la cena costosa, del regalo caro,
o la loción de moda, siempre me ha
gustado compartir desde los más simple.
Ya en días previos había comprado su regalo algo muy sencillo,
en aquellas fechas no eran días de paga por lo que le había comentado que lo celebraría
llevándolo a comer para mí eso me llenaba mis expectativas, me hacía sentir
bien, quedamos que me hablaría ese jueves para ir a festejar saliendo del
horario de la oficina, el pasaría por mí, siempre pasaba por mí en su auto.
Ya eran las 5.20 pm empecé a
contar los minutos para poder entregarle su regalo y darle su abrazo, pero
llego la hora no ha sonado el sonido del
claxon, siempre lo hacía sonar pero esta vez nada, pasaron los minutos y ya
casi las 6.00 pm, le marque a su celular me comento que no tardaba así que llegaría
más tarde.
Ya eran las 7.00 pm yo en la
oficina yo había llegado, hable a su
celular pero este no me contestaba, hable a su casa que siempre me contestaba sus papas, de forma grosera me contestaban y colgaban el teléfono,
así que no sabía por lo que opte esperar un poco más de tiempo, así que paso
otra hora sin poderme comunicar a su celular, pensaba no me puedo ir sin
entregarle su regalo, así lo espere más.
Ya eran las 8.00 pm el policía
me fue a decir que tenía que abandonar las oficinas, tome mis cosas y aquel regalo que estaba en
escritorio, la noche había llegado y caminado por el pasillo con mi regalo en
mis manos, con un sentimiento que me golpeaba, m perturbaba y dolía, ese dolor
que no se ve.
En aquella avenida ilusamente
pensaba que se le había hecho tarde y quizá
era el auto que viene a lo lejos pero no era así, así por unos minutos espera
más y nada, solo pude respirar profundamente y caminar hacia la avenida
principal para tomar el transporte que me llevaría a mi casa, y en mis manos
aquel regalo que con mucho cariño había preparado un día antes, y por la mente
se vale que pase esto, cuánto vale mi regalo, cuánto valen los sentimientos, el
afecto pero sobre todo amar alguien y que no pase nada en una fecha tan marcada
y significativa por menos para mí.
Moraleja a veces pensamos que
somos indispensables para la gente pero muchas veces estamos equivocados,
porque puedo decir yo quiere mucho a esta persona y lo amo, pero la otra persona
pensara lo mismo quizá nada.
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